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Herramientas para prevenir abusos sexuales contra menores

Por Nelly Toche/ El Economista.com.mx | 13 Julio, 2017 - 09:44
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Adriana Loyola Meléndez, de la Sociedad Psicoanalítica de México, explica que la comunicación es una de las mejores armas contra la pederastia.

Los pedófilos no son fáciles de identificar. Es un tema hermético, donde poca gente está dispuesta a admitirlo y además no existe un método significativo y confiable para ubicarlos. Por ello, “lo más importante al abordar este tema y reducir riesgos es la buena comunicación con los niños y adolescentes”, aseguró Adriana Loyola Meléndez, de la Sociedad Psicoanalítica de México.

Dijo que tocar temas como la importancia que tiene el cuerpo y la sexualidad, explicar que nadie tiene derecho a tocarlos, además de empoderarlos, genera un espacio de confianza para poder hablar de esta situación y se puede convertir en la principal arma ante este misterioso agresor.

En la definición clínica, un pedófilo es alguien interesado sexualmente en niños prepubescentes, es decir, de menos de 11 o 12 años. Esto pone a los pederastas muy cerca de ambientes escolares o que están relacionados con los niños. “Por ello los padres deben estar conscientes del tipo de amistades y a quién frecuentan”, aseguró la especialista.

¿Cómo ubicar a un posible abusador?

Loyola explica que se trata de una situación silenciosa porque normalmente estos perfiles son considerados buenas personas, son queridos por la comunidad, introvertidos o tímidos, “pero lo que sí se puede notar es la inestabilidad emocional y de agresión, tienen un aspecto narcisista, porque justo al someter a un niño o adolescente a esta situación, no tienen ningún sentimiento de culpa o remordimiento”.

Dijo que utilizan estrategias de manipulación, casi nunca de violencia, pues trabajan vínculos de mucha confianza con los niños y adolescentes. Buscan niños vulnerables, por ejemplo, grupos de la iglesia, en las escuelas y los casos más reportados son entre familiares.

Agregó que normalmente tienen antecedentes de haber vivido violencia o maltrato en la infancia, “pertenecen a ambientes familiares muy disgregados, por lo que carecen de sentimientos morales, por ello buscan los límites a través de ambientes externos, como la ley, porque no hay un control interno y hay un placer por someter a los más débiles y transgredir”.

“El pederasta piensa en la sexualidad de manera patológica y a través del acto sexual con los niños, tratan de remediar la situación traumática que ellos vivieron, ya sea de abuso o agresión, por ello hacen objeto sexual a los menores, ya que hay una mínima posibilidad de venganza”.

No hay abuso que no pueda ser detectado

La especialista recalcó el papel fundamental de los padres al asegurar que no hay abuso sexual que no pueda ser detectado, “el niño, incluso sin palabras, grita que hay una situación que lo está angustiando y que le genera ansiedad”.

Aseguró que los papás son los primeros que deben detectar cuando hay una situación de riesgo. “Los niños abusados llegan con sintomatologías emocionales y de depresión por no saber defenderse; no pueden dormir bien, están muy irritables, no quieren jugar, tienen miedo, no comen como antes, tienen desconfianza en los demás, descontrol en los esfínteres, cambio de carácter (se vuelven introvertidos o agresivos), en este último punto, los que se dan cuenta más fácilmente son los profesores”, dijo.

Concluyó que prevenir no ha sido fácil porque no tenemos información al respecto, “hasta que no se llega al recurso de la cárcel es cuando se dan las cifras, pero la realidad es que una gran mayoría no llega a la cárcel”.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que unos 750.000 pedófilos en el mundo están conectados permanentemente a la red. De igual forma, señala que existen al menos 4 millones de sitios web con contenidos pornográficos que exponen a niñas, niños y adolescentes.

De acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, cada mes 100 menores en México son víctimas de las redes de la Pornografía Infantil que opera por Internet y al no estar tipificada esta conducta como delito grave, esto favorece a que el primer encuentro entre pedófilos y pederastas con sus víctimas se dé en ese medio.

La especialista concluyó que al detectar una situación de esta naturaleza, hay dos vías de acción a la par: primero la legal, donde se tiene que iniciar una averiguación para comprobar la situación de abuso y el nivel. Segundo, un tratamiento emocional donde el niño pueda elaborar la situación traumática y que ponga en palabras lo que sucedió para curar las heridas con el tiempo y dedicación. “De no atenderse, normalmente presentan problemas con la identidad sexual, empiezan a dudar de su sexualidad, no sostienen relaciones de pareja o incluso pueden volver a repetir patrones”.