Son muchas las investigaciones que evidencian de qué manera los alimentos inciden en la salud física y emocional. Por eso resulta importante llevar una dieta equilibrada, pero también un estilo de vida sano que incluye dormir al menos siete horas diarias, practicar ejercicio y abstenerse de los excesos.

En ese contexto, determinados alimentos tienen  un efecto positivo en el estado de ánimo, gracias a las sustancias y propiedades que contienen. Al desayuno, por ejemplo, la vitamina B1 o tiamina -conocida como la vitamina del ánimo- debe estar presente en los cereales integrales y los lácteos.

La citada vitamina resulta primordial para que el cerebro produzca un neurotransmisor cerebral llamado serotonina, que genera predisposición positiva. Además, los cereales contienen fibras que barren las toxinas del intestino y aceleran el tránsito de alimentos a través del cuerpo.

Un estudio publicado en la revista "Journal of Health Psychology" comprobó que los días en que las personas comen más frutas y verduras están más relajadas, felices y con energía.

Banano, piña, aguacate (o palta) y ciruela son alimentos con altas cantidades de triptófano, aminoácido esencial que promueve la liberación de serotonina.  Unos niveles bajos de este componente en la sangre provocan malestar, nerviosismo y debilidad.

Las fresas y los arándanos contienen componentes del sabor estructuralmente muy similares al ácido valproico, un fármaco antiepiléptico que también se usa  para reducir los cambios de humor de personas con trastornos maníaco depresivos y bipolares.

Las algas marinas son ricas en iodina, un nutriente esencial del organismo que se requiere para el funcionamiento del tiroides y cuyo déficit causa cansancio y depresión. Si conseguir se hace difícil estas pueden sustituirse por espinacas, acelga, rúgula o lechuga que  gracias a su alto contenido de hierro, subirán las defensas y las personas estarán más activas, y por consiguiente, con mejor ánimo.

Finalmente, los expertos recomiendan el helado, especialmente de chocolate. Un estudio efectuado en el Centro Médico de la Universidad de Maryland, tanto el chocolate como los helados de este sabor contienen triptófano, un aminoácido que calma y reduce la agresividad al aumentar la producción de serotonina, también conocida como la hormona del bienestar.

Además, el helado aporta calcio. Una ración con una base láctea (leche o yogur), cubre hasta el 15% de los requerimientos diarios de calcio.