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Chris Cornell, la otra voz del grunge

Por Juan José Cabrera Rivero /La Razón | 6 Junio, 2018 - 15:15
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A un año de su partida, queda el recuerdo de la voz y las canciones que han revolucionado la música de la década de 1990.

Es muy difícil para una persona crear su propia vida y su propia libertad”.  Ésta fue una de las frases que lanzó Chris Cornell en una entrevista que le hizo la revista Rolling Stone en 2016. Hay una sensación de que el destino es inevitable, pues Cornell siguió los pasos de los desaparecidos Kurt Cobain (1967-1994), Layne Staley (1967-2002) y Scott Weiland (1967-2015), abanderados de la generación grunge que realizaron una verdadera revolución musical en la década de 1990. Algunos sucumbieron a las drogas, otros optaron por abandonar voluntariamente el mundo, dejando casi huérfana a una generación que enfrentó la realidad desde la desesperación y la evasión. Tras ellos quedan unas carreras que han marcado —y continuarán marcando— a muchos aficionados al rock.

Christopher John Boyle —Chris Cornell— nació el 20 de julio de 1964 en Seattle, la ciudad del noroeste de EEUU considerada como la “cuna del grunge”. Creció en una familia de seis hijos, y de chico desarrolló su gusto por la música, comenzando con lecciones de piano y escuchando a Lynyrd Skynyrd, The Beatles y Alice Cooper a los siete años.

En su adolescencia fue un joven solitario que padecía de agorafobia y ansiedad, hasta que conoció el rock. No terminó el octavo grado y fue expulsado varias veces por no asistir a clases. Sus padres lo llevaron a un colegio para chicos problema con la esperanza de que termine sus estudios. Según el propio Chris, “era la última alternativa para chicos que no tenían otra opción. El concepto para mí era totalmente erróneo, porque el planteamiento era aprender a tu propio ritmo, hacer lo tuyo, y lo mío no era el colegio. Así que simplemente iba y no hacía nada. Fue una pérdida de tiempo”.

Para cuando empezó a tocar la batería, a los 16 años, trabajaba lavando platos o de cocinero. Eventualmente tocó en varios grupos locales teniendo la oportunidad de hacer la voz de líder mientras tocaba la batería. Al contestar un anuncio que buscaba cantante, entró en contacto con el bajista Hiro Yamamoto y el guitarrista Kim Thayil, con quienes no se llevaba bien, hasta que por esas cosas de la vida fue compañero de cuarto de Hiro y empezó a escribir canciones con Kim y más tarde formarían Soundgarden en 1984.

En 1986 la banda incorporó como baterista a Scott Sundquist, quien fue rápidamente reemplazado por Matt Cameron. Chris volvió a mudarse, y comenzó a tomar clases de canto. Su novia, Susan Silver (con quien se casó en septiembre de 1990), se convirtió en la mánager de la banda. Luego se divorciaron.

Cornell se interesó en ampliar su talento musical y comenzó a aprender guitarra y bajo, lo cual influyó mucho en la banda y en sus proyectos solistas, como la canción Seasons de la banda sonora de la película Singles (en la que Chris hace un pequeño papel), el mismo tema fue parte de una de las escenas del filme Superman The Man of Stell en 2013.

El 16 de marzo de 1990 Andy Wood, amigo de Chris y vocalista de Mother Love Bone, falleció por una sobredosis de heroína y Chris grabó un par de demos (Reach Down y Say Hello 2 Heaven) en forma de tributo, que fueron incluidos en el disco de Temple Of The Dog, proyecto dedicado a Wood que incluye a Cornell (guitarra y voz), Cameron (batería) y los exmiembros de Mother Love Bone, Jeff Ament (bajo) y Mike McCready y Stone Gossard (guitarras). Más tarde se unió un surfer de San Diego, Eddie Vedder. Hunger Strike fue la canción más popular de Temple of the Dog.

En 1994, el cuarto álbum de la banda, Superunknown, produjo el éxito mundial Black Hole Sun, la canción más popular del grupo a tal punto que  hay más de 50 versiones interpretadas por artistas tan distintos como Anastasia y Paul Anka.

Para Cornell fue un enigma el porqué esta canción con su dulce melodía y letras oníricas provocó tal furor: “Simplemente estaba absorbido por la música y pinté una imagen con las letras”, dijo una vez.

En 1995, la banda ganó dos premios Grammy del género metal. El videoclip surrealista y con aire lúgubre de la canción se convirtió en uno de los favoritos del canal MTV y ganó en la categoría Mejor Video de Metal/Rock Pesado en los MTV Video Music Awards de 1994.

Con Soundgarden grabó seis álbumes y ganó dos Grammy. El grupo se separó en 1997 y se juntó en 2010.

A inicios de 2000, junto a tres exmiembros de Rage Against The manchine fundó Audioslave, que le dio toda una nueva generación de seguidores. Grabaron tres discos. En febrero de 2007, a través de un comunicado de prensa, Cornell anunció su alejamiento de la banda por “conflictos personales irresolubles y diferencias musicales”; aunque fuentes declararon que el problema era principalmente económico.

Como solista grabó cuatro álbumes, el más reciente titulado Higher Truth (2015). En los últimos años, las canciones de Cornell conquistaron una generación más al saltar a la gran pantalla. Su tema You Know My Name para la película Casino Royale (2006) puede no ser un clásico del género, pero fue un éxito por su asociación con el nuevo James Bond, Daniel Craig. A Chris le sorprendió ser elegido para este trabajo.

También escribió Live to Rise, que cierra el éxito de taquilla Los vengadores, de Marvel. Casi un año después, la canción Misery Chain, un dúo con Joy Williams, fue parte de la banda sonora de la película ganadora del Oscar 12 años de esclavitud.

Al igual que otros grandes del grunge, luchó toda su vida contra la depresión, las drogas y el alcohol. En 2003 inició un tratamiento de rehabilitación como parte de un esfuerzo para exorcizarse del mal que perseguía a esa generación que vio el estrellato en la década de los 90.

Cuando Chris Cornell tomaba el micrófono y cantaba, llegaba al corazón de quien lo escuchaba; parecía que con ello buscaba la redención.

El miércoles 17 de mayo de 2017 Soundgarden cerraba su actuación en el Teatro Fox de Detroit. La última canción que la voz de Chris Cornell entonó fue In My Time of Dying (en el momento de mi muerte), de Led Zepplin. Horas más tarde el mundo de la música despertaría con titulares sobre su muerte.

Es inútil buscarle un sentido a lo sucedido. Para todas esas personas que lo conocimos a través de su música, entendemos que hace un año se perdió una de las últimas voces mágicas e inimitables del mundo. Solo resta recordar a uno de los último referentes del grunge.