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Clint por Eastwood

Por Fabián Waintal/ Excélsior | 8 Febrero, 2018 - 09:37
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El actor, director y productor, quien estrena '15:17 tren a París', narra cómo se inició en la actuación y cómo decidió apostarle a 'Harry el sucio'.

No es no­vedad lo difícil que es man­tener el éxito en Hollywood, pero Clint Eastwood pare­ce que no se enteró porque siempre supo encontrar­lo en cada una de las últi­mas seis décadas. Con los spaghetti westerns de Sergio Leone hasta Harry el sucio y los Oscar de Los imperdo­nables y Million Dollar Baby. Ahora estrena 15:17 tren a Pa­rís y no piensa en el retiro.

“Me siento como en la es­tación de los sándwiches del hoyo 9 en un campo de golf. En mitad del partido, con la misma ficha. Supongo que tengo mucho por hacer. Es un honor poder seguir tra­bajando a esta edad y espe­ro seguir aprendiendo algo nuevo todos los días, tan­to sobre el cine como con la vida. Uno no para de cambiar y evolucionar. Y si no lo ha­ces, es ahí donde uno empie­za a decaer. Pero eso, no es para nada saludable”, explica en entrevista.

El también director y pro­ductor, quien abandonó la universidad para dedicarse a la actuación, y quien cre­ció en la época de la Depre­sión (1930), incursionó en la actuación en la escuela se­cundaria, pero la obra que realizó con sus compañeros no fue buena, tanto que dijo: “nunca más me pidan que lo haga de nuevo”.

“No lo hice, hasta que a principio de los 50, estaba en el City College de Los Ángeles y empecé a ir a algunas clases de actuación por la noche, sólo porque iba un amigo mío y había mujercitas bas­tante interesantes en la clase. Y se me ocurrió que podía ser una buena idea echar un vis­tazo. Era algo muy poco pro­fesional, pero fui.

“Traté de hacer algunas improvisaciones, incluso y un cinematógrafo llamado Irving Glassberg me invitó a trabajar con él por 75 dólares a la semana, que en ese en­tonces podías comprar algo. Después conseguí un con­trato con Universal Studios y estuve por un año y medio hasta que me despidieron.

“Se cansaron del progra­ma, dijeron que les costaba demasiado y no nos esta­ban aprovechando. Tampo­co estaban haciendo nada bueno en aquel entonces. Y así pasé los años 50 con ro­les poco importantes, algo de televisión en vivo y, de vez en cuando, conseguía un perso­naje en cine. Pero al final de la década, en el 58 o 59, me tomaron una prueba en CBS en un show llamado Rawhi­de y conseguí el primer tra­bajo donde pude vivir de la actuación. Para mí, fue un sueño. Así estuve como seis años hasta que mi represen­tante me preguntó si quería ir a Italia a filmar una pelí­cula de vaqueros con un re­make japonés. Y yo dije que no quería ir”.

Su fama internacional llegó de Italia, con la trilogía de los spaghetti westerns de Sergio Leone, Por un puñado de dólares (1964) y Por unos dólares más (1965). En los 70 estrenó El seductor y luego consolidó el emblemático personaje de Harry El Sucio, lo demás, es historia.

Al hablar de ese viaje a Italia recuerda que él sólo quería tomarse unos días de vacaciones, “y de repente leí el guión como un favor, pen­sando que iba a ser una por­quería. Y me di cuenta que era Yojimbo, porque admira­ba la película de Kurosawa, la había visto y me pareció que podía llegar a ser una buena versión de vaqueros, aunque pensé que nadie se iba a animar a hacerla. Ahí fue que decidí filmarla, pero fue algo muy insignificante, costó 200 mil dólares. Nun­ca antes había estado en Ita­lia ni España, donde también filmé muchísimo. Y después empecé a filmar dos pelícu­las por año. Sergio Leone era muy bueno eligiendo la gen­te, mostrando algo diferen­te. Y trabajar con un director europeo fue algo muy bueno para mí.

¿Y el clásico de Harry El Sucio?, se le cuestionó. “Fue algo que me gustó desde el momento que me dieron el guión. Mucha gente pen­só que era política­mente incorrecto. Era el principio de la era donde todos pensaban que ha­bía que ser políti­camente correctos y que me estaba suicidando con algo así. Decían que ha­bíamos perdido el sentido del humor, pero la filmamos. Me pareció interesante en ese momento”, comentó y le sorprendió el éxito que tuvo.

“Pensaba que Harry el su­cio podía llegar a funcionar como también podía fracasar por completo, pero es algo que siempre pensé con todo lo que hice”.

Ahora, Clint Eastwood es­trena la cinta 15:17 tren a Pa­rís, una historia para la que se decantó por el realismo y la naturalidad de los héroes reales, los estadunidenses Anthony Sadler, Alek Skarla­tos y Spencer Sto­ne que, en agosto de 2015, detuvie­ron a un terroris­ta y evitaron una posible masacre en el interior del tren de alta velo­cidad Thalys que iba de Ámsterdam a París.

Clint Eastwood, quien asistió a la premier el lunes pasado, ha declarado que desde que leyó la noticia en los periódicos le pareció fas­cinante. El actor y director decidió usar a los héroes rea­les, un reto más que ha logra­do superar.