Aunque se trata de un British Shorthair, lo cierto es que Banye es un gato chino. Su fama traspasa las fronteras desde que su dueña subió varias de sus fotos a la red social más popular de China, Duitang, algo así como el Pinterest del gigante asiático.

 

El asunto es que Banye exhibe dos características que lo hacen un poco inolvidable: tiene los ojos grandes y vivaces, además de que  permanentemente están muy abiertos, lo que se suma a que en su zona bucal posee un punto negro de pelaje que pareciera hacer una constante expresión de asombro.

 

Así, entonces, por esas características tan particulares, Banye  es trending topic en las redes sociales durante los últimos días, ya que se ha hecho popular como el gato "al que todo le asombra".

 

Con sus ojos vivaces y su postura evidentemente tierna, Banye arrasa en las redes sociales occidentales, siendo una plena conquista oriental. La dueña del gato de once años de vida jamás imaginó la trascendencia de su peludo amigo al subir las fotos a la red social. 

 

Aunque sí se siempre le pareció divertido cómo su gato constantemente parecía estar diciendo "ohhh" a  todo lo que veía. De hecho, Banye es también conocido como “El gato OMG” (por la expresión "Oh my God").

 

 

La Universidad de Indiana, sin ir más lejos, publicó recientemente una investigación en torno al tema: dice el estudio que  confirma que el 90% de las personas dice ver gatos casi exclusivamente en Facebook. 

 

En segundo lugar están YouTube y sitios de entretenimiento como Buzzfeed. Después de reproducir videos de felinos las personas dicen estar “con un estado de ánimo positivo y con más energía: más esperanza, felicidad y alegría”.

 

También se estableció un patrón en el cual las personas suelen elegir videos de gatos en algún momento del día laboral o cuando están a la mitad de un estudio para rendir exámenes.

 

“Puedo entender que a muchas personas les parezca frívolo, pero si hay millones de usuarios consumiendo videos de gatos con semejante frecuencia es importante entender cómo afectan a nuestras actitudes y estados de ánimo estos animales” dice la profesora Jessica Gall Myrick, del centro universitario donde se hizo el estudio.