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Cuidado con la apnea, el trastorno del sueño que puede ser mortal

Por Linda Rueda De la Hoz/ El Espectador | 3 Noviembre, 2017 - 09:55
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Si usted suele despertarse abruptamente por las noches y tiene mucho sueño durante el día, quizá esté padeciendo esta enfermedad.

¿La persona con quien duerme se ha quejado de sus ronquidos, de sus despertares abruptos o se asusta por sus pausas largas en la respiración? ¿Siente que no duerme bien por la noche y en el día sufre de somnolencia constante? ¿Sufre dolores de cabeza, estrés, irritación o dificultad para concentrarse durante el día?

Si su respuesta es sí a alguna de estas preguntas, puede que usted padezca apnea del sueño, el trastorno que consiste en la suspensión transitoria de la respiración y que puede, incluso, causar la muerte.

“Existe una apnea fisiológica que consiste en la suspensión de la respiración por 10 segundos o menos. Un tiempo de suspensión mayor a este se considera anormal, patológico”, explica Fabián Fragozo Hani, Neurólogo Especialista en Trastornos del Sueño.

Por lo general, el paciente no es quien detecta los síntomas, sino la persona que duerme con este. “Que mi esposo ronca como un león, que se queda sin respirar y se levanta aterrorizado”: estas frases son las que generalmente escucha el doctor Fragozo en su consultorio.

“Claro, cuando esas pausas en la respiración son prolongadas, superando los 20 segundos, el oxígeno en sangre baja y el paciente se despierta como si tuviera una pesadilla”, señaló.

Esto, según indica el neurólogo, puede llegar a causar un infarto agudo al miocardio o una enfermedad cerebrovascular. Por ello es importante que las personas que crean padecer la enfermedad consulten a su médico.

¿Quiénes son más propensos a sufrir esta afección?

La apnea del sueño es mucho más frecuente en personas adultas entre 30 y 50 años, “porque a esa edad es cuando se ven más pacientes obesos o con alteraciones nasales como hipertrofia de cornetes o desviación del tabique nasal. También es frecuente en personas que sufren un crecimiento de las amígdalas o la úvula, el cual hace que se obstruya el paso del oxígeno hacia los pulmones”. Sin embargo, esta enfermedad no deja de verse en niños y en personas jóvenes.

Según el estudio Epidemiología mundial, latinoamericana y colombiana y mortalidad del SAHOS, de 2017, los pacientes roncadores tienen un 80% de probabilidad de padecer apnea del sueño; el 77% con obesidad; el 59% que usan marcapasos; 50% de quienes presentan falla cardíaca congestiva, fibrilación auricular o diabetes; el 35% de los hipertensos y el 30% con enfermedad de las arterias coronarias.

De hecho, “como el oxígeno en sangre se disminuye con la apnea, los pacientes con antecedentes de infartos cardiacos o cerebrales pueden volver a repetir estos eventos”, indicó Fragozo.

En este sentido, el neurólogo sugiere que personas con obesidad mórbida, hipertensión o diabetes, que hayan sufrido infartos agudos al miocardio o infartos cerebrales, quienes roncan, sean niños, jóvenes o adultos tienen que ir a consulta con el especialista del sueño. 

¿Cómo se diagnostica?

Por lo general el paciente o sus familiares manifiestan las sospechas de que se está sufriendo la enfermedad. Esta persona puede ser remitida al otorrinolaringólogo o al neurólogo.

En otorrinolaringología se realiza un TAC de senos paranasales u otro estudio denominado nasofibrolaringoscopia, con los cuales se puede saber qué tipo de obstrucción es la que genera la apnea en el paciente.

Por parte del neurólogo o el especialista en sueño se diagnostica a través de la polisomnografia, un estudio que se realiza durante el sueño nocturno, por aproximadamente seis horas. “Con este se evalúan los ronquidos del paciente, cuántas apneas tiene mientras duerme, cómo es la calidad de su sueño, qué tanto disminuye el oxígeno en sangre y qué tanto mueve sus piernas”, explicó Fragozo.

Eso, añadió, sumado a una oximetría, para medir la saturación de oxígeno en la sangre y, posteriormente, se realiza la titulación CPAP, el examen que determina la presión adecuada que debe tener el equipo.

CPAP son las iniciales en inglés de (Continuous Positive Airway Pressure), en español presión positiva continua en la vía aérea, un dispositivo mecánico utilizado para tratar la apnea durante el sueño. Este incluye una mascarilla, tubos y un ventilador, y se coloca que sobre la cara mientras el afectado duerme.

Consecuencias de la apnea del sueño

Aparte de los ya mencionados infartos agudos al miocardio o cerebrales, los cuales serían las consecuencias más graves, existen otras que afectan la actividad diaria de quienes sufren apnea del sueño.

Una es la somnolencia paroxística diurna, es decir, “durante el día, a partir de las nueve de la mañana, la persona comienza a tener somnolencia, se duerme en el trabajo, mientras maneja, en el bus, en cualquier lado”, precisó el neurólogo y aclaró que “la solución no es darle bebidas energizantes, ni pastillas o cualquier cosa para mantenerla despierta. Se trata de estudiar por qué no está durmiendo bien por la noche”.

Otras consecuencias son la ansiedad, irritabilidad, falta de energía, pensamientos lentos y dificultad para memorizar.

Así es que, estas consecuencias también son síntomas por los cuales la persona puede anticipar que sufre de apnea del sueño.

¿Cuál es el tratamiento? “No hay tratamiento médico en pastillas o en jarabes que ayuden a mejorar esta afección. El tratamiento es quirúrgico o con la ayuda del CPAP”, puntualizó el neurólogo.

Cuando las personas, principalmente los jóvenes, se resisten al uso del CPAP, explicó Fragozo, se derivan al otorrinolaringólogo, quien puede realizarle algún tipo de cirugía que mejore las vías respiratorias. Para el caso de pacientes con obesidad mórbida, quienes pesan más de 100 kg, se derivan al gastroenterólogo, quien puede realizarles una cirugía bariátrica, a fin de que mejore su oxigenación.

Las recomendaciones

Quienes crean padecer la enfermedad, deben asistir a consulta médica y presentar su caso.

Quienes ya han sido diagnosticados, deberán seguir las recomendaciones médicas, intentar no dormir sobre la espalda, evitar la ingesta de alcohol, tranquilizantes o el consumo de tabaco y realizar ejercicio moderado al atardecer.

“A las personas que sufren de somnolencia a causa de la apnea, se les recomienda no conducir o realizar trabajos de alto riesgo, puesto que ponen en riesgo su vida y la de los demás”, señaló Fragozo.

En el Centro del Sueño Neurovital, el neurólogo Fragozo, atiende un promedio de cinco pacientes diarios quienes padecen apnea del sueño. En Colombia, de acuerdo al estudio del SAHOS, la prevalencia de los trastornos del sueño es del 27%, lo que se constituye en un problema de salud pública. Sin embargo, no se cuenta con datos exactos de la frecuencia de las enfermedades en el país.