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La casa al borde del abismo

Por Daniel Galilea | 14 Octubre, 2014 - 08:08
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¿Le gustaría vivir con el mar haciéndole cosquillas bajo sus pies? Un estudio australiano especializado en construcciones modulares ha diseñado una casa que cuelga en el borde de un acantilado e "inspirada en la forma en que los moluscos se aferran al casco de un barco".

La idea de "vivir peligrosamente" puede interpretarse y aplicarse de muchas maneras. Una de las más innovadoras y originales la propone el estudio de diseño y arquitectura australiano Modscape, que ha ideado una casa "no apta para gente con vértigo", ya que estaría colgada al borde de un precipicio, a pocas decenas de metros sobre las agitadas aguas del océano, del que ofrecería unas espectaculares vistas de 180 grados.  

La denominada ‘Cliff House’ (Casa del Acantilado, en inglés) es un diseño conceptual de una vivienda modular de cinco plantas que se aferra al costado de un acantilado, informa Melody Soan, portavoz de Modscape (http://modscape.com.au) desde la sede de la compañía en Brooklyn (Victoria, Australia).

Esta empresa se especializa en construir casas y edificios prefabricados, que componen mediante módulos, es decir con armazones de acero estructural totalmente soldados y completados con paneles aislantes, que se utilizan para crear todo tipo de configuraciones de espacios de múltiples tamaños, para adaptarse a diferentes lugares, según informa la misma fuente.

Arquitectura extrema

Para Soan, este diseño es una respuesta teórica para aquellas personas interesadas en explorar las opciones arquitectónicas que existen para las parcelas de terreno con características más extremas.
 
"Este concepto está inspirado en la forma en que los percebes (un crustáceo inmóvil que crece y permanece adherido a las rocas batidas por el oleaje) se aferran al casco de un barco, y ha sido desarrollado para construir una casa modular que cuelgue de la pared de un acantilado costero, en vez de asentarse sobre la parte superior de esta abrupta pared rocosa vertical", según Soan.
 
De acuerdo a la portavoz de Modscape, esta “casa al borde del abismo” se visualiza como una extensión natural de la pared del acantilado, "en lugar de ser percibida como un agregado al paisaje, creando una conexión absoluta con el océano"”.

Dado que un diseño de este tipo haría prohibitiva una construcción convencional, este nuevo concepto utiliza tecnologías de diseño y prefabricación modulares, que permiten edificar la casa apilando módulos, que están anclados al acantilado mediante pasadores de acero de ingeniería de última generación.


 
"La entrada a la ‘Cliff House’ se efectúa a través de una cochera situada en la planta superior, mismo nivel que el techo o tope del acantilado, desde donde un ascensor traslada verticalmente al usuario a través de cada uno de los espacios de vida descendentes de la casa colgante", indican desde Modscape.
 
"Los espacios interiores de la construcción cuentan con muebles minimalistas para asegurarse de que su usuario disfrute, desde cualquier punto de la casa, de las trascendentales vistas del océano y la experiencia única que ofrece este diseño arquitectónico”, informa Soan.

Esta edificación conceptual consta de cinco módulos o plantas, cada una de ellas de una superficie menor que la anterior, en sentido descendente y que, en conjunto, ocupan unos 285 metros cuadrados y ofrece un aspecto exterior en forma de cuña.

Cinco niveles, suspendidos sobre el mar

Según Soan, la primera de estas plantas, o nivel 5, contando desde arriba hacia abajo, es el ‘garage’ de acceso, que está al aire libre y a nivel del suelo superior del acantilado y cuenta con un techo para proteger a los dos vehículos que admite.  

A continuación, el usuario puede acceder a los niveles 4, 3, 2 y 1, donde se ubican respectivamente, el salón y la cocina-comedor; dos dormitorios y el baño; un dormitorio con una cama matrimonial con un baño en suite; y por último, una planta SPA parcialmente abierta y bajo cuyo suelo literalmente se abre el vacío, con una zona de esparcimiento y otra para barbacoa. 

 

"Esta casa puede parecer precaria, e incluso una posible víctima de la erosión costera, pero no hay razón por la cual este diseño permanezca en buenas condiciones estructurales, ya que sus vigas voladizas enclavadas en perforaciones en la roca podrían sostener el edificio tal y como unos crampones sostienen a un escalador", ha señalado a la BBC británica, Maxwell Hutchinson, expresidente del Real Instituto de Arquitectos Británicos (www.architecture.com).

"Aunque la gente cree que las casas siempre deben construirse hacia arriba a partir de unos cimientos en el suelo, en teoría es igualmente posible que puedan estar suspendidas o colgadas", afirma Hutchinson.

Según este reputado arquitecto existe una tradición de propiedades no convencionales en todo el mundo, incluyendo viviendas flotantes, casas bajo el agua y hoteles de hielo, aunque  "todas ellas son muy costosas porque la industria de la construcción odia aquello que es inusual".

Además de "tener unos bolsillos muy profundos, cualquier futuro propietario de la casa del acantilado debería ser alguien con un muy, muy buen estómago", ironiza Hutchinson, en referencia a la posible experiencia de vivir suspendido de un pared rocosa a decenas de metros sobre el mar, con solo una masa de aire entre el suelo de la casa y la lejana superficie del agua.

* Reportaje EFE / Fotografías Modscape