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Jo Nesbø, el exitoso escritor que viene del frío

Por Excélsior/ LifeStyle | 7 Enero, 2015 - 15:14
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El novelista noruego ha sido traducido a casi cuarenta idiomas y confiesa que con "El leopardo", su última entrega, por momentos cruzó una línea que le agrada.

Con 25 millones de libros vendidos en todo el mundo, las ocho novelas del autor noruego Jo Nesbø (1959) tienen como protagonista al policía Harry Hole. Considerado uno de los mejores exponentes del género negro escandinavo, reconoce que al abordar temáticas de asesinos seriales "uno tiene que ser capaz y estar dispuesto a buscar en uno mismo el lado más sádico y sociópata, y magnificarlo”.

Por eso, narrar el dolor y la violencia, describir cómo se inflige en una persona inocente y, en especial, en una mujer, es lo más difícil que ha enfrentado el narrador.

Tras ser cantante, compositor y agente de bolsa, pasó a describir con palabras “esa falta total de emociones, esa nada, algo frío, negro” que advierte en los asesinos en serie.

Desde 1997, cuando publicó la primera novela del detective Hole, encontró dos maneras de presentar a un asesino. “Una es darle el tratamiento de un monstruo y ahí te ahorras toda explicación, porque al ser un monstruo se convierte en una metáfora, en un símbolo de muchas cosas", dice.

La otra alternativa es mostrar al asesino como un ser humano, detallar cómo surge, "y aquí -apunta- partimos de la reflexión de si el mal es inherente al hombre o no. Lo más difícil es el asesino serial, porque un asesino normal tiene un motivo para matar, una ganancia. En el caso del asesino en serie hay que entrar en su cabeza, hay motivos que están más allá de nuestra comprensión y todo tiene un lado pervertido”.

El novelista que ha sido traducido a casi cuarenta idiomas confiesa que con "El leopardo", su última entrega, por momentos cruzó una línea que le agrada. “Cuando empiezo a escribir me guío mucho por el instinto, me dejo llevar”.

El libro narra la historia de un asesino cuyas víctimas, mujeres jóvenes, son halladas con 24 heridas inexplicables causadas por un artefacto original que el mismo Nesbø ideó: la Manzana de Leopoldo, una bola roja que se coloca en la boca de las martirizadas y acciona 24 agujas que perforan distintas partes de sus cerebros y terminan ahogándose en su propia sangre.

Aunque se esfuerza por sorprender, insiste en que la realidad nunca rebasará a la ficción en el género policiaco. "Acá influye no sólo el tema, sino que el ritmo de narrar y el suspenso", dice.