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Caos, el libro que revive el asesinato de Sharon Tate

Por Gwendolyn Ledger | 9 Agosto, 2019 - 13:00
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Hace 50 años, discípulos de la Familia Manson asesinaron seis personas en el 10050 de Cielo Drive para vengar un supuesto desaire de Terry Melcher a Charles Manson.

La prensa le llamó el Verano del Amor, por el festival de Woodstock. Pero lo que se recuerda hasta hoy es que el 9 de agosto de 1969 cuatro miembros de la Familia Manson asesinaron a la esposa de Roman Polanski, embarazada de ocho meses, así como a sus invitados Jay Sebring, Wojciech Frykowski y Abigail Folger, además de Steven Parent de 18 años. Apenas dos días más tarde, Manson y sus discípulos asesinaron a Leno y Rosemary LaBianca en su casa del barrio Los Feliz, en Los Ángeles.

Hasta hoy se habla de ellos como los asesinatos Tate-LaBianca. Y no fue, como alguna vez se dijo, a causa de la cinta El bebé de Rosemary, sino que resultó ser algo bastante más pedestre y estúpido.

La idea hasta hoy aceptada es que la intención de Manson, quien alguna vez aspiró a ser cantante pop, era vengarse del desaire que el músico Terry Melcher le había hecho. Pero entre averiguar su dirección y ejecutar su plan los residentes originales, Melcher (hijo de Doris Day) y su pareja Candice Bergen, se habían mudado, llegando los recién casados Polanski.

Promovido como un texto de veinte años de investigación, el periodista Tom O'Neill lanzó Caos, Charles Manson, la CIA y la historia secreta de los sesentas.

La historia es que O’Neill estaba reporteando un nuevo aniversario de los crímenes y se topó con la posibilidad de que hubiese un complot de encubrimientos tras la versión oficial. Una que, de acuerdo con su casa editorial “incluye descuido policial, conducta reñida con la ley y posiblemente vigilancia de agentes de inteligencia”.

La misma casa editorial, Brown & Little, explica que el investigador sostuvo una extensa entrevista de más de seis horas con Vincent Bugliosi, fiscal en el caso de la Familia Manson y autor del libro más famoso sobre el caso Tate, Helter Skelter, donde le habría hablado off the record sobre una supuesta cinta sexual de Sharon Tate, y luego de eso, la fuente que se pensaba amiga se transformó en un enemigo que amenazó con demandarlo a él y a su editorial si publicaba la historia.

Así, el libro busca dar respuesta a interrogantes sobre el rol que habría tenido la red de amigos de Manson, como el Beach Boy Dennis Wilson o el productor Phil Kaufman. O la equívoca actuación del oficial de libertad condicional de Manson y hasta la real influencia de éste en la Familia Manson, el culto hippie que manchó a toda una generación.

La búsqueda de esta verdad por parte de O'Neill, lo habría rodeado de celebridades solitarias a espías experimentados, desde el verano de amor de San Francisco hasta los sitios oscuros de los experimentos de control mental de la CIA, en un sendero plagado de encubrimientos sombríos y coincidencias sospechosas.

El producto de dos décadas de reportajes, cientos de nuevas entrevistas y docenas de documentos nunca antes vistos de la policia de Los Angles, el FBI y la CIA, el libro Caos presenta un argumento que podría ser, según el fiscal adjunto de distrito de Los Ángeles, Steven Kay, “lo suficientemente fuerte como para revocar los veredictos sobre los asesinatos de Manson”, aunque las críticas que se encuentran on line respecto del libro más bien lo sitúan junto a las cintas de Oliver Stone como un enamorado de las teorías conspirativas.

“Me pidieron que hiciera una historia por los treinta años de los crímenes y no tenía un ángulo, lo que es la pesadilla de cualquier escritor, especialmente para un caso tan notorio como este”, dijo O’Neill en una entrevista con Los Angeles Press Club. “La gente que iba entrevistando para la historia me contaba cosas que eran contradictorias con la versión oficial, y una cosa llevó a la otra y ahora han pasado 20 años”.

Algunos miembros de la “Familia Manson” fueron condenados por la teoría de “Helter Skelter”, la canción de Los Beatles en el álbum Banco, sin embargo, esta acusación también está en duda, ya que se supone que la atención mediática del caso y la manipulación de los investigadores a cargo provocó una condena demasiado rápida de los críemenes.

Otras teorías indican que la razón por la que Manson mandó a matar fue porque su amigo Bobbie Beausoleil estaba en la cárcel por un asesinato que “Charlie” le encargó, y que Manson ideó los asesinatos como una forma para sacarlo de prisión, bajo la premisa de que dos asesinatos idénticos al que lo tenía encarcelado, demostraría su inocencia.

Antes de la muerte de Sharon Tate y sus amigos, Beausoleil había matado al musico Gary Hinman porque se había negado a unirse a la banda de Manson.

Lo cierto es que la frialdad y ensañamiento de los crímenes de agosto de 1969 aún persigue a la industria del entretenimiento estadounidense; desde el guiño que hace la muñeca satánica Anabelle, hasta la más reciente cinta de Tarantino, Érase una vez en Hollywood, este libro de O’Neill (y Dan Piepenbring) solo demuestra que muchas cosas aún giran en torno a ese verano maldito de hace cincuenta años.