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Garzón, el pueblo que se convirtió en arte

Por Pía Supervielle/ El Observador | 28 Diciembre, 2017 - 13:55
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La residencia artística Campo se presenta con un festival que reúne a más de 30 artistas.

El Observador | Heidi Lender manda su primer WhatsApp del día a las 5.30 de la mañana. Es tiempo de vacaciones para unos cuantos. No para ella. Lender ­–fotógrafa, estadounidense, instalada de forma permanente en Garzón desde hace dos años– madruga. Antes lo hacía para captar la luz única del amanecer campestre de la pequenísima localidad de Maldonado. Ahora lo hace porque está en pleno proceso de gestación de Campo, un proyecto que busca dar vida a una colonia de artistas en el pueblo y que necesita recaudar fondos para ser viable.

Para Lender fue natural: le urgía compartir la magia de Garzón con otros artistas. "Lo que sucede acá no se toca, es difícil de explicar, pero se siente. Acá no hay nada, solo un cielo gigante y campo infinito. Es un lugar con espacio suficiente como para poder estar contigo mismo. Para un artista eso es esencial", dice la fotógrafa que llegó por primera vez a Garzón hace cuatro años. Casualidad o no, muchos de los residentes extranjeros del pueblo tienen una clara inclinación por las artes plásticas. "Todos vinimos por una razón similar", asegura.

Por lo tanto Campo, el proyecto de residencia artística que Lender gestó junto a su colega uruguayo Luis Fabini, se entiende perfectamente en un marco como el de Garzón. Garzón es, al fin y al cabo, silencio, mucho silencio, tiempo sin la vorágine de los relojes, la vida sin la inmediatez. Conclusión: el espacio perfecto para las almas creadoras que pueden hacer un parate en sus rutinas y trasladarse al otro lado del mundo para sociabilizar durante unos meses con un puñado de vacas y otro puñado de seres humanos.

Dos años atrás Lender y Fabini se juntaron a tomar un café. No se conocían. Pero hubo un punto, más allá de su profesión, que los unió de inmediato. Ambos anhelaban dar vida a una colonia de artistas.

Fabini seguía los pasos de su tío abuelo, el compositor Eduardo Fabini que, en la década de 1930, ideó un proyecto de residencia artística en el Cerro Arequita. Jamás lo pudo plasmar.

Lender, por su parte, fundó una organización sin fines de lucro para personas vinculadas a rubros creativos que quieran encontrarse en este pueblo remoto de Uruguay. La llamó Campo.

Y, digamos, que en Uruguay campo es todo o, al menos, buena parte del territorio nacional. Allí están los gauchos y los caballos que tanto ha retratado Fabini. Campo, también, es una de las obras musicales del compositor. Así que la fusión entre las ideas fue inmediata y dejó de ser algo verbal y volátil para convertirse en tangible.

Por estos días, cuando los motores de la temporada se empiezan a preparar, el programa de residencia de artistas ve, por primera vez, la luz. Desde mediados de diciembre hasta el 31 de enero diez creadores internacionales y locales –entre ellos la cubana María Elena González, el mexicano Alejandro Pintado, el neoyorquino Charlie Baker y la uruguaya Camilia Chamyan– estarán trabajando en sus obras en distintos espacios del pueblo que fueron donados por la comunidad con este fin.

Cuando los fondos para edificar las residencias se hayan conseguido, el plan es que Campo se realice en dos instancias de cuatro meses cada una. Una en otoño y otra en primavera. Y que, de esta manera, Garzón vea crecer una comunidad artística cada vez más internacional.

Este jueves 28 de diciembre se llevará a cabo en Garzón el festival ArtFest. Allí, decenas de artistas tomarán todos los rincones del pueblo para dar por inaugurado el proyecto Campo. Entre los creadores nacionales se podrán ver obras de Matilde Campodónico, Tali Kimelman, Irina Raffo, Martín Pelenur, Diego Vidart, Martín Craciun, entre otros. Entre los exponentes internacionales estarán, además de los residentes, Leonardo Erlich, Luna Paiva, Mary Fischer.