El Observador | ¿Se acuerda de Brendan Fraser? Durante las dos décadas pasadas era una de las caras más habituales de Hollywood. Protagonizó George de la Selva, la trilogía de La Momia, Al Diablo con el Diablo y Crash. Pero, de un día para el otro, desapareció.

Recientemente, volvió a las pantallas con un papel en la serie Trust, del canal de cable FX, y concedió una extensa entrevista a la revista GQ en la que contó las razones detrás de su misteriosa y muy comentada reducción en su volumen de trabajo.

La causa fue uno de los grandes temas hoy en el mundo del espectáculo: el abuso sexual. En la entrevista, Fraser explica que en 2003 fue manoseado durante un evento por Philip Berk, que en ese momento era el presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (el organismo encargado de entregar los premios Globos de Oro) y que sigue siendo miembro de la organización.

"Me sentí enfermo. Me sentí como un niño pequeño. Sentí como si tuviera una pelota en la garganta. Pensé que iba a llorar", dijo el actor sobre el episodio.

En ese momento se negó a denunciarlo públicamente porque no quería revivir la experiencia ni convertir el abuso en parte de su "narrativa" como estrella. Pidió una disculpa a la Asociación, y Berk (quien afirma que es un invento de Fraser) le respondió asegurando que si había hecho algo que lo molestara no había sido su intención.

El evento le generó depresión a Fraser, que se culpó a sí mismo de lo ocurrido. "Eso me hizo retirar. Me hizo sentir reclusivo. Sentí que me habían quitado algo", explicó.

El trabajo se redujo, su visibilidad también, pero la ola de denuncias de abuso iniciada en Hollywood en octubre del año pasado lo llevó a reunir el coraje necesario para contar su historia.