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Cómo descubrir y qué hacer si los niños tienen altas capacidades intelectuales

Por LifeStyle | 17 Octubre, 2015 - 15:20
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Las once señales básicas que permiten entender si su hijo o hija tiene estas características y los cinco pasos esenciales a seguir.

La paradoja es evidente: niños con mayor capacidad que el resto, que no han sido diagnosticados a tiempo, pueden vivir problemas como el fracaso escolar.
 
Y es que el concepto de niños con altas capacidades intelectuales es una idea medianamente nueva en el ámbito psicológico. Se refiere a una mezcla de conductas en los menores que indican sobredotación, talento y precocidad de comprensión.
 
Los expertos señalan que hay niños que tempranamente adquieren algunos hitos intelectuales o psicomotrices, como  hablar antes de los dos años o a escribir antes que el resto de los niños de su edad.
Hay casos que avanzan hacia niños sobredotados, que la Organización Mundial de la Salud ubica en menores con  un coeficiente de inteligencia igual o superior a 130. En otros ejemplos se avanza hacia talentos destacados. En ambos, la creatividad es un rasgo claramente distintivo.
 
Los niños y niñas de altas capacidades intelectuales evidencian una dinámica llamada “disincronía evolutiva”, a través de la cual todas las áreas de su desarrollo no siguen una evolución paralela, de manera que pueden estar preocupados por temas existenciales y -a su vez- reaccionar con una rabieta ante la pérdida de un juguete. 
 
Y lo que ocurre es que intelectualmente están en un punto y emocionalmente en otro. Una frustración clásica en estos casos es la intención de hacer cosas que ha pensado o imaginado, pero que realmente no están en condiciones de lograrlas a su edad, lo que da origen a una intensa impotencia.
Los especialistas subrayan que las altas capacidades no constituyen una característica, sino que son una forma de ser. Eso implica una manera diferente de entender y procesar la realidad.
 
Estos niños perciben más información de la que pueden gestionar y el mundo se vuelve por momentos más difícil. 
 
Mientras sus pares tienen intereses muy diferentes a los suyos y no parecen comprenderles, los adultos desconocen el proceso e intentan que sus hijos adquieran una conducta más similar a los demás. 
 
De allí es que los padres son los primeros llamados a tomar cartas en el asunto.
 
* Las once principales señales
 
-1. Desde pequeños son niños muy demandantes, sobrestimulados, con un buen nivel de coordinación psicomotriz, levantan la cabeza antes del mes de vida, vocalizan dos sonidos distintos sobre el mes y medio, marcan su primera palabra cerca de los cinco meses y a los seis meses ya responden a su nombre.
 
-2. Emocional y sensorialmente intensos, lo que incomoda y descoloca a los padres que no entienden ese exceso de emocionalidad en sus reacciones. Un punto claro es la baja tolerancia a la frustración y muy tempranamente muestran gran capacidad empática y un marcado sentido de la justicia y la equidad.
 
-3. Hipersensibilidad sensorial física, les molestan detalles como –por ejemplo- las etiquetas de la ropa o los sonidos muy ruidosos. Perciben la realidad de manera diferente y eso puede afectar a cualquiera de los cinco sentidos. Son niños muy inquietos, entusiastas y con ganas de actividad física o cognitiva.
 
-4. El aburrimiento les lleva a la desconexión y por ello es muy frecuente el erróneo diagnóstico de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDA-H) en niños con altas capacidades. 
 
-5. Cuestionan la autoridad y las decisiones hacia ellos siempre deben ser tomadas con argumentos que tengan sentido para ellos.
-6. A edades muy tempranas y desde diversos ángulos se ven interesados por temas como el origen de la vida, el espacio, la muerte, la existencia de Dios, los orígenes, la justicia social, etc.
 
-7. Gran desarrollo de la memoria, tanto a corto como a la largo plazo, incluyendo imágenes, sonidos y objetos con un nivel de detalle muy preciso.
 
-8. En la mayoría de los casos hacen un aprendizaje escritura y lectura temprano e incluso muchas veces solos. Cuando son escolarizados a los 3 años, muchos de ellos ya leen y escriben sin haber recibido estimulación ni aprendizajes previos.
 
-9. Exhiben un vocabulario preciso y amplio para su edad.
 
-10. Poseen gran sentido de la independencia y de la libertad.  No resultan fáciles de educar especialmente en sistemas familiares y escolares rígidos y con exceso de normas. Son muy autocríticos y perfeccionistas. 
 
-11. En lo que no les interesa, demuestran ser muy distraídos. Su cerebro percibe todo, todo el tiempo, por lo que tienen sobrecargas sensoriales y emocionales, desorganización personal, distracción, retraso en el procesamiento de la información menos relevante, bloqueos y fatiga mental. Para muchos padres es difícil entender cómo estos niños no sean capaces de ponerse una camiseta por el derecho, por ejemplo.
 
* Los cinco pasos esenciales qué deben dar los padres
 
-1. Informarse todo lo puedan para entender cuáles son las necesidades de su hijo y actuar en consecuencia. Vivirlo como un privilegio, no como un problema. 
 
-2.  Los sistemas educativos en la región no parecen muy adecuados para niños y niñas de altas capacidades. Es un desafío social no menor.
 
-3.  Los expertos apuntan que no es raro que estos menores desarrollen síntomas de ansiedad y depresión en casos no diagnosticados o no atendidos de acuerdo a sus necesidades. En general, existen carencias a niveles de salud y educación sobre estos temas, por lo que se aconseja a los padres recorrer varios lugares con sus hijos, hasta que les entreguen una atención adecuada, ya sea en centros clínicos o educativos. 
 
-4.  Es imprescindible una atención profesional adecuada, a nivel psicológico y especializado. Lo ideal es confirme o no el diagnóstico, pues a partir de allí se comienzan a dar pasos adecuados. La detección tempranas, favorece la canalización de todo su potencial y hace que los padres empiecen entender y a empatizar con las necesidades reales de su hijo.
 
-5.  La única forma técnica de establecer en cuál fase se encuentran los menores es a través de  una evaluación hecha por profesionales del ámbito psicológico y psiquiátrico especializado.