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Cómo estimular a los niños a desayunar

Por Lucía Alba/ El Observador | 10 Octubre, 2017 - 15:21
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La planificación, la elección de alimentos nutritivamente adecuados, y la creación de un ambiente adecuado son las claves para convertir las mañanas en momentos más amenos.

El Observador | Cuando el niño se levanta sin ánimo de desayunar, no es recomendable forzarlo a hacerlo, a pesar de haber repetido cientos de veces que el desayuno es una comida fundamental. La estrategia, entonces, debería ser mejorar el desayuno, desde los alimentos que se ofrecen hasta el tiempo que se dedica a realizarlo. Además, se debe prestar atención a las horas de descanso previo y, de ser necesario, contar con la opción del "desayuno diferido".

Lo que sucede comúnmente es que el niño no se levanta con suficiente tiempo para despejarse, vestirse y sentarse tranquilamente a desayunar junto con los demás miembros de la familia. Y en los tiempos modernos es comprensible que suceda. Sin embargo, los adultos deberían predicar con el ejemplo.

El desayuno podría ser un momento de encuentro, para organizar en familia las tareas y actividades que cada uno llevará a cabo. Probablemente, sea más estimulante para el niño pasar un momento divertido en familia que comer o beber algo antes de salir para la escuela solo porque los expertos dicen que así rendirán mejor o no sufrirán de sobrepeso.

Tal vez sea buena idea planificar y preparar el desayuno la noche anterior. Si el niño se acuesta a una hora prudente, es probable que al día siguiente se levante más descansado, con tiempo y ánimo para desayunar. Todo desayuno para ser completo debe contar con un lácteo, un panificado y una fruta. ¿Algunas opciones? Un pote de arroz con leche, una crema, un licuado de leche y fruta, un yogur con frutos secos, tostadas integrales con queso magro y luego una fruta fresca o en forma de jugo.

De todos modos, no es necesario obligar al niño a comer apenas se levanta si no tiene hambre. En estos casos se puede implementar el desayuno en diferido. Significa que, en vez de desayunar en casa, lo hacen un poco más tarde, siempre y cuando cuenten con alimentos saludables. En este caso, hay que pensar en poner algo nutritivo en la vianda y no en opciones más rápidas y poco apropiadas. Lo mejor sería, por ejemplo, preparar un sándwich de pan integral con queso fresco magro, lechuga y tomate, o con tomate y palta. Hay cientos de combinaciones con vegetales, frutos secos y quesos para ir variando día a día.

Otra opción para el desayuno diferido es la fruta cortada y pronta para comer, puede ser también en forma de brochettes, ensaladas o incluso hasta bañadas en chocolate y frutos secos.

En cualquier caso, es importante permitirle al niño participar en la planificación (y por qué no en la preparación) para que pueda expresar sus gustos y preferencias, sabiendo que tendrá que elegir entre ciertas opciones nutritivas y que otros tipos de alimentos no serán adecuados para esa ocasión.

*Lucía Alba es licenciada en Nutrición