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De la copa al plato: los encantos de la viña chilena Casas del Bosque

Por Loreto Oda Marín | 6 Abril, 2016 - 13:19
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La viña, ubicada en Casablanca, cuenta con varios atractivos para quienes la visitan.

Los cerros del sector del ex Fundo Santa Rosa, en la comuna chilena de Casablanca, están cubiertos de un verde intenso que pareciera no tener fin. Esas parras son parte de la viña Casas del Bosque, empresa familiar fundada en 1993 dedicada a elaborar vinos premium y que con el paso del tiempo se ha convertido en un referente dentro de la industria vitivinícola.

Private Reserve, Pequeñas Producciones, Gran Reserva, Reserva, Late Harvest y Bo Sparkling Wine son las líneas que componen su portafolio. Estos vinos son creados con cepas de sus viñedos, parras que han sido plantadas en distintas laderas de los cerros del área, los cuales están compuestos de arcilla roja poco profunda, de origen volcánico, con ocho metros de sustrato de granito descompuesto formado hace 120 millones de años bajo el océano Pacífico, el que al ser blando no le genera problema a las raíces para penetrarlo.



Por eso, se dice que sus vinos tienen el terroir en la piel, lo que les aporta una personalidad única y especial.

Una de las particularidades de esta viña, es que el sauvignon blanc es 100% cosechado de noche para aprovechar de forma natural las bajas temperaturas.

Medallas

Casas del Bosque además de obtener diversos galardones por sus producciones ha sido elegida durante dos años consecutivos, 2013 y 2014, como la Viña Chilena del Año por el concurso IWSC de Inglaterra.



Y las distinciones no se quedan ahí, pues su enoturismo también ha recibido reconocimientos, dado que en 2012 fue elegida por la Winery Guide Brazil como la mejor viña para visitar en Chile.

Esto ha significado un claro aumento en las visitas, ya que mientras en 2009 recibían a unos 16 mil turistas hoy esa cifra alcanza los 42 mil, siendo el 35% de ellos brasileños.

Uno de los atractivos que ofrece es recorrer sus plantaciones en bicicleta, un paseo único entre las parras que finaliza con una copa de sauvignon blanc.



La paz y la belleza del lugar son envolventes, por lo que resulta prácticamente irresistible disfrutar de un picnic en medio de ese paisaje, teniendo al alcance de la mano la oportunidad de oler un sauvignon blanc mientras se degusta el vino. La canasta que contempla este servicio también incluye unos sanguches gourmet preparados por el chef de Casas del Bosque.

La copa y el plato

La gastronomía es otro de los imperdibles de Casas del Bosque, la cual se puede disfrutar en varios formatos y lugares.

Uno de ellos es Casa Mirador, un espacio diseñado por el arquitecto Matías Zegers y levantado hace tres años con el fin de que se pudieran desarrollar en él instancias especiales.

Su encanto radica en la vista a la viña y su decoración rural minimalista, donde hay mesas pequeñas, a modo de living; un mesón más grande para una gran comida; una cocina espaciosa donde se realizan, de vez en cuando, clases con diversos cocineros; y una sobra y sofisticada cava, donde se suelen realizar degustaciones y catas.

Angus, avestruz, un especial ceviche de salmón, crocreta de camarones con aderezos de cilantro son algunas de las sabrosas preparaciones que se pueden encontrar en este lugar, las cuales son trabajadas en conjunto por el chef Álvaro Larraguibel y el enólogo de la viña, Grant Phelps, dado que esta es una propuesta gastronómica que se hace en función de potenciar y complementar los vinos de Casas del Bosque. La cocina funciona de jueves a sábado y se recomienda reservarlo con 72 horas de anticipación.

Otro espacio donde se pueden disfrutar de estos sabores realizados con dedicación, técnica y sazón es el restaurante "Tanino", el que fue elegido entre las mejores gastronomías por el Wine Access de Canadá.

Tierra y mar se pueden encontrar en su menú. Por eso, éste contempla un potente ceviche de ostiones o un suave y delicioso tiradito de atún, los que quedan ideal con un Sauvignon Blanc Pequeñas Producciones 2015, un vino gastronómico que demuestra muy bien el terroir del valle, pues tiene un final mineral y salino, con notas cítricas.

También es posible disfrutar de unas suculentas mollejas de cerdo acompañadas de una ensalada de rúcula y palta, donde el maridaje va por cuenta de un Pinot Noir Pequeñas Producciones 2014, un vino jugoso, con notas a frutos negros, cuero y campo.

Para los amantes de las carnes, hay un sabroso asado de tira con reducción de vino tinto sobre una crema pastelera acompañado con tomates, el cual es maridado con un Gran Estate Selection Private Reserve 2012, un blend con uvas de syrah y pinot noir que refleja fruta madura, cuero y chocolate amargo.

Una golosa leche nevada, una sustanciosa mil hoja de chocolate blanco o un apetitoso turrón de vino son perfectos para poner un punto final dulce. El acompañante idóneo el Late Harvest, terso en boca y de un dulzor especial que se juega muy bien con las nuez, las almendras tostadas y la miel.

Si se quiere disfrutar de algunos de estos sabores al aires libre, en unos cómodos y onderos sillones con vista al verdor de las parras, está Bar Bo. Este es un escenario excelente para disfrutar del espumante que produce esta viña, Bo, un brut elaborado con uvas chardonnay y pinot noir bajo el método tradicional de segunda fermentación en botella, logrando unas burbujas consistentes y suaves, que aportan una placentera sensación en boca.

Por todo este potencial, es que Casas del Bosque tiene en carpeta construir un hotel para que los visitantes puedan aprovechar al máximo los atributos de esta viña que encanta desde la copa al plato.