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Bill Cosby, el ídolo caído

Por El Espectador | 6 Diciembre, 2014 - 15:56
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El actor ha sido denunciado públicamente por al menos 20 mujeres, quienes aseguran que éste las drogó y abusó sexualmente de ellas. También enfrenta una demanda.

Bill Cosby, la figura paternal para millones de seguidores que durante casi una década se conectó con el "Show de Bill Cosby" para recibir una dosis de humor familiar y una cierta sensación de seguridad y confort, incluso para la población afroamericana en una sociedad que aún no parece llegar a términos con su pasado esclavista y de segregación racial.

Ya son casi veinte las mujeres que se manifiestan públicamente contra el otrora ejemplo de padre de familia. Los casos van desde el acoso, pasando por el abuso, hasta llegar a la violación. Cuatro de éstas lo hicieron esta misma semana. Aunque nunca ha sido condenado por estos actos, de hecho tampoco ha ido siquiera a un juicio, las acusaciones contra Cosby son casi tan célebres como su carrera y al menos una de éstas demandas terminó en un acuerdo judicial entre la demandante, Andrea Constand, y el actor.

Aunque algunos de éstos presuntos hechos sucedieron casi todos en los años 80, un incidente habría ocurrido antes, en 1974, e involucraría el abuso sexual de Judy Huth, quien entonces tenía 15 años. Esta semana, Huth presentó una demanda contra el comediante, la segunda acción judicial que éste debe enfrentar por sus supuestas conductas sexuales.

La primera demanda vino de parte de Andrea Constand, quien en 2005 le notificó a las autoridades que había sido drogada y abusada sexualmente por Cosby en la vivienda del comediante en enero de 2004, durante una visita que ella hizo para discutir un posible cambio de carrera y recibir consejos de parte del comediante.

En el texto de la demanda, Constand asegura que Cosby le dio tres pastillas azules para calmarla diciéndole que eran medicinas herbales y que al poco tiempo de ingerirlas comenzó a perder la movilidad en sus brazos y piernas; el actor la puso sobre un sofá con el pretexto de ayudarla y procedió a tocarla, entre otras cosas.

Constand asegura que llegó a la vivienda del comediante a las 9:00 p.m. y salió de allí a las 4:00 a.m., luego de perder la conciencia en algún momento de la noche. Cuando se despertó, Cosby estaba en su bata de baño y ella tenía su ropa interior desordenada.


En ese momento, el caso no llegó a juicio, pues el fiscal encargado de la investigación no pudo recolectar suficiente evidencia, aunque en declaraciones a la prensa aseguró que “mi intuición me decía que Cosby era culpable de una conducta reprobable”.

Constand demandó nuevamente y la acción judicial finalizó con un acuerdo entre ésta y el comediante. En ese momento, durante una entrevista exclusiva con The National Enquirer, un periódico norteamericano, el actor aseguró que no cedería ante personas que querían explotarlo debido a su fama.

Hace apenas un par de semanas se conoció que Cosby ofreció esa entrevista exclusiva después de que el periódico aceptara abandonar una investigación en la cual había rescatado el testimonio de otra presunta víctima de abuso, Beth Ferrier, una exmodelo.

La revelación llegó luego de que una serie de documentos judiciales, que habían permanecido sellados, salieran a la luz. En ellos, el actor asegura que bloqueó la publicación del Inquirer porque sabía que el nuevo testimonio de Ferrier le daría más credibilidad a la demanda de Constand.

A pesar del escándalo en ese entonces, 2005-2006, la figura de Cosby permaneció impoluta de cierta forma y el comediante continuó siendo un ícono familiar, e incluso racial.

La cosa era tanto así que, Cosby, de 77 años (con uno de los índices de audiencia más altos entre 1984 y 1992, tiempo de ‘El show de Bill Cosby’), se preparaba para un regreso triunfal a través de una serie de productos y acuerdos que le hubieran permitido inmortalizar su legado y olvidar las imperfecciones de su pasado, por decir lo menos.

El comediante contaba con una biografía escrita por un antiguo editor de Newsweek (en la que no se mencionan las acusaciones de violación), un especial de comedia con Netflix para celebrar sus 77 años, una exposición con arte afroamericano de su propiedad en el Museo Smithsoniano y un acuerdo con NBC para volver al horario estelar (ésta fue la misma cadena que transmitió ‘El show de Cosby’).

NBC se retiró del proyecto, Netflix canceló el especial y un canal de televisión por cable que aún pasaba su programa lo sacó del aire sin dar mayores explicaciones. Aún no resulta claro cuál será el destino judicial del actor.

Cosby, sin embargo, recibió una larga ovación en una de sus más recientes presentaciones en vivo, en Florida: una rutina de 90 minutos en la que varias personas le gritaron que lo aman y en la que no hubo una sola protesta por las recientes demandas y acusaciones.

Pero más allá de su carrera (un asunto que quizá haya quedado congelado para siempre), el mayor daño para el comediante se verá en su legado, el lugar que tomará en la historia y el cual, con cierta seguridad, será descrito con otras palabras aparte de comediante y padre ejemplar.