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El ajo y su uso milenario para tratar temas medicinales y nutricionales

Por LifeStyle.com/ Prensa Libre | 6 Octubre, 2014 - 16:57
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Cien gramos de ajo proveen 149 calorías, 6,4 gramos de proteína y 0,5 gramos de grasa, 33,1 gramos de carbohidratos y 2,1 de fibra.

A lo largo de los siglos, el ajo ha sido una especia culinaria muy apreciada por sus propiedades nutricionales y medicinales. Es parte de la familia de las liliáceas, así como el puerro, la cebolleta y las chalotas, que también se distinguen por su fuerte aroma y sabor. Es una de las plantas que ha sido cultivada por más tiempo y su uso antecede a la historia escrita.

Registros en sánscrito documentan remedios de ajo hace aproximadamente cinco mil años. La leyenda cuenta que los faraones egipcios lo valoraban mucho y que a los esclavos que construyeron las pirámides les daban una ración diaria para que se mantuvieran sanos y fuertes, según el sitio BBC Mundo.

Cien gramos de ajo proveen 149 calorías, 6,4 gramos de proteína y 0,5 gramos de grasa, 33,1 gramos de carbohidratos y 2,1 de fibra.

A lo largo de la historia, se le ha considerado un remedio confiable para epidemias como cólera y tuberculosis. Como cura para la infección, se ha usado contra virus, bacterias y hongos. Se le llamó "la penicilina rusa", para denotar su propiedades antibacteriales.

En la Primera Guerra Mundial fue usado como antiséptico para limpiar y curar, y para tratar la diarrea causada por las malas condiciones sanitarias en las trincheras.

Algunas molestias, como las verrugas o las picaduras de insectos, pueden responder bien al aceite de ajo o a la aplicación de un diente de ajo crudo machacado.

Es una excelente fuente de vitamina B6 (piridoxina),  también una buena fuente de manganeso, selenio y vitamina C y, además, provee varios minerales, incluidos el fósforo, calcio, potasio, hierro y cobre.


 
Se piensa que muchos de los efectos terapéuticos percibidos se deben al ingrediente activo, la alicina. Este compuesto contiene sulfuro, que le da al ajo su distintivo aroma y sabor acre. Picar o machacar ajos supuestamente estimula la producción de alicina.

Sin embargo, cocinarlos presuntamente inhibe algunas de sus propiedades medicinales. Si se va a comer ajo crudo pero odia el regusto, puede masticar perejil, pues es muy bueno para refrescar el aliento. Después de comer ajo, no olvide el perejil.

Varios estudios indican que el ajo hace que sea menos probable que las plaquetas o tromboncitos -las células involucradas en la cuagulación de la sangre- se adhieran a las paredes de las arterias o se amontonen. Así, actuaría como un anticoagulante, por lo que reduciría el riesgo de ataques al corazón.

Recientemente, profesionales de la Foscal, la Universidad de Santander y la Universidad Complutense de Madrid, realizaron un estudio para comprobar el valor científico del ajo, corroborando que tiene propiedades cardioprotectoras, lo que lo convierte en una alternativa para la prevención de la diabetes, el infarto y enfermedades cardiovasculares..

También se están estudiando extensivamente los componentes sulfurosos por su habilidad de inhibir las células cancerosas y bloquear tumores lentificando la replicación del ADN. Es posible además que el ajo baje un poco la presión arterial, principalmente por su capacidad de dilatar los vasos sanguíneos.

En resumen, algunas propiedades y recomendaciones con respecto al ajo publicadas por Excélsior:

1- Tiene un poderoso efecto antioxidante.

2- Protege el cuerpo contra los efectos dañinos de los radicales libres.

3- Es más eficaz cuando se ingiere crudo.

4- Se recomienda una ingesta diaria.

5- Tiene alto contenido de azufre.

6- Es un antibiótico natural.

7- Tiene fuertes poderes germicidas.

8- Estimula la actividad de todos los órganos digestivos.

9- Es favorable para los problemas respiratorios.

10- Mejora el funcionamiento del hígado.

11- Previene inconvenientes en la vesícula.

12- Es útil para combatir infecciones.

13- Disminuye la presión arterial.

14- Estimula la circulación.

15- Contiene vitaminas B y C.

16- Es rico en calcio, azufre, zinc, cobre, potasio y ácido fosfórico.

17- Incrementa las defensas del organismo.

18- Ayuda a incrementar el nivel de insulina, reduciendo así los niveles de azúcar en la sangre.

19- Ayuda a incrementar el nivel de serotonina en el cerebro.

20- Ayuda a combatir el estrés y la depresión.