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Cinco claves para disfrutar las comidas de fin de año sin excesos

Por LifeStyle | 24 Diciembre, 2015 - 09:27
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Especialista en temas de alimentación entrega pautas para pasar las comidas de fin de año y no caer en el intento.

Es muy probable que mucha gente haya tomado la decisión desde las primeras horas primaverales en cono sur de iniciar un régimen alimenticio para comer saludablemente y llegar con un peso óptimo para el verano.

Esas personas "sufren" con las fiestas de fin de año, pues saben que existen altas posibilidades de subir de peso con todas las oportunidades que hay para comer. La la doctora chilena Catalina Silva, directora del Plan Equilibrio Vital en Clínica Terré, ha desarrollado una serie de consejos para enfrentar esta situación.

La profesional es de la diea que las personas deben darse sus "gustos" culinarios, sobre todo si el contexto se da en reuniones familiares de fin de año. El punto es cómo alcanzar el equilibrio entre seguir cuidándose y no ser extremadamente estricto para disfrutar de la comida sin excesos.

"Lo principal es no llegar a extremos", subraya Silva. "Es decir, si se come en un día lo que se ha privado durante meses, va a llegar el punto en que la persona se sentirá mal. Y por otro lado, se se priva de todos los alimentos que le gustan, quedará con la sensación de que no disfrutó la instancia como pudo haberlo hecho".



¿Qué hacer'. Aquí algunos consejos prácticos.

1. Comer con moderación. Por ejemplo, si el día 24 se celebra la Navidad con la familia, intentar durante el día comer porciones pequeñas cada 3-4 horas, bebiendo harto líquido y al almuerzo, prefiriendo alguna proteína como pollo, pavo o huevo con diversas ensaladas verdes.

Si durante la celebración en la noche hay buffet o muchas alternativas para elegir, el consejo es servirse un solo plato con porciones moderadas y sin repeticiones.

Es importante asimismo, aprender a controlar las porciones y tomar elecciones entre lo que más guste: ¿prefiere el aperitivo? ¿el plato de fondo? ¿el postre? ¿el alcohol? Eligir uno o máximo dos de esas alternativas.

2. Si la comida la confecciona la misma persona, manejar alternativas sanas dentro del menú. La idea es alternando opciones saludables y otras que no lo son tanto, pero que en estas fechas sin duda están permitidas de manera moderada.

Por ejemplo, para el aperitivo se puede incorporar a los quesos y frituras, bastones de zanahoria y apio con distintas salsas hechas en base a yogurt descremado, mostaza, mayonesa libres de grasas y especias o condimentos.

Además, se pueden hacer brochetas de tomatitos cherry con quesillo y hojitas de albahaca o pastas de atún al agua o ave-pimentón con mayonesa libre de grasas y galletitas de salvado o pancitos integrales.

Otra buena opción son los rollitos de pechuga de pavo rellenos con ricota light o palta. Incluso si se anima, es posible hacer sus propios “nachos” o “doritos” a base de pan pita integral o blanco light, cortando éste en dos como chips, una capa muy finita de aceite de oliva, rociada de distintas especias y al horno precalentado por cinco minutos.

Buscar alternativas entretenidas para la comida con variadas ensaladas y verduras, tener carnes rojas magras o pollo, pavo o pescado. Es importante evitar el cerdo y embutidos. Hay que tener ojo con los aderezos de las ensaladas, ya que muchas veces pueden aportar hasta 300 calorías extra.



3. Para el postre,opciones de frutas o postres descremados. Aquí también juega un rol importante la presentación, sobretodo para llamar la atención de los más pequeños: es distinto si se pone una manzana sobre la mesa versus si se hacen brochetas o se corta una sandía con forma de canasto y se rellenan con frutas como piña, sandía y melón, que se pueden cortar en rodajas, tiras o incluso con un molde de galletas navideñas, darles formas entretenidas.

4. ¿Y al alcohol?. Si se consume alcohol, hacer la mejor opción y preferir champagne o vino. Intenta tomar una copa de alcohol y luego un vaso de agua y así ir alternando.

5. No hay que olvidar la actividad física. Es algo fundamental. Una buena alternativa es el gimnasio, pero bailar o caminar también son excelentes ejercicios. A estas actividades también se puede incorporar a la familia, programando paseos al día siguiente de la comida a la plaza, al cerro o en bicicleta.

Finalmente, la doctora Silva subraya que no hay que privarse de todo lo que a uno le gusta, pero sí aprender a moderar las cantidades y combinar opciones saludables con otras que no lo sean tanto.