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El insólito "museo simpsoniano" creado en Bolivia por fanáticos de la serie

Por La Razón/ Marco Fernández Ríos | 4 Junio, 2018 - 12:28
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La colección de Fabio Orozco y su esposa Mishel Blanco sobre esta serie de Tv tiene más de 300 piezas.

Quizás no tuvo el mejor conjunto musical, no se realizó en un salón exclusivo ni tuvo muchos invitados, pero la boda de Fabio Orozco y Mishel Blanco fue inolvidable, pues, cuando ambos enlazaron sus caminos, se convirtieron, gracias a su compilación de juguetes y otros objetos, en una “familia Simpson”.

Una demostración de ello —cuentan— fue la torta de matrimonio, que en la parte superior tenía a Homero como novio y a Marge como novia, éstos están guardados en una habitación que se ha convertido en una especie de repositorio que se ubica cerca de la avenida Periférica, en La Paz.

Los Simpson nacieron en 15 minutos. A finales de 1985, el productor estadounidense James L. Brooks encargó al dibujante Matt Groening que presentara entreactos para el programa The Tracey Ullman Show. El creador cuenta que dibujó a Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie en un cuarto de hora, mientras esperaba reunirse con el ejecutivo. Como se trataba de una especie de programa piloto, Groening los bautizó con nombres de su familia. Por ejemplo, Homero es el nombre de su padre y de su hijo; su madre se llama Margaret, a quien de cariño le dicen Marge; mientras que sus hermanas menores son Lisa y Maggie. Por otro lado, Bart es un anagrama de brat, que en español significa travieso, indica la página web The Simpson SRP.

El primer capítulo de la serie Los Simpson salió el 19 de abril de 1987, con el título Good Night (Buenas noches), que duró solo dos minutos. Salieron 48 cortos antes de que los miembros de esta familia disfuncional tuvieran su propio programa —el estreno fue el 17 de diciembre de 1989—, y aunque la cadena Fox tuvo sus reparos en el éxito de la serie, en poco tiempo se apoderó de la audiencia mundial, con 29 temporadas ininterrumpidas y con el récord de ser el programa con más duración en la televisión estadounidense.

Cuando era niño, Fabio aguardaba con ansias los adelantos del canal 11, que anunciaba los  “capítulos de estreno” de Los Simpson. “Tenías que esperar a ver esos capítulos nuevos, porque daban una vez a la semana y tenían su repetición los sábados a las ocho de la noche”, comenta el administrador de cuentas de una empresa de seguros. Por entonces no se diferenciaba de los menores de su época que también eran seguidores de la serie, hasta que adquirió su primera figura, un Homero de tres centímetros de altura que ahora reposa sobre una cómoda llena de muñecos. Fue consciente de que se estaba convirtiendo en un coleccionista cuando empezó a adquirir, al mejor precio, cualquier muñeco que veía en la calle o encontraba a través de internet.Después se especializó en las empresas que tienen los mejores productos. Por ejemplo, sabe que Playmates Toy elabora juguetes con chip para que emitan sonido; que McFarlane crea muñecos de edición limitada; que Neka se dedica a hacer figuras de artistas que han aparecido en la serie, y que la Colección Hamilton cuenta con figuras exclusivas y con más detalle.

No importa si es en una tienda grande, en un puesto ambulante de juguetes a medio uso de La Paz, en la Uyustus o en la Feria 16 de Julio de El Alto, lo importante para él es seguir llenando su dormitorio con muñecos, algunos alimentos conmemorativos, vestimenta y varios recuerdos.

Cuestión de dos

Mishel y Fabio se hicieron amigos en el trabajo, donde las conversaciones solían girar ineludiblemente en la colección, además de los tatuajes, ya que él tiene 19 grabados en su cuerpo, entre los que destaca un logotipo de los Peces del Infierno —que representa a un grupo militar de la Segunda Guerra Mundial, en el que sobreviven el abuelo Simpson y Montgomery Burns—, el signo de los magios —una parodia a los masones— en el brazo izquierdo y uno que cubre la espalda, que tiene a Homero, Bart, Otto y Bob Patiño como superhéroes de Marvel. “Puedo contar a mis amigos y familiares que mi esposo tiene algo interesante que mostrar además de su empleo”, dice Mishel.

En una casa cerca de la parada del teleférico Naranja en la avenida Periférica, la familia Orozco-Blanco resguarda los más de 300 objetos que hacen referencia a Los Simpson, desde pósters, botellas de cerveza Duff, peluches, hasta un cuadro elaborado con goma Eva que tiene a Homero y Marge en el centro, y que la pareja recibió como recuerdo de su matrimonio.

“Mis amigos y familiares saben de mi pasión; entonces, cuando alguno de ellos se encuentra en el exterior, se acuerda de mí como coleccionista”, sonríe Fabio. De hecho, uno de sus objetos más preciados es un llavero en el que aparecen Homero y el payaso Krusty en una montaña rusa.

“Casi siempre me ganaban en las subastas, pero en este caso no podía perder”, cuenta de la ocasión en que pusieron a la venta una caja con la familia Simpson, aunque en la versión de sus primeras apariciones, en las que se nota que Groening los dibujó, realmente, en 15 minutos. El coleccionista paceño ganó la puja, pero la emoción no terminó en ese momento, sino que el suspenso continuó las cuatro a cinco semanas en que tenía que esperar la llegada de la caja, recogerlo y después acomodarlo en un rincón de su dormitorio, que se ha convertido en muestrario. “Es una sensación que no se puede describir”, confiesa.

Como aficionado de la serie de televisión, Fabio pretende conseguir al menos el 50% de las figuras que han salido al mercado. Pero, por el momento, su objetivo a mediano plazo es conocer a Humberto Vélez, el actor mexicano que da voz a Homero en la versión latinoamericana, ya que llegará al país en septiembre para Springfield Fest, un encuentro temático que estará dedicado a la serie de Tv.

En el ámbito personal, Fabián y Mishel esperan un bebé, que nacerá a finales de septiembre o inicios de octubre. ¿Cómo piensan llamarlo? Fabián responde al instante: “Lisa o Bart”. “Lisa no, eso no. Puede ser Maggie, pero como segundo nombre”, corrige rápidamente Mishel.

El dormitorio de la pareja, que funge de museo simpsoniano, está abierto para todos aquellos curiosos que quieran visitarlos (se puede llamar al teléfono 78801710) y preguntarles acerca del origen de cada una de las piezas coleccionadas y, también, averiguar el nombre del nuevo integrante de esta atípica familia paceña.