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El yogur es una buena receta natural antidepresiva, ansiolítica y antiestrés

Por Nacion.cl / LifeStyle | 13 Abril, 2015 - 09:49
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Así lo determinó un estudio de científicos de la Universidad de California, el que afirma que el consumo de este lácteo favorece al cerebro y aporta positivamente a la homeostasis (equilibrio de la temperatura corporal).

Científicos de la Universidad de California establecieron recientemente que el consumo de yogur favorece al cerebro, ayudándolo a funcionar mejor, disminuyendo el estrés y provocando un efecto antidepresivo.

De acuerdo al estudio, el consumo de este lácteo aporta positivamente a la homeostasis (equilibrio de la temperatura corporal).

Gema Cabrera, psiquiatra y médico cirujano de la Universidad de Chile, dice que el yogurt helado es una buena receta natural antidepresiva, ansiolítica y antiestrés, que se puede consumir placenteramente en reemplazo de un helado.

Dulce María Ramírez, experta en alimentos y directiva de "Yogurt Life", añade que existe una diferencia, a nivel nutricional, entre los helados, que tienen un alto margen de azúcar y grasa, y el yogur.

“Con el yogurt helado 0% grasa y sin azúcar refinada añadida, se está comiendo algo sano que no va a engordar, que va a ayudar al organismo, porque, entre otras cosas, los probióticos de este producto son esenciales para la digestión, cuyo buen funcionamiento hoy está posicionado como principal en la pirámide de hábitos saludables”, sostiene.

Aliviar ansiedad

El estudio -que involucró a 36 mujeres de entre 18 y 55 años de edad- afirma que los probióticos contenidos en el yogur pueden ayudar a aliviar la ansiedad por medio de la modulación de las vías vagales que se encuentran dentro del cerebro-intestino, afectando los niveles GABA, que son aminoácidos presentes en bacterias, plantas, vertebrados y seres humanos, y que cumplen el rol fundamental de la neurotransmisión. De la misma forma, disminuyendo la producción de la hormona corticosterona que es inducida por el estrés y precursora de la adrenalina.

Curiosamente, comparándolo con el grupo de control, las mujeres que consumieron yogur con probióticos tuvieron un aumento de actividad en las dos regiones cerebrales que controlan el procesamiento central de las emociones y la sensación: la corteza insular (ínsula), que desempeña un papel en funciones comúnmente relacionadas con las emociones (incluyendo la percepción, control motor, autoconciencia y experiencias interpersonales) y la regulación de la homeostasis del cuerpo, afrontando mejor el calor en el verano y el frío en el invierno. La otra área es la corteza somatosensorial, que desempeña un papel fundamental en la capacidad del cuerpo para interpretar una gran variedad de sensaciones.

Problemas de adicción

La doctora Cabrera, también experta en medicina natural, destaca la importancia de lo anterior, indicando que a través de estos mecanismos el yogur helado contribuye a disminuir los estados de ansiedad, de angustia y de estrés patológico, mejorando en una buena medida todas las patologías asociadas a la ansiedad y a los estados depresivos.

Asimismo explica que el impacto del consumo de yogur en la ínsula cerebral tiene además beneficios en todo aquello relacionado con los problemas de adicción, especialmente en aquellos vinculados a la alimentación como es el caso de la bulimia y anorexia.

Respecto a cómo el consumo de los probióticos del yogur aporta a la corteza somatosensorial, la especialista recalca que si esta zona está funcionando de manera óptima, las personas tenderán a tomar decisiones más acertivas para su bienestar personal.

En la investigación, y durante la exploración del cerebro en reposo, el grupo de tratamiento también mostró una mayor conectividad entre una región conocida como “sustancia gris periacueductal” y las áreas de la corteza prefrontal relacionada con la cognición. Esto -explica la médico psiquiatra- tiene directa relación con el manejo del dolor físico y emocional.

“Si está  funcionando bien, tú vas a tener una mejor respuesta a los temas de dolor o miedo emocional y ya no  van a ser tan básicas como las de amenaza (huir o atacar)”, manifiesta.


Micronutrientes esenciales

La nutricionista Natalia Castro aconseja optar por yogures helados non fat, bajos en calorías y que se mezclan con cultivos vivos y activos como son los probióticos, “microorganismos que si se ingieren en una cantidad adecuada, logran ejercer efectos beneficiosos en la salud”, afirma.

“Además de los señalados por el estudio, es importante destacar que estos microorganismos vivos  ayudan a mantener un sistema inmunológico saludable, protegiendo a nuestro cuerpo del ataque de organismos patógenos que pueden provocar enfermedades”, plantea.

El yogur aporta también micronutrientes esenciales como la vitamina C y el calcio. Se puede consumir helado junto a frutas frescas de alto poder antioxidante, como también de frutos secos protectores especialmente del área cardiovascular.