Cuba, empeñada en aumentar la producción de la apicultura, produce hoy dos suplementos dietéticos, Jalex y Viprol, ambos en forma de tabletas y elaborados a partir de la miel de abejas.

Jalex, un revitalizador del sistema nervioso central, se presenta en tabletas masticables de jalea real, de 100 miligramos, y se recomienda para pacientes que presentan cansancio, agotamiento nervioso, anorexia, anemias, estados de convalecencia  y pérdida de peso corporal, entre otros síntomas.

Este medicamento también se puede emplear para combatir el asma bronquial, las afectaciones hepáticas, artritis y en general todas aquellas patologías de desgaste general, dijo a la prensa local Roberto Quiala, especialista de mercadotecnia del Laboratorio Farmacéutico Oriente, de Santiago de Cuba, entidad encargada de producir el fármaco.

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Señaló que la jalea real constituye el alimento más puro, mejor digerido y concentrado de cuantos produce la abeja melífera.

Explicó que Jalex es una sustancia de extrema complejidad en cuanto a su composición, pues contiene proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas importantes como la E, todas las del complejo B, hormonas, enzimas y minerales requeridos, entre ellos calcio, fósforo, hierro, magnesio, potasio y zinc.

"Además, posee 18 aminoácidos, ocho de los cuales son esenciales en la dieta humana, afirmó  Quiala".

El Viprol, por su parte, es un suplemento dietético de origen natural, también en forma de tabletas, elaborado a base de propóleos recolectados de las abejas, que ofrece la industria farmacéutica cubana para mejorar los procesos digestivos.

"Ese medicamento es recomendado, además, en la prevención de la parasitosis por giardia lamblia", dijo Quiala Marcheco.

Señaló  que el Viprol puede ser utilizado como bioestimulante, revitalizante, reconstituyente y estimulante del sistema inmunológico, lo cual contribuye a mejorar el estado de la salud de las personas que lo consumen.

En la actualidad, el Laboratorio de Oriente elabora productos naturales en forma líquida y tabletas a partir de la miel que se obtiene de las abejas.

Cuba tiene previsto un programa de desarrollo de la apicultura que prevé para 2020 alcanzar la cifra de 10.000 toneladas de miel, cantidad similar a la registrada en los años 80, del pasado siglo, cuando se obtuvieron los mayores rendimientos.

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Uno de los propósitos de las autoridades cubanas es lograr en pocos años la producción de 200.000 colmenas, con un rendimiento promedio de 50 kilogramos, a pesar de que 43% de la isla tiene áreas sin explotar, principalmente bosques, montañas y litorales que no tienen la floración melífera necesaria para el desarrollo de los apiarios.

Hasta abril último, de un plan de 1.961 toneladas previstas, fueron acopiadas 2.291, es decir 394 toneladas más que en igual periodo del año anterior.

En el primer trimestre de este año, el plan de entregas de miel a granel para la exportación se sobrecumplió en 125 por ciento, pues se acopiaron 3.087,3 toneladas de las 2.466 pactadas.

Respecto a la miel orgánica y a la envasada, se entregaron 452 toneladas y 5,6 toneladas, respectivamente.

La producción de miel en la isla se concentra en 16 empresas, de las cuales 14 son de acopio, una de comercialización, beneficio y envasado, y otra que se encarga de la logística.

Unas 1.600 personas se dedican a esa actividad, en la que intervienen también unas 70 cooperativas y 27 granjas estatales que acopian alrededor de 7.000 toneladas anuales.

Cuba posee una gran tradición y experiencia en la cría de abejas desde que esa actividad se inició en 1764, cuando arribaron las primeras colonias por el puerto de La Habana, procedentes de la Florida, y a partir de ese momento su diseminación convirtió a la isla en uno de los primeros exportadores de miel y cera del continente.

Cuba es en la actualidad un país consumidor, exportador y altamente dependiente de la miel de abejas en la medicina natural.