Artículos

Comida con cannabis: una mezcla que debe hacerse con precaución

Por El Observador / Lifestyle | 1 Agosto, 2015 - 11:44
  • mariguana_comida_el_observador.jpg

Agregar marihuana a la comida es una forma segura de consumirla, pero en exceso puede ser mortal.

Un joven de 23 años fue a una farmacia en Denver, Colorado, y compró una galleta con marihuana. El vendedor le explicó que debía partirla en seis porciones, para regular la dosis consumida. El joven le regaló la galleta a Levy Thamba, un amigo de 19 años, y le explicó las indicaciones.

Thamba, un estudiante de intercambio congoleño sin experiencia con la cannabis, ni con ningún otro tipo de droga, se comió uno de los pedazos y esperó la media hora que se supone que la galleta tarda en causar efecto.

Pero como no sentía cambios, se comió los otros cinco. Durante las dos horas siguientes, Thamba mostró un comportamiento errático y violento, que finalmente lo llevó a morir tras saltar al vacío desde un cuarto piso.

Este hecho, tras realizar la autopsia del joven y la investigación policial correspondiente, llevó al Centro de Control de Enfermedades estadounidense (CDC por sus siglas en inglés) a emitir un comunicado de alerta para todos los lugares de Estados Unidos donde el uso recreativo de marihuana es legal.

En el mismo solicitaba a quienes venden comidas con cannabis que identifiquen debidamente los productos y especifiquen el modo de uso. No obstante, el CDC reconoció que en este caso la responsabilidad no era del distribuidor, sino del consumidor.

Cuando se ingiere marihuana con los alimentos se debe tener más precaución que si se fuma o se vaporiza. Porque la forma en la que el cuerpo procesa el THC (tetrahidrocannabinol, el agente psicoactivo principal de la marihuana) de forma más lenta cuando se ingiere.

La regulación para los alimentos con cannabis del estado de Colorado establece que la cantidad máxima de THC que puede tener una porción es de 10 miligramos, la dosis recomendada para sentir los efectos.

Sin embargo, mientras el cigarro o el vaporizador hacen efecto en cuestión de segundos, mientras que el uso comestible tarda entre media hora y dos horas, según el individuo.

Además, al comer una galleta o un brownie con marihuana se ingiere una mayor cantidad de THC que si se fuma un cigarro. Esto, combinado con el procesamiento más lento en el organismo, hace que los efectos tarden más en sentirse, pero que, por el contrario, sean más potentes.

Justamente la lentitud en afectar al organismo puede hacer que el usuario se vea impulsado a consumir más, lo que, como en el caso de Thamba, puede tener consecuencias fatales.

El CDC también alertó de este hecho en su comunicado, destacando que el consumo excesivo de cannabis puede convertirse en un "riesgo" si no se toma conciencia.

De todos modos, los médicos suelen recomendar el consumo por vía oral de la marihuana, junto al vaporizado, por encima del fumado, ya que al involucrar la combustión el consumo por esta vía se hace más peligroso para el usuario, al generar irritación en la vía respiratoria.

Incluso, en países como Israel, donde el uso médico de la marihuana está permitido, se otorgan galletas con cannabis a los pacientes como parte de sus tratamientos, considerando que se trata de una forma segura de consumir la droga.

Según la encuesta más reciente de la Junta Nacional de Drogas (JND) de Uruguay de mayo de este año, un 9,3% de la población consumió marihuana en el último año, cifras que crecen año tras año. En 2013, el gobierno, a través de la JND, recomendaba consumirla en alimentos.

Marihuana en la cocina

El consumo por vía oral de la marihuana se ha popularizado a través de alimentos dulces como galletitas, brownies o tortas.

En agosto de 2013, el chef uruguayo Jorge Oyenard explicó que "lo que se hace es colocarla en la manteca, que pase a la materia grasa. El brownie es el disfraz más efectivo, pero no tiene nada que ver con el gusto", asegurando que la utilización de la planta no genera ningún cambio en el sabor ni en la textura de la comida.

Si bien agregar cannabis a las comidas es una forma menos perjudicial para el consumidor, no deja de ser un método riesgoso. Por ende, se hace necesario tener paciencia y esperar al efecto, para evitar repetir casos como el de Thamba.

* Fotografía principal El Observador