Social y culturalmente se cree que la felicidad de las personas puede vivirse en cualquier momento de la vida: que un niño, un adulto o un mayor de edad pueden ser felices por motivos diversos y varias veces si quieren y pueden.

Sin embargo, una reciente investigación científica le pone un manto lógico al asunto. Un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, identifica que los períodos de la vida en los que una persona promedio se siente más feliz se ubican en dos instantes: entre los 15 y los 22 años y luego, entre los 65 y los 80 años.

Analistas de la casa de estudios australiana efectuaron un análisis estadístico que relacionó la satisfacción de vida con la edad. Se midió a los consultados a través de una serie de preguntas, entre ellas a qué edad y por qué se sintieron realmente felices.

Luego, los investigadores analizaron los datos e hicieron un gráfico que permitió calcular la edad en la que se siente más felicidad. La mayoría de los encuestados confesó que el mejor momento de la vida es el período comprendido entre los 15 y los 22 años.

Como señala el estudio, los datos subrayan que tanto los sentimientos como las emociones que se experimentan en ese periodo nunca se repiten.

En rigor, se trata de un período muy pródigo en eventos vivenciales y esperanzas optimistas de cara al futuro. Luego llega el momento en el que suelen surgir problemas financieros, maritales, laborales o de estudios, entre otros.

Como es lógico, el estrés al que se enfrentan las personas reduce significativamente el nivel de felicidad.

El segundo período marcado por los científicos como positivo, comienza a los 65 años y alcanza su máximo a los 80 años, aunque no todas las personas llegan a esa edad.

Los analistas enfatizan que en este momento la persona se siente feliz nuevamente, ya que no enfrenta tantos problemas, salvo las molestias de salud.

“La satisfacción sobre la vida disminuye a partir de la edad de 20 años, alcanza mesetas ¿Hay una edad para encontrar la felicidad?alrededor de los 40 años y luego, a partir aproximadamente de los 65 años aumenta”, según destaca Ioana Ramia, de la Universidad de Nueva Gales del Sur en una reciente intervención en la Conferencia de Política Social de Australia.