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Científicos detienen la obesidad al controlar la hormona del hambre
Combinar el método con la reducción de calorías puede ser una táctica muy eficaz a largo plazo, comentaron investigadores de Mayo Clinic.
Científicos de Mayo Clinic demostraron que la inyección de una hormona que bloquea el hambre en ratones es capaz de detener la típica recuperación del peso después de hacer dieta y de ayudar a evitar la obesidad de rebote a largo plazo. Los resultados de la investigación se publican en Proceedings of the National Academy of Sciences (Actas de la Academia Nacional de Ciencias).
“Creemos que el método de combinar la reducción de calorías con la hormona puede ser una táctica muy eficaz para controlar el peso a largo plazo. Dada la creciente crisis de obesidad en todo el mundo, trabajamos arduamente en la validación de estos resultados para una intervención médica”, comenta el autor del artículo, el farmacólogo molecular y doctor en investigación W. Stephen Brimijoin.
La investigación fue diseñada para imitar las circunstancias de las personas obesas que pese a lograr perder bastante peso, luego lo recuperan debido a que se desencadena un aumento de la grelina, que es la hormona fundamental del hambre. “Es como marcar un gol, pero que el cuerpo cambie las reglas a medio juego. Pocas personas pueden mantenerse sin recuperar el peso, porque la impresionante repercusión metabólica provoca un ansia irresistible de comer; es decir, las personas necesitan ayuda desesperadamente”, añade.
La ayuda que el presente estudio comprobó como exitosa proviene de la transferencia genética de una enzima llamada butirilcolinesterasa. Los investigadores cargaron su código de ADN en un virus neutralizado y apuntaron contra la hormona que controla el apetito: la grelina. El resultado fue contundente y duradero. En comparación con el grupo de control, el aumento en la butirilcolinesterasa redujo los niveles de la acilgrelina activa y condujo a los ratones hacia hábitos alimentarios normales. En realidad, un solo tratamiento con la enzima mantuvo a los ratones dentro de un peso normal durante el resto de sus vidas. Los investigadores esperan que los efectos tengan una correlación positiva con la reducción de afecciones como diabetes, síndrome metabólico y hepatopatía grasa.
Si bien los investigadores dicen que hasta el momento estos resultados se ven sumamente esperanzadores, es necesario investigar más para determinar si el método tendrá éxito en los seres humanos.
Todos los colaboradores de este trabajo pertenecen a Mayo Clinic y son Ping Chen, Yang Gao y Liyi Geng, quienes fueron financiados por la Sociedad de Minnesota para Biotecnología y Genómica Médica, Mayo Clinic y el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas.