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Brainy Tongue, un proyecto gastro-científico para los sentidos

Por El Observador | 23 Agosto, 2016 - 11:21
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Cocineros y científicos se aunaron en un grupo de trabajo internacional que busca desentrañar los misterios del paladar.

El Observador | Lo sensorial es la clave de Brainy Tongue, un proyecto interdisciplinario en el que cocineros e investigadores de todo el mundo buscan contrastar práctica y teoría para comprender el mundo del sabor.
 
"Nos ilusiona pensar que Brainy Tongue pueda servir para identificar problemas, generar hipótesis y proponer principios que enriquezcan no sólo la experiencia gastronómica, sino la investigación de aspectos relevantes para la sociedad", comentó a los medios Andoni Luis Aduriz, chef del restaurante español Mugaritz y uno de los creadores del proyecto.
 
De aspiraciones internacionales, Brainy Tongue realizará en octubre su primer simposio, The Sensory Logic of the Gastronomic Brain, en el que participarán neurocientíficos, ingenieros, físicos y genetistas provenientes de universidades como Cambridge, Oxford y Columbia.
 
El potencial diseño de experiencias gastronómicas según el perfil génetico de los comensales; los estímulos que el cuerpo recibe cuando come; el rol de las expectativas en el sabor de la comida, y los comportamientos cerca y lejos de la mesa serán algunos de los temas a analizar.
 
"Los científicos van a intentar dar explicaciones mecánicas para las observaciones empíricas de los chefs. Los chefs van a poder usar este conocimiento para diseñar nuevas experiencias. Además, comprender cómo funciona el cerebro gastronómico nos permitirá hacer predicciones y ofrecer, por ejemplo, comida personalizada e incluso crear impresiones sensoriales artificiales", dijo por su parte Matthieu Louis, líder del Centro de Regulación Genómica.
 
Desarrollado hace solo un par de años, Brainy Tongue fue iniciativa de Aduriz, quien se aproximó al Centro de Regulación Genómica y al Basque Culinary Center para conocer más sobre el lado sensorial de la comida, informó El País de España. Otros cocineros e investigadores se fueron sumando, y el proyecto pronto trascendió las fronteras de España.