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¿Cómo es en realidad la enfermedad del Joker?

Por El Espectador | 17 Octubre, 2019 - 13:00
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Tras el éxito de la película del villano de Batman, el síndrome pseudobulbar que padece el personaje ha ganado atención, pero sin total claridad de sus efectos.

Por estos días Joker ha dado mucho de qué hablar. Más allá de los elogios que ha tenido la película por el guion, la banda sonora, la fotografía o la actuación, el trasfondo psicológico que sufre el personaje llama la atención de cualquiera. Pasar de la risa al llanto en contados segundos y de manera repetitiva, sin lograr controlarlo cómo le sucede a Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) ¿es posible o simplemente se trata de las características del personaje que presenta el director y guionista  estadounidense Todd Phillips?
 
Según expertos de Mayo Clinic, este padecimiento si es real y medicamente se le conoce como síndrome pseudobulbar, una enfermedad que se caracteriza por episodios de risa o llanto repentinos, descontrolados y fuera de lugar. El síndrome pseudobulbar generalmente ocurre en personas con determinadas enfermedades o lesiones neurológicas que pueden afectar la manera en la que el cerebro controla la expresión emocional.
 
Las personas que padecen este síndrome experimentan emociones con normalidad, pero a veces las expresan de manera exagerada o fuera de lugar. Como consecuencia, la enfermedad puede ser embarazosa y perturbadora para la vida cotidiana de quien la padezca.
 
Este síndrome no se diagnostica a menudo, o se lo confunde con trastornos del estado de ánimo. Sin embargo, cuando se descubre en una persona se puede controlar con medicamentos.
 
Síntomas

Los signos primarios de labilidad emocional son los ataques frecuentes, involuntarios e incontrolables de llanto o risa que resultan exagerados o no están conectados con el estado emocional. La risa suele transformarse en lágrimas. El humor parecerá normal entre episodios, los que pueden producirse en cualquier momento. El llanto parece ser un signo más frecuente que la risa.
 
El grado de respuesta emocional causado por la labilidad emocional suele ser sorprendente, con un llanto o una risa que pueden durar varios minutos. Por ejemplo, puede reír sin control en respuesta a un comentario medianamente gracioso. O puede reír o llorar en situaciones que otros piensan que no son graciosas o tristes. Por lo general, estas respuestas emocionales representan un cambio en cuanto a la forma en que se habría respondido anteriormente.
 
Debido a que la labilidad emocional muchas veces implica llanto, esta afección suele confundirse con depresión. Sin embargo, estos episodios tienden a ser breves, mientras que la depresión provoca una sensación persistente de tristeza. Las personas con frecuencia carecen de ciertas características de la depresión, como trastornos del sueño o pérdida del apetito. No obstante, la depresión es frecuente entre aquellos que padecen labilidad emocional.
 
¿Cuando consultar al médico?

Si al leer esto considera que tiene labilidad emocional, pero si tiene una afección neurológica, puede que ya esté bajo tratamiento con un médico que pueda diagnosticarla. Los especialistas que pueden ayudar incluyen, entre otros, neuropsicólogos, neurólogos y psiquiatras.
 
Se tiene la sospecha de que muchos casos de labilidad emocional no son informados y no se diagnostican correctamente debido a una falta de concientización sobre esta afección.
 
Causas

El síndrome pseudobulbar (PBA) normalmente se manifiesta en personas con afecciones o lesiones neurológicas como las siguientes:
 
- Accidente cerebrovascular
- Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
- Esclerosis múltiple (EM)
- Lesión cerebral traumática
- Enfermedad de Alzheimer
- Enfermedad de Parkinson

Aunque se requiere más investigación, la causa del síndrome se cree que incluye una lesión en las vías neurológicas que regulan la expresión emocional externa (sentimientos).
 
Complicaciones

Los síntomas graves pueden causar vergüenza, aislamiento social, ansiedad y depresión. Este trastorno podría interferir con la capacidad de trabajar y realizar tareas diarias, en especial cuando ya tiene una enfermedad neurológica.