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El ejercicio físico consigue aplacar el hambre producida al estudiar

Por El Observador | 27 Septiembre, 2016 - 11:28
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Efecto inhibidor fue observador en jóvenes universitarios sometidos a diferentes sesiones de esfuerzo.

El Observador | Luego de estudiar, el cerebro necesita recargarse, puesto que no dispone de una capacidad demasiado grande de acumular reservas energéticas.
 
Por eso una de las posibles reacciones a una jornada de estudio es el hambre, ya que las calorías procedentes de los alimentos son destinadas directamente a esa función.
 
Un equipo de investigadores de la Universidad de Alabama se dedicó a estudiar el impacto del ejercicio físico en el vínculo entre la alimentación y el estudio, según publicó el New York Times.
 
El experimento se basó en el hecho de que el cansancio físico incrementa tanto las concentraciones de azúcar en sangre como las de lactato, uno de los ácidos que produce el cuerpo de forma natural.
 
La producción de estos dos elementos se desarrolla en el torrente sanguíneo, que llega con mayor presión al cerebro, que a su vez los utiliza como combustible.
 
El estudio involucró a 38 estudiantes universitarios, quienes fueron supervisados mientras realizaban dos sesiones de estudio. En la primera tuvieron 35 minutos de trabajo, y luego se les proporcionó una porción de su pizza favorita.
 
En una segunda jornada, la mitad de los alumnos realizaron 20 minutos de estudio y luego 15 minutos de ejercicio, mientras que los restantes pasaron ese cuarto de hora simplemente sentados. Cuando luego de esto se les otorgó la pizza, quienes habían realizado el ejercicio comieron 200 calorías menos que los que no lo habían hecho.
 
Los autores del estudio reconocieron que podía tener sus limitaciones, aunque estiman que sus efectos pueden aplicarse a otras comidas y otros tipos de ejercicio.