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Este país es tan seguro que está cerrando sus prisiones

Por Dinero en Imagen | 28 Diciembre, 2017 - 12:22
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Relajar las políticas antidrogas, enfocándose en la rehabilitación y no en el castigo, ha sido la exitosa fórmula para acabar con el crimen.

En 2013, 19 prisiones de los Países Bajos cerraron porque no había suficientes criminales para que las ocuparan. Durante 2017, cinco más dejaron de dar servicio, reporta The Telegraaf.

Al cerrar sus puertas, estos centros penitenciarios han dejado sin trabajo a unas 2.000 personas, de las cuales 700 se integrarán a otras labores en las fuerzas del orden del país. La tendencia de cerrar cárceles por los bajos índices de criminalidad inició a mediados de la década pasada.

El ministro de Justicia, Ard van der Steur, anunció al parlamento que el costo de mantener prisiones en las que no había delincuencia resultaba prohibitivo para un país tan pequeño.

En Países Bajos han logrado mantener las tasas de criminalidad muy bajas para todos los delitos. Relajaron las políticas antidrogas, se enfocaron en la rehabilitación y no en el castigo, e introdujeron un sistema electrónico de monitoreo que permite a las personas reintegrarse a la vida laboral.

Según un estudio de 2008, los sistemas de monitoreo que se colocan en los tobillos reducen las tasas de reincidencia, si se compara con los sistemas de reinserción tradicionales. En lugar de encerrar a los criminales y alimentarlos con dinero de los contribuyentes, a los convictos se les da la oportunidad de contribuir a la sociedad.

Estas medidas bajaron las tasas de encarcelamiento. Aunque los Países Bajos tienen una población de 17 millones, sólo 11.600 están encerradas. Esto representa una tasa de 69 prisioneros por cada 100.000 personas.

A modo de ejemplo, Estados Unidos tiene una tasa es de 716 por cada 100.000 habitantes, la más alta en todo el mundo. Se piensa que, en gran medida, esto se debe a la falta de atención en servicios sociales y programas de rehabilitación dirigidos a la población que cumplió con su sentencia.

Sin una red de seguridad que dé a los expresidiarios opciones muchos caen en la tentación de regresar al crimen.