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Cómo disfrutar al máximo de San Andrés

Por Marcela Díaz Sandoval*/ El Espectador | 21 Septiembre, 2018 - 10:00
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Con esta guía sabrás qué hacer y cuánto gastarás en tu próximo viaje a la isla colombiana.

San Andrés no es nada de lo que le han dicho. Para usted puede ser mucho más o mucho menos. Intente, antes de aterrizar en este paradisíaco destino, eliminar todas las sugerencias que le han hecho y dedíquese a disfrutar, a vivir la isla con ojos de extranjero, como quien no tiene referentes y se deja sorprender por las pequeñas cosas cotidianas. El sol en San Andrés, por ejemplo, calienta más de lo que la mente imagina, su gente anda a un ritmo asombrosamente despreocupado; pese a ser un territorio colombiano, su lengua autóctona no es el español sino el creole y su encanto va más allá de tener el mar de los siete colores. 

¿Cómo llegar? Desde Bogotá salen vuelos directos a muy buenos precios. En Viva Air, por ejemplo, puede conseguir tiquetes desde $118.000 por trayecto. Son dos horas las que lo separan de conocer el archipiélago que fue declarado por la Unesco como Reserva de Biosfera Seaflower el 10 de noviembre de 2000. Dado que el ingreso a la isla tiene un costo, en el aeropuerto de origen debe comprar una tarjeta de turismo (que tiene un valor actual de $109.000 por persona), la cual piden antes de salir de la isla. 

Su esencia turística se puede percibir desde el momento en que pisa tierra isleña. En el aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla se hacen largas filas mientras revisan los equipajes y la documentación. Afuera, varias personas lo esperan para ofrecerle la carrera hacia su lugar de hospedaje (debe pagar un carro o caminar porque allí no llegan buses). La isla, pese a protegerse de la sobrepoblación (ningún turista se puede quedar más de tres meses en el destino), cuenta con varias opciones de alojamiento que van desde hoteles que cuestan $40.000 la noche hasta resorts con planes todo incluido que le pueden costar más de un millón de pesos.

Al poseer la tercera barrera de coral más grande del mundo (de 70 kilómetros), la mayoría de las actividades en San Andrés giran en torno a su encantador mar. Es difícil resistirse a su magia y no pasar al menos unos minutos deleitando la vista sus colores, que van desde el azul cielo hasta el turquesa (eso sí, cuando hace sol, porque cuando decide llover las nubes opacan todo el lienzo). Los deportes náuticos más practicados son sunfish, katesurf, windsurf, jet ski y, por supuesto, buceo, del cual se encuentran escuelas certificadas. 

Pero si su relación con el mar no va más allá de la playa, estas son otras opciones que tiene para conocer el destino:  

Visitar la primera iglesia bautista: esta fue la primera religión que llegó a la isla y desde entonces se ha mantenido como la que mayor número de feligreses tiene. Gracias a su ubicación en una loma, la vista desde el campanario es espectacular. La entrada cuesta $5.000 y le permite hacer un recorrido por la iglesia y subir al mirador más alto de la isla. 

Recorrer la Casa Museo: por $10.000, los turistas tienen la oportunidad de conocer de cerca las tradiciones y la cultura que identifican a la isla. Allí pueden ver cómo se distribuían los espacios en una casa antigua y los objetos a los que les daban valor, como el mueble donde la señora de la casa guardaba sus joyas y solo ella tenía acceso. Al final del recorrido las guías hacen una presentación de la danza típica e invitan a los visitantes a aprender unos cuantos pasos.

Laguna Big Pond: también conocida como laguna de La Loma, está ubicada en el centro de San Andrés, es un lugar precioso donde se puede ver el contraste de la vegetación y el agua dulce en medio de la isla. Allí los visitantes aprenden un poco de las babillas y su comportamiento, gracias al recorrido que hacen unos guías expertos. El costo por persona a este lugar es de $5.000. 

West View: se trata de un parque ubicado frente a la zona de La Piscinita, que bien podría parecer una pecera natural, allí los turistas pueden acceder al mar por medio de un tobogán, un trampolín o unas escaleras. El ingreso tiene un costo de $5.000 por persona e incluye una tajada de pan para darles a los peces. Hay algunas mesas, sillas y un bar donde también pueden guardar los bolsos. 

El mar de San Andrés no solo se disfruta bañándose en sus cálidas aguas, también en la gastronomía. Los menús en los restaurantes son protagonizados por platos de cangrejos, langostas, mejillones, langostinos y el más típico de todos: el rondón, un filete de pescado acompañado con yuca, ñame, plátano, domplín (tortas de harina), que se cocina con leche de coco. Dos restaurantes recomendados son el Gourmet Shop Assho y el tradicional Nikos, donde pueden disfrutar la comida al ritmo de polca, calypso y mazurca. 

Inevitablemente son muchas las fotografías que se llevará de San Andrés, muchas otras captadas por la mente, pero si también desea llevarse un recuerdo material no puede dejar de pasar por el puerto libre, donde encontrará perfumes, chocolates, licores e incluso electrodomésticos a muy buen precio. 

Sin duda San Andrés es un destino que se disfruta más con ojos de extranjero.

Dónde dormir

Son múltiples las opciones de hospedaje que ofrece San Andrés: desde resorts de lujo hasta hostales, para quienes prefieren ahorrar en la posada. Uno de los  recomendados en la isla es el GHL Relax Hotel Sunrise, ubicado sobre la avenida Newball. La instalación cuenta con varios ambientes, como el Park Point Lobby Bar, el restaurante Paradise, la piscina-bar construida sobre el mar, la discoteca Blue Deep y el centro de convenciones Cotton Cay. Dos de los plus que sobresalen son la buena atención y la exquisitez de la comida. El precio por noche inicia desde $489.000 con desayuno incluido.

*Invitación de Cotelco