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Hot yoga, un nuevo camino para alcanzar el bienestar físico y mental

Por Daniel Galilea | 23 Junio, 2016 - 11:37
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Este método sanador del cuerpo y la mente pueden practicarlo todas las personas con una condiciones normales orgánicas y de salud y carece de contraindicaciones.

El “hot yoga”, que llega desde California, combina posturas estratégicas en una sala con 42 grados centígrados y 40% de humedad. Según sus seguidores ayuda a reducir el sobrepeso, modela la silueta, alivia los dolores, rejuvenece el organismo y controla las emociones... 

"El yoga caliente o “hot yoga” combina una serie 26 asanas o posturas extraídas de las 87 posturas de "hatha yoga" tradicional, junto con dos ejercicios de respiración", señalan desde Californian Hot Yoga, CHY, (www.californianhotyoga.com), un centro de formación de profesores de esta modalidad.

Desde este centro señalan que el yoga, tanto para los profesores como para los simples practicantes, abre un camino nuevo, pleno de satisfacciones, a través de un viaje a uno mismo, "que nos prepara para ser más conscientes en el día a día, aportando un mayor crecimiento personal".

“"Lo más impactante del 'hot yoga' es que cambia la vida de quienes lo practican, porque empiezan a ser conscientes de todas las partes de su cuerpo, de que también tienen un mundo interior y que lo que separa el mundo externo del interno es la piel y que ésta ¡también se relaja o se estresa!”", explica, Macarena Cutillas, directora de CHY.

"“Todo lo somatizamos, es decir, transformamos los problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria y, por eso, hay tantas enfermedades que no podemos curar ni prever”", indica Cutillas, quien asegura que esta modalidad de yoga aporta las herramientas para poder librarse de toda esa negatividad y así poder elegir qué queremos tener dentro nuestro y qué no, igual que elegimos la indumentaria que nos ponemos cada mañana.

Según esta maestra de yoga que estudió en la escuela Evolation de California (EE.UU.), “al practicar esta técnica todos se dan cuenta del potencial que tienen dentro y eso, hoy en día, es un milagro”.

Pero ¿En qué consiste el “hot yoga”? Según Cutillas, nació del yoga clásico o "hatha yoga" y comenzó en la India cuando los gurús comprobaron que una serie de posturas o asanas eran beneficiosas para curar la mayoría de las dolencias de las sociedad, creando así un método para sanar a la gente en grupo.

Fenómeno de alcance mundial

El “hot yoga” llegó a California en la década de 1970 y se hizo famoso porque la actriz Shirley MacLaine lo practicaba y lo llevó a los círculos altos de la sociedad, donde goza de una gran popularidad, y se practica en buena parte del mundo, desde EE.UU., Reino Unido e India, hasta Argentina, Australia, Indonesia, Costa Rica, Canadá, Marruecos, Japón y toda Europa, según Cutillas.

"“Consta de unas posturas escogidas y que siguen un orden determinado para trabajar el cuerpo al completo y también la mente. Se compone de 26 asanas y 2 ejercicios de respiración y se trabaja en una sala climatizada con 42 grados centígrados y 40% de humedad”", añade esta experta.

Según Cutillas, el yoga es un sanador del cuerpo, que a cada persona le equilibra y sana lo que necesita y el calor, además de ser terapéutico, puede llegar a potenciar la práctica diez veces, ya que los resultados se obtienen mucho antes.

"Con el yoga tradicional se pueden obtener sus beneficios al cabo de los meses mientras que con el "hot yoga" a la tercera semana ya se puede notar un cambio estructural en el cuerpo”".

De acuerdo a la directora de CHY, los beneficios de esta modalidad yógica son muchos y se basan en que al practicarlo “enviamos sangre impulsada y fresca a cada órgano, glándula, tendón, articulación o músculo, y hace que estimulemos y regeneremos cada célula de nuestro cuerpo y a su 'músculo' más importante, el cerebro”.

"Este método ayuda a controlar el peso, moldeando el cuerpo, quemando grasa, eliminando la retención líquidos, equilibrando el sistema hormonal, regulando el metabolismo y fortaleciendo la masa muscular", explica esta profesional.

Agrega que además tiene un efecto analgésico, eliminando los dolores de espalda y articulaciones, fortaleciendo los sistemas músculo-esquelético respiratorio y la columna vertebral, y ayudando abandonar los malos hábitos y eliminar toxinas.

"Asimismo tiene cualidades "antiaging" rejuveneciendo el organismo de dentro a fuera al envian sangre oxigenada a las células, y beneficia las emociones, calmando el estrés y el sistema nervioso y mejorando la voluntad, la concentración, el control mental y la confianza en uno mismo", según Cutillas.

Claves apra profesionales y practicantes

Dadas las especiales condiciones de calor y humedad del "hot yoga" ¿se requieren unas determinadas condiciones físicas o una revisión médica previa para practicarlo?

Macarena Cutillas responde que "dentro de las condiciones normales orgánicas y de salud de cualquier persona, puede practicarlo todo el mundo y carece de contraindicaciones".

"En nuestro centro tenemos embarazadas, personas operadas del corazón o de hernias, y gente con la tensión alta o baja, y en este último caso el "hot yoga" es bueno para las dos situaciones", señala.

"Si alguien tuviera una enfermedad especifica, por supuesto tiene que consultar a su médico, igual que si va a practicar cualquier deporte o actividad, y será el facultativo quien lo determine" añade.

Los requisitos para los alumnos de los cursos de formación son diferentes, porque -según Cutillas- "el entrenamiento para ser profesor es, a nivel profesional, y no solo se practica más de tres horas al día sino que se practican durante todo el día diferentes posturas en el cuerpo, además de otros tipos de yoga"”. “

A esto hay que sumarle las horas que hay que pasar sentado en el suelo en las clases teóricas, por lo que es necesario disponer de un certificado médico que diga que la persona puede cumplir el curso sin problemas antes de iniciar el entrenamiento”, indica la experta.

A los alumnos que vienen a practicar no se les exige ese certificado, a no ser que tengan un problema o dolencia concreta, como una operación de corazón. En condiciones normales no se necesita nada más, ya que lo normal para un practicante es asistir a una clase diaria de una hora y media de duración”, concluye.

* Reportaje EFE