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El cariño no se transa: padres no deben obligar a los niños a demostrar afecto

Por Prensa Libre / LifeStyle | 17 Abril, 2016 - 12:26
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Son los niños quienes deben elegir a quién quieren demostrar su afecto.

Muchos padres, cuando se encuentran con familiares o amigos, les dicen a su hijo o hija: "Dale un besito de despedida (o de bienvenida)". Aunque los besos infantiles son especiales, los niños se sienten incómodos de besar de manera poco espontánea.

Son los niños quienes deben elegir a quién quieren demostrar su afecto. Si los padres se pusieran por un momento en su lugar, verían lo inapropiado de esta solicitud. Es una cuestión de respeto, pues el cuerpo es de ellos y es su elección ver a qué persona y cuándo le demuestran afecto.



Aunque para muchos padres dar un beso de despedida o bienvenida es un acto social frecuente, solicitarle a su hijo hacerlo puede parecerle un acto desagradable o incomprensible, según el sitio guiainfantil.com.

“Para los niños es fundamental aprender sobre sus preferencias y sus límites, y esto no sólo es para el cuidado y autocuidado durante la niñez, sino que es la base para todo el ejercicio del consentimiento y la libertad en años de la juventud y adultez”, explicó a BioBioChile la madre, psicóloga y autora del libro para niños “Mi cuerpo es un regalo”, Vinka Jackson.

El niño considera que dar besos es un acto de intimidad entre sus papás, hermanos o allegados. Para ellos, es una demostración de afecto de verdad y no un acto convencional de los adultos, por lo que cuando den un beso será una sincera demostración de amor y no porque es una rutina impuesta socialmente.

Al momento de enseñarle a un niño a dar un beso por obligación para no ofender a alguien, se le está transmitiendo que su cuerpo no es suyo porque tienen que dejar de lado sus propios sentimientos, explica, según el sitio maternidadcontinuum.com, Irene van der Zande, cofundadora y directora ejecutiva de Kidpower Teenpower Fullpower International.

Es común que el pequeño se niegue a abrazar o besar a alguien con el que no tiene la suficiente confianza o porque no le apetece hacerlo. Lo único que se conseguirá es que los padres se sientan aún más incómodos y se enojen con el niño frente a la persona.

Aunque a todos les atrae un niño sociable, risueño y cariñoso, los progenitores deben respetar cuando su hijo no desee demostrar su afecto a otros. Cada niño tiene su personalidad y le llevará un tiempo saber que ciertas muestras de cariño pueden ser conductas sociales esperadas.