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El lado humano de Vlad Tepes, príncipe rumano que inspira la leyenda de Drácula

Por Excélsior/ LifeStyle.com | 2 Octubre, 2014 - 10:17
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"Los vampiros forman parte del folklore de Europa del este por mucho tiempo. Es un tema fascinante”, cuenta el actor Luke Evans, quien le da vida al personaje en la reciente película "Drácula, la historia jamás contada".

Sin duda Drácula es el vampiro más famoso de la literatura: dejó las hojas de papel escritas por Bram Stocker en 1897 para plasmar su oscura figura en el celuloide. Pero toda leyenda tiene un inicio, y el vampiro no siempre fue una criatura temible que se alimentaba de sangre humana, su cuerpo con vida perteneció a Vlad III, Príncipe de Valaquia, un personaje real del siglo XV.

El enigmático personaje ha sido interpretado por actores consagrados como Bela Lugosi y Gary Oldman, ahora es el turno del galés Luke Evans, quien en la cinta "Drácula, la historia jamás contada", muestra el lado más humano del vampiro.

“Lo que es increíble de la historia es que se cuenta desde el principio. Estamos hablando de una figura histórica, un hombre que se ha convertido en un mito en el planeta. En el 1400 era el líder de un país completo, era padre, un guerrero que era muy respetado por su pueblo", explica el actor.

Evans destaca que siente tener la oportunidad de ver el interior del hombre que se vuelve una parte sumamente interesante de la historia, "porque con esa parte se entiende mucho mejor la historia del mito en el que se convirtió. El hecho de que fuera humano en una parte hace que pueda entender algunas cosas de sus decisiones, un hombre muy emocional que camina un gran viaje cargado de diferentes emociones y sentimientos, como el amor, el corazón roto, la responsabilidad, la pasión, el enojo, la traición y la venganza", dice el actor.

Se considera "muy honrado" de encarnar un personaje que ha sido interpretado "por algunos de los actores más increíbles que han existido en las últimas tres generaciones, es realmente maravilloso”, comenta.

El desafío, eso sí, fue duro. Durante dos años se documentó, junto con el director Gary Shore, y se preparó de forma física para crear un Drácula lleno de emociones humanas. Vlad Tepes se convirtió en el tema de su vida, recabando información del tiempo y los lugares donde vivió, a la vez que hay muchos contrastes sobre su historia, sobre si era un ser oscuro y empalaba a sus enemigos, o si cuando era un niño fue llevado con los turcos y criado por los enemigos de su reino.

"Los vampiros han formado parte del folklore de Europa del este por mucho tiempo. Es un tema muy interesante y fascinante que ha permeado en diferentes tipos de vampiros, en diversos países del mundo”, apunta Evans.

Junto a lo histórico y lo psicológico en torno a Tepes, la demanda física fue también algo complejo para darle vida al personaje. Las batallas y los retos en sí fueron complicados. "Me puse a entrenar dos meses antes de comenzar a filmar, la rutina era más o menos estar en el set todo el día y después ir al gimnasio a ejercitarme bajo la guía de mi entrenador personal. Era necesario usar la armadura de Vlad, la que tiene el símbolo del dragón, es muy difícil, es muy pesada, necesitaba tener buena condición”, explica el actor.

Matt Samaza y Burk Sharpless, con los personajes creados por Bram Stoker, desarrollaron el guión de la cinta con la que Gary Shore debuta como director de un largometraje. US$100 millones fue el costo de la película que se diseñó y proyecto en dos años y se filmó en cinco meses.