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Bioy Casares, una trama intensa que cumple cien años

Por Excélsior/ LifeStyle.com | 15 Septiembre, 2014 - 16:47
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Diversos homenajes en América Latina recuerdan el natalicio de uno de los maestros de la literatura de misterio en la región.

Quizá injustamente leído bajo la sombra de otro grande las letras argentinas, Jorge Luis Borges (sobre quien escribió el más grande compendio de una amistad que abarca más de cuatro décadas, entre 1947 y 1989), Adolfo Bioy Casares es motivo de homenajes este lunes 15 de septiembre al recordarse cien años de su natalacio.

Varios homenajes buscan reconocer al autor como uno de los más importantes creadores de literatura fantástica en español e influyente personaje de la cultura hispanoamericana.

En una entrevista concedida en 1987, reconoció que “escribir me cuesta trabajo. Si bien cuando concluyo un libro creo que ya sé hacerlo y haré el próximo rápidamente, cuando lo empiezo tengo las mismas dificultades de siempre y debo descubrir cómo enfrentarlo. Muchas veces he dejado libros inconclusos porque iban por mal camino”.

Hijo de una familia acomodada, pudo dedicarse enteramente al estudio y a los 11 años escribió su primer relato. Pardo, una provincia de Buenos Aires, fue el lugar que le vio nacer (en 2003, en la antigua estación de trenes de la localidad se abrió el museo y la biblioteca Bioy Casares); allí su padre le incitaba a escribir y sería quien le financiaría la publicación de sus primeros libros.

Antes de su célebre novela "La invención de Morel", Bioy dio vida a "Prólogo" (1929), "Disparos contra lo porvenir" (1933), "Caos" (1934), "La nueva tormenta o la vida múltiple de Juan Ruteno" (1935), "La estatua casera" (1936) y "Luis Greve muerto" (1937).

Por esos años, sin embargo, un hecho habría de cambiar su vida: se acercó a los autores de la revista Sur y en la casa de  Victoria Ocampo -la directora de la revista- conoció a Borges y a la hermana de la directora, Silvina (quien después se convertiría en su esposa).

A partir de entonces, Borges se convertirá en referencia de Bioy Casares, surgiendo una de las amistades más prolíficas de las letras. Adolfo Bioy Casares, quien había abandonado las carreras de Derecho y Filosofía y Letras se vuelca de manera brillante en la literatura.

De su fecunda amistad, surgirán colecciones de relatos como "Seis problemas para don Isidro Parodi", "Dos fantasías memorables", "Un modelo para la muerte"; guiones de cine como "Los orilleros" e "Invasión" y sus famosas antologías de cuentos fantásticos "Antología de la literatura fantástica" y "Cuentos breves y extraordinarios" con las que surgen también los seudónimos de H. Bustos Domecq y Benito Suárez Lynch.

1945 y 1955 dirigieron la colección El séptimo círculo, que publicaba traducciones de las mejores novelas policiales de lengua inglesa.

En 1940, Bioy Casares se encuentra en uno de sus mejores momentos, contrae matrimonio con Silvina Ocampo y publica por fin "La invención de Morel", la novela en la que había trabajado los últimos tres años y que para muchos significó el comienzo de su madurez como escritor.

Después siguió "Plan de evasión", en donde sigue su inquietud por la ficción científica y más tarde da a conocer "La trama celeste" (1948), su primera colección de relatos que lo revelan como un maestro del género.

Para los años 70 su bibliografía incluía atractivos títulos y varias antologías de cuentos, los que alcanzaron importantes reconocimientos como los premios Alfonso Reyes y el Cervantes.

En 1993, Bioy Casares pierde a su esposa Silvina Ocampo. Seis años despúes él muere, el 8 de marzo de 1999, a los 84 años de edad, en la ciudad de  Buenos Aires.