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La insólita campaña anónima contra el papa Francisco

Por Deutsche Welle | 6 Febrero, 2017 - 10:09
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En las inmediaciones del Vaticano, los muros de la ciudad amanecieron tapizados con duras acusaciones hacia el argentino Jorge Mario Bergoglio.

La policía italiana está en busca de los autores intelectuales y materiales de la operación que dejó los muros cercanos al Vaticano tapizados con decenas de afiches adversos al papa Francisco. Los carteles muestran una fotografía del argentino Jorge Mario Bergoglio con cara de pocos amigos y un texto que reza: " ‘France', has intervenido congregaciones, has destituido a sacerdotes, has decapitado a la Orden de Malta y a los Franciscanos de la Inmaculada, has ignorado a cardenales... pero, ¿dónde está tu misericordia?”.
 
Los soportes habituales de la publicidad pagada, instalados en zonas céntricas de la capital italiana, aparecieron cubiertos con los afiches, que no llevaban firma alguna. Varias horas después de que las autoridades se percataran de ello, los carteles fueron parcialmente tapados con pliegos blanco adornados con el emblema del Ayuntamiento de Roma y las palabras "publicidad ilegal”. Por la tarde, policías de civil inspeccionaron los afiches en la Piazza del Risorgimento y, poco después, el aseo urbano los retiró uno tras otro.
 
Antonio Spadaro, director de Civiltà Cattolica, la revista de la Compañía de Jesús, comentó el suceso en la red social Twitter. A sus ojos, esos afiches podían ser interpretados como una medalla para el Papa por su empeño contra los muros y el racismo. "Signo de que está actuando bien y de que está molestando mucho”, agregó Spadaro, jesuita, como el propio Francisco, y consultor en los Consejos Pontificios de Cultura y Comunicación Social. Francisco, elegido papa en 2013, despertó una creciente resistencia en las propias filas de la Iglesia.
 
 
Fricciones vaticanas
 
Su tendencia reformista ha llevado a los medios italianos a especular con que la campaña anónima fue orquestada por el espectro ultraconservador de la curia. Considerando el momento en que aparecieron los afiches en cuestión y la especificidad de los reproches que se le hacen al pontífice, no faltará quien busque sospechosos en el ámbito de la Orden de Malta, surgida hacia el año 1048 al calor de las Cruzadas y formada por laicos de familias nobles que actualmente se dedican a labores humanitarias.
 
En las últimas semanas, la Orden de Malta se ha visto inmersa en un duro pulso con el Vaticano. Tras la aparición de los carteles, el papa Francisco designó al arzobispo italiano Angelo Becciu –encargado interino de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado vaticana– como delegado especial en la Orden de Malta. La Santa Sede difundió una carta, fechada el 2 de febrero, en la que el pontífice anuncia que Becciu actuará "en estrecha colaboración” con Ludwig Hoffmann von Rumerstein.
 
Hoffmann von Rumerstein es el lugarteniente interino de la Orden. Será misión del delegado papal apoyar al lugarteniente "en la preparación del Capítulo extraordinario” de la Orden de Malta y en la "oportuna actualización” de la constitución de esa institución. Concretamente, Francisco le pidió a Becciu que trabaje en "la renovación espiritual y moral de la Orden, especialmente de los miembros profesos, para que se realice plenamente el fin de ‘promover la gloria de Dios mediante (…) la ayuda al prójimo' ”.
 
 
Por un puñado de condones
 
Según Francisco, Becciu será su "único portavoz en todo lo que afecta a las relaciones entre esta Sede Apostólica y la Orden” y le delega "todos los poderes necesarios para decidir las eventuales cuestiones que puedan surgir en relación con la actuación del mandato” que se le otorga. El nombre del delegado pontificio en la Orden de Malta se conoce después de que el Papa aceptase, el 25 de enero, la dimisión presentada por el gran maestro de esta institución, Matthew Festing, de 67 años, quien se había rebelado contra el pontífice.
 
El delegado pontificio, que hace las labores de un interventor, es una figura ya utilizada por el papa para situaciones como, por ejemplo, la renovación de los Legionarios de Cristo tras el escándalo de su fundador. La disputa entre Francisco y Festing comenzó a principios de diciembre de 2016, cuando se obligó a dimitir al gran canciller Albrecht Freiherr von Boeselager, acusado de no haber impedido la distribución de preservativos por parte de algunas organizaciones no gubernamentales que colaboran con la Orden de Malta en países de África y Asia.
 
Ante la poca transparencia de la decisión de hacer dimitir al gran canciller y las quejas de algunos de los miembros, Francisco decidió nombrar una comisión investigadora. Festing rechazó colaborar con esta comisión denunciando una injerencia por parte del Vaticano en la soberanía de la Orden. Sin embargo, a principios de febrero, Albrecht Freiherr von Boeselager expresó la lealtad de la Orden de Malta de cara al papa Francisco y aseguró que colaboraría plenamente con el delegado especial que sería nombrado dos días más tarde.