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Claves para una remodelación inteligente de la casa

Por Juan Tolentino Morales/ El Economista.com.mx | 22 Mayo, 2018 - 14:19
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Si desea agregar valor a su vivienda, considere que una remodelación no siempre surtirá el efecto deseado. Si solo quiere darle mantenimiento, busque el financiamiento correcto.

Remodelar una vivienda puede sonar como una buena idea, pero no en todos los casos lo es. Más allá de contar con los recursos necesarios para ello y no sobreendeudarnos en el proceso, hay factores particulares que debemos evaluar al hacer esta decisión.

En primera instancia, hay que preguntarse: ¿para qué queremos hacer una remodelación? A esto hay dos posibles respuestas: por gusto o necesidad de más espacio, o para aumentar su valor de mercado.

Para Jorge Valle, director comercial nacional de SOC Asesores Hipotecarios, las mejorías por gusto o por temas aspiracionales o motivacionales son las más usuales, y entre éstas se distinguen dos tipos: las remodelaciones simples, y las remodelaciones completas.

Las adaptaciones simples se refieren a cambios como el de una fachada, de muebles o pisos de la propiedad, mientras que la remodelación completa requiere de cambios estructurales de la vivienda, como tirar muros o la construcción de nuevos espacios, como una habitación e incluso una planta entera.

Mientras que el primer tipo de remodelación podría hacerse con recursos de su bolsillo, el segundo probablemente requiera de un crédito, y para esto hay tres opciones.

La primera opción es tramitar un crédito para remodelación como una segunda hipoteca, explicó Jorge Valle, mientras que si ya ha terminado de pagar la vivienda, puede tramitar un financiamiento de remodelación “puro”.

Si su banco no tiene un crédito para remodelación, una tercera opción es un esquema de pago de pasivos más remodelación, que es tener un crédito hipotecario con otro banco y tramitar un segundo préstamo para remodelar.

Tenga en cuenta que, para otorgar un crédito de remodelación, algunos bancos pueden solicitar que tenga un proyecto de obra que ejecute un profesional de la construcción, advirtió el especialista, y aun cuando no requiera de otro préstamo, si ya está pagando una hipoteca es importante avisarle a la entidad financiera.

“Los contratos de los bancos incluyen una cláusula que dice que está obligado a notificarles cuando pretende hacer una remodelación en la vivienda, porque si haces una modificación y esto hace que la vivienda llegara a tener un desperfecto, u ocurre algo de fuerza mayor, el seguro no le cubriría porque está alterando el estado normal o el estado asegurable de la vivienda”, agregó.

Para una remodelación es importante considerar créditos especializados, sugirió el experto, dado que un crédito de remodelación tiene el mismo rango de tasas que los préstamos hipotecarios (entre 10 y 11% anual), mientras que un crédito personal tiene tasas de alrededor de 25% que, aunado al Impuesto al Valor Agregado (IVA), pueden resultar en financiamientos con un Costo Anual Total de entre 29 y 30%, e incluso estructurados a un menor plazo, lo que conlleva mensualidades más altas.

En países como México, “el crédito de remodelación no genera IVA y tiene la facilidad de adelantar pagos si así lo desea”, añadió, por lo que los créditos personales, de nómina o tarjetas de crédito no son el medio de financiamiento adecuado.

Considere que estos préstamos solicitan un enganche que puede ir desde 10% del crédito, y pueden financiar montos desde 25% del valor de la vivienda, según información de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) actualizada a diciembre del 2017.

Por otra parte, si lo que usted quiere es hacer modificaciones para aumentar el valor de su vivienda, es muy importante tener en cuenta que una remodelación no siempre incidirá en el valor de una propiedad.

“Hay un factor para la valuación comercial que beneficia o perjudica el valor de una vivienda, que son los comparables; supongamos que tiene una casa en una colonia cuyos precios bordean los US$ 100 mil, por lo que su casa en el estado actual tiene ese valor, y decide hacer una remodelación de 30% del valor del inmueble, es decir, le va a destinar alrededor de US$ 30 mil más para remodelarla”, ejemplificó Jorge Valle.

En este supuesto, continuó, la casa debería tener un valor de US$ 130 mil cuando sea remodelada, pero al hacer un avalúo comercial e identificar las comprables de la zona, todas van a seguir en US$ 100 mil, lo cual le va a afectar el monto promedio del valor unitario; es decir, no se va a ver reflejado de manera directa, y su casa —a pesar de las mejorías— seguiría teniendo el valor de mercado.

Por otro lado, si su casa está en una colonia donde el resto de las viviendas tienen un valor superior a la suya, una remodelación podría hacer que su inmueble compita en valor con los demás. “La plusvalía reflejada podría ser incluso mayor a la remodelación”, consideró el especialista.

“Si se está pensando (en remodelar) como negocio, procure no salirse de manera estrepitosa de los rangos de su entorno; si es para su uso y goce, puede ponerle incluso alberca aunque sea una colonia de interés social, pero tenga en cuenta que cuando quiera vender la casa, no necesariamente va a recuperar lo invertido”, concluyó.