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Cómo disfrutar Buenos Aires en dos días

Por El Observador | 6 Mayo, 2019 - 11:08
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La ciudad argentina se destaca por su variada arquitectura, atractivo artístico y una popular escena gastronómica.

Si se planea una visita corta a la gran ciudad al otro lado del charco, es posible dedicarle un fin de semana, período perfecto para caminar y disfrutar la ciudad. 

Una sugerencia es armar dos grandes grupos (uno para cada día) basados en las zonas que se pueden recorrer. Está claro que en dos días siempre quedarán atracciones sin conocer, y es ese el factor clave para tomar la decisión de volver. 

Una herramienta muy útil es el bus doble piso. Utilizarlo por las 48 horas será una manera de aprovechar el tiempo, ya que se obtiene información de los puntos que se visitan, mientras se va desplazando de un lugar a otro. Es importante tener en cuenta el punto de la ciudad donde uno se aloja para elegir uno u otro itinerario. 
Centro, Recoleta, Palermo 

El punto de partida del primer día debe ser, sin duda, el obelisco, en la intersección de las famosas avenidas Corrientes y 9 de Julio. El obelisco es un protagonista indiscutido de la vida diaria de los porteños, aquí se realizan festejos, manifestaciones; las tribus urbanas copan su explanada y surge el arte, y todo ante la vista y el disfrute de los turistas, que no paran de sacarse selfis con el obelisco de fondo y las frases fundacionales que se inscriben en sus cuatro caras, así como el clásico cartel de enormes letras corpóreas “BA”.

Una de las visitas imprescindibles es al teatro Colón, una maravilla de la arquitectura de principio del siglo XX que fue restaurada por completo en el año 2008. Si se dispone de un poco más de tiempo se puede realizar una visita guiada (en el horario de 9 a 17, con salidas cada 15 minutos, según información de la página del Gobierno de la Ciudad). En la zona del Microcentro una recorrida imprescindible es la calle Florida, un clásico de toda la vida, con sus negocios y atracciones, que va desde la plaza San Martín, donde se erige el famoso Edificio Kavanagh, pasando por la intersección con la calle Córdoba –con las Galerías Pacífico–, hasta la calle Rivadavia, a partir de la cual se transforma en calle Perú.

A metros se encuentra la plaza de Mayo, con el cabildo, la catedral metropolitana, el monumento al General Belgrano, la Pirámide de Mayo y la Casa Rosada. Es obligatorio tomar la emblemática avenida de Mayo y detenerse en un clásico, el café Tortoni, distinguido como uno de los bares notables de la ciudad, y sentarse en una de las mesas que ocuparon personajes como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, o Carlos Gardel. A pocos metros se levanta el Palacio Barolo, que fue el más alto de la ciudad hasta 1935, con su famoso faro y su simbolismo de la Divina Comedia de Dante. Desde ahí se llega al Congreso de la Nación, sede del Parlamento. El Gobierno de la Ciudad promueve las visitas guiadas a la Plaza de Mayo todos los domingos a las 15, desde el Centro de Atención al Turista en Florida y Roque Sáenz Peña.

Si el clima acompaña, una de las sugerencias es dirigirse a Puerto Madero, donde recorrer los diques y almorzar en alguna de las variadas opciones gastronómicas. Otra posibilidad es desplazarse hacia el barrio de Recoleta. Dos imprescindibles, sobre todo para quienes se interesan por el arte, es visitar el Museo Nacional de Bellas Artes, sobre avenida Libertador, y a pasos, sobre la calle Figueroa Alcorta, la escultura Floralis Genérica en la plaza de las Naciones Unidas. Muy cerca se encuentra también el Centro Cultural Recoleta, totalmente renovado.

Para seguir la caminata, puede visitarse el Museo de Arte Decorativo y almorzar en su cafetería, en un hermoso patio al aire libre, y por Figueroa Alcorta, unas cuadras más adelante, se encuentra el Museo de Arte Latinoamericano, más conocido como Malba. Luego de empaparse en historia y arte, un gran plan en esa misma zona para relajar la mente será ir de compras. En Palermo Soho hay gran cantidad de tiendas con las últimas tendencias y, en las cercanías, se encuentran los outlets de Gurruchaga; o los outlets de Córdoba, tomando Córdoba en dirección al centro. 

Llegado este punto la decisión será si volver al hotel a refrescarse para comenzar la actividad nocturna, o seguir de largo y cenar directamente en Palermo. Si así fuera, la recomendación es hacerlo en Palermo Hollywood, en alguna de las múltiples y encantadoras opciones que existen sobre la calle Humboldt, Fitz Roy o sus transversales.

En el capítulo nocturno vale recordar la actividad teatral sobre la renovada calle Corrientes, que se vuelve peatonal desde Callao hasta el Obelisco, en el horario de 19 a 2 de la madrugada. Los más trasnocheros nunca deben olvidar que Buenos Aires tiene una oferta incansable de bares, discotecas y todo tipo de lugares para divertirse hasta altas horas.

San Telmo

Con una primera jornada muy cargada, lo recomendable es tomarse la segunda con mayor calma. Por lo tanto lo ideal sería levantarse cuando el cuerpo lo decida, y guardar capacidad estomacal hasta llegar a San Telmo para disfrutar de un espectacular brunch.

Este barrio es una gran opción para el domingo, ya sea para disfrutar de una excelente comida, para recorrer sus calles o para seguir adentrándose en el mundo del arte. La feria de San Telmo (famosa los domingos en la plaza Dorrego) y el mercado de San Telmo son un gran plan para disfrutar de una gastronomía multicultural y dejarse deslumbrar con la enorme variedad de tiendas. En San Telmo puede visitar se el parque Lezama, la iglesia Ortodoxa Rusa, el Museo Histórico Nacional, el Museo de Arte Moderno (Mamba) y el Museo de Arte Contemporáneo (Macba).