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¡Días de chocolates!

Por Daniel Galilea | 3 Abril, 2014 - 16:09
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Este derivado del cacao es uno los dulces preferidos y más consumidos durante la Semana Santa y está muy presente en las tradiciones familiares y los juegos infantiles de los países que la conmemoran. Maestros chocolateros y nutricionistas explican cómo disfrutar su incomparable sabor cuidando la salud.

Este derivado del cacao es uno los dulces preferidos y más consumidos durante la Semana Santa y está muy presente en las tradiciones familiares y los juegos infantiles de los países que la conmemoran.

Maestros chocolateros y nutricionistas explican cómo disfrutar su incomparable sabor cuidando la salud.

El chocolate, ese popular alimento que se obtiene mezclando azúcar con productos derivados del cacao, es uno de los grandes protagonistas gastronómicos de la Semana Santa, siete o más días en los que es difícil resistirse a la tentación de probarlo.

En París, los escaparates de tiendas y comercios se llenan de huevos de Pascua y figuras de conejos, burros, gallinas, peces y otros animales de chocolate, y es tradicional regalar esos dulces a familiares y amigos, y realizar en los hogares y jardines la "caza de huevos", en la que los niños deben encontrar estas golosinas escondidas en los lugares más inverosímiles.

Algunas bombonerías y pastelerías parisinas crean para esos días verdaderas obras de arte comestibles, con estructuras y formas muy diversas y estilizadas, por ejemplo colecciones de figuras pascuales en chocolate de "edición limitada".

En el Reino Unido también suelen organizarse "la búsqueda de huevos de Pascua" de chocolates pintados y, en Islandia, los niños suelen recibir huevos de chocolate de sus padres y abuelos.

En Estados Unidos el "conejo de Pascua" es uno de los grandes protagonistas, donde se cuenta a los más pequeños que, durante la Pascua, llega un conejo cargado con huevos de colores, caramelos y chocolates.

Alemania es un festival de chocolate en esta semana. Pintar huevos pascuales y comer conejitos de dulce cacao son dos tradiciones de ese país, donde también se dice a los niños que por la noche llega la liebre de Pascua a sus hogares mientras duermen, dejando huevos de chocolate y otros dulces escondidos.

En algunas regiones de España son típicas las "monas de Pascua", postres de Semana Santa con distintas variedades, como roscones, bollos o figuras de bizcochos, elaborados o recubiertos de chocolate. También endulzan esta festividad, las torrijas, rebanadas de pan frito y mojado en leche, miel y canela, y que también pueden bañarse en chocolate oscuro o blanco.

En Cataluña (noreste de España), durante las fiestas de Pascua, los padrinos suelen regalar a sus ahijados "monas" de chocolate negro, con leche o blanco. "Unas figuras que representan a personajes clásicos, de moda o infantiles", dice a Efe Marta Massagué de la pastelería Natcha (www.natcha.cat) donde, para esa festividad, elaboran una colección de cien “monas” y exhiben en su escaparate una gigantesca construcción de chocolate, que hace las delicias de turistas y pequeños.

Otros afortunados son quienes acuden a la Semana Santa de la ciudad española de Valladolid, famosa por sus procesiones, donde los maestros reposteros celebran y participan con la elaboración del "dulce penitente".

Con su capuchón y capa, con cirios y escapularios, cada detalle del penitente está reflejado en este postre que lleva en su composición: chantilly, crema pastelera, nata montada, bizcocho, azúcar fondant y, por supuesto... una gran dosis de chocolate.

Por estas fechas también son populares en algunos países europeos y americanos, los bombones con forma de huevos de Pascua, y en algunos hogares se colocan los huevitos o dulces pascuales dentro de “nidos de pascua de chocolate crujiente”, que algunas madres elaboran especialmente para sus hijos.

"Para detectar si un chocolate es de calidad, debemos usar primero la vista: un buen chocolate debe tener un color caoba brillante y, si es con leche, será de un tono más claro", explica a Efe, Judith Borrás, directora en España de Amorino (www.amorino.com/es), una boutique de chocolates y helados artesanales de alta gama o ‘gourmet’.

Según Borrás, después hay que usar el olfato “porque un buen chocolate desprende siempre una notas aromáticas y, finalmente, el gusto, ya que deberá romperse cuando lo mordemos de forma suave y, a medida que se deshace en nuestro paladar, deberemos sentir todo su sabor de una forma más intensa”.

“Existe una amplia variedad de productos de chocolate, para todos los gustos y que apetecen, según haga frío o calor, en cada hemisferio del planeta", señala la experta de Amorino.

"Las personas que en Semana Santa están en zonas de más frío y quieren estar más calentitas, pueden elegir entre distintos gustos de chocolate a la taza o tomarse un gofre, crepe o focaccina (brioche típico italiano), con un 'topping' de chocolate negro o de 'gianduja', el chocolate clásico italiano con avellanas", señala. "Si por esas fechas hace calor –indica- podemos refrescarnos mediante una amplia gama de helados de chocolate, desde un sorbete de chocolate hasta un chocolate puro del Ecuador con 70% de cacao. Un ángel cupido de chocolate es ideal para compartir en pareja, o el clásico chocolate con avellanas".

Según Borrás, "en otoño -casos de la Semana Santa en los países del hemisferio sur- pueden degustarse ‘delicatessen’ como los chocolates calientes a la taza con naranja y canela, o el chocolate blanco con frutos del bosque y, en la primavera, los ‘macarons de helado’, una galletita ligera de almendras rellena con helado o sorbete, de chocolate clásico o chocolate ‘gianduja’".

"El cacao es un producto rico en sustancias antioxidantes como los polifenoles, fuente importante de hierro, magnesio, fósforo y vitaminas B2 y B12", indica a Efe la nutricionista Geles Duch, cofundadora y responsable del Área de Nutrición del Grupo de Apoyo Nutricional, GAN (www.gan-bcn.com/es).

"Además, el cacao contiene ácido oleico que ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre, y ácido esteárico, único ácido graso saturado que no eleva los niveles de colesterol", añade. "Los hábitos de consumo de chocolate en los niños de América, España y Portugal son muy parecidos en líneas generales, aunque en el caso americano conviene recalcar la necesidad de consumir este producto con moderación, porque están aumentando los índices de obesidad en América Latina", señala Geles Duch.

Según la nutricionista, "un chocolate será más saludable cuanto mayor sea su porcentaje de cacao, aunque su consumo excesivo puede presentar un riesgo para la salud, por lo que hay que consumirlo siempre con moderación".

"El chocolate con alto porcentaje de cacao, por encima del 50% y tomado de una forma controlada puede consumirse en torno a 10-15 gramos diarios, dentro de una dieta equilibrada", explica la experta del GAN.

El chocolate negro, aquel que supera el 50% de cacao es considerado el más saludable, según Duch. Quien añade que “el chocolate con leche, contiene 15% de base láctea y 25% como mínimo de cacao, el chocolate blanco es un producto elaborado usando como base la manteca de cacao, y el chocolate con frutos secos puede ser negro o con leche, y es una fuente de los beneficios ácidos omega 6, pero también de abundantes calorías”.

"Los chocolates de Pascua, no llegan al 50% de cacao, ya que con ese porcentaje tan alto, el producto pierde maleabilidad y es difícil trabajar con él. Además, estos chocolates festivos suelen estar elaborados con manteca de cerdo y con azúcar", explica la experta.

“Estos productos son un capricho que nos tomamos en Semana Santa, como algo puntual y excepcional, pero no deben alterar la base de nuestra alimentación saludable ni son para consumirlos todos los días”, destaca.

Según Duch, los chocolates de Pascua se pueden tomar en estas fechas, siempre que se incluyan en una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales y legumbres.

Duch recuerda que deben vigilar el consumo de chocolates en cantidad y frecuencia las personas con exceso de peso, diabetes, enfermedades cardiovasculares o renales, pero si el paciente es capaz de tomar con responsabilidad un trocito muy pequeño, a casi nadie se le quita la tradición de tomar estos productos.

De hecho, señala a Efe, “existen productos sin gluten para celiacos, sin lactosa para los intolerantes a la lactosa y sin azúcar para diabéticos o personas con exceso de peso”.