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Las dificultades de publicar un libro en Honduras

Por El Heraldo | 24 Septiembre, 2014 - 15:01
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La directora de Editorial Guaymuras, Isolda Arita y el escritor y director de Centro Editorial, Julio Escoto, comparten las formas de publicación y los errores frecuentes de los autores.

Publicar un libro en Honduras puede ser, para muchos, un proyecto que tarda años. ¿Qué tan difícil es hacerlo? Porque detrás está el proceso creativo y los fondos que se requieren para ver publicado un libro.

El escritor Julio Escoto mencionó las tres formas en que se puede publicar un libro y tanto él como Isolda Arita, directora de la Editorial Guaymuras, mencionaron los errores frecuentes que cometen los autores en el proceso previo a la publicación de su obra.

Arita también da detalles de la inversión monetaria que conlleva la publicación de un libro en Honduras, y cabe destacar que los escritores deben tener muy en cuenta las diferencias entre utilizar los servicios de una editorial y los de una imprenta.

¿Cómo publicar un libro?

Las tres formas de hacerlo según el escritor y director del Centro Editorial, son: subsidiado por una organización o institución, adquiridos los derechos por una editorial privada o institucional (Guaymuras, Subirana, UNAH, por ejemplo) o con autofinanciamiento y autopublicación.

“La primera forma exige usualmente que la obra sea técnica y científica. En escasas ocasiones el gobierno o empresas financian un texto de creación (poesía, teatro), excepto si es por celebración o efeméride de acontecimientos especiales”, explicó Escoto, y en cuanto a la segunda forma tiene el inconveniente de que por lo general las universidades o algunas editoriales “aceptan el libro pero entregan al autor solo cierto número de ejemplares normalmente bajo (100 a 300), quedando el resto para rescatar el financiamiento otorgado”.

La tercera opción que es el autofinanciamiento y autopublicación, resulta ser la más usual en el presente, “dado que ahora se puede ‘levantar’ (mecanografiar) el texto en casa, así como diseñarlo”.

En ese sentido, Isolda Arita dijo que la segunda forma exige que la obra cumpla con una calidad de contenido; “toda editorial aspira tener un catálogo de libros que responda a sus objetivos, por ejemplo en nuestro caso, Guaymuras nace con el propósito de dar a conocer todo lo hondureño y propiciar la investigación de la historia del país, su sociedad, sus dinámicas, entonces un libro para que nosotros lo asumamos tiene que responder a eso, tiene que estar en concordancia con nuestro catálogo”.

En cuanto a la modalidad de servicios editoriales (que es el autofinanciamiento por parte del autor), Guaymuras presta tanto el servicio de edición, diseño e impresión, así como apoyo para la distribución del libro a través de la Librería Guaymuras.

Errores frecuentes

Según Isolda Arita, uno de los errores frecuentes que cometen los escritores es que mandan a la editorial el texto original con todo y diseño, lo que generalmente complica el trabajo de la editorial, que para ello tiene un departamento de diseño; por lo que interesa más que el texto original vaya sin errores ortográficos, porque al fin y al cabo el trabajo del autor es “escribir bien”.

Julio Escoto mencionó que otro de los errores comunes es cuando los autores entregan su original a una imprenta para que lo levante, diseñe e imprima, por lo que hay que tomar en consideración que “si bien la imprenta (mayoría de ellas) puede ser experta en el último campo (imprimir), no siempre lo es en manejo de lenguaje, gramática, revisión de estilo, diseño y diagramación, estos dos últimos muy apegados a lo estético. Y de allí que se vean textos muy limpios y ordenados en lo externo pero con libras y libras de errores ortográficos al leerlos, no digamos de escasez de márgenes, amontonamiento de líneas, títulos anticuados, dobles espacios, formas gráficas que ya no se usan, entre otros vicios”.

Todo lo anterior es labor que sí hace una editorial. Escoto señaló que los editores de obra son pocos en Honduras, y mencionó entre ellos a Editorial Guaymuras, Centro Editorial y Guardabarranco, “que aseguran un texto limpio y profesional en todos los aspectos”, dijo, y agregó que “los editores son el aseguro de los libros dignos de la tierra”.

Hay que tomar en cuenta que tanto el contenido como la portada de la obra es vital, ya que como dijo el escritor, no se trata solo de la ilustración si no de un buen título, “atractivo, comprensible, provocador si es posible. La ilustración puede ser ligeramente apartada del tema del libro pero nunca totalmente independiente de su contenido. Y sobre todo el tipo de letra que se usa en portada debe ser escogido con mucho cuidado y dedicación”, señaló el escritor.

Además, acotó que no siempre la portada es a color, en blanco y negro también pueden ser hermosas, “esto es estético, se insiste, no hay reglas definitivas. Lo que sí no se permite jamás es un error ortográfico, mal espaciado, pésima redacción ya que la portada es la cara del texto y conviene buscar a un artista diseñador para que la produzca. Eso desde luego si usted quiere un libro llamativo, limpio y bello; si no le importa puede igual colocar una hormiga en el centro y provocar la curiosidad del lector”, dijo Escoto.

Costos Dicho lo anterior, llegamos a los costos en los que incurre un autor al publicar su obra, en ese sentido la directora de Editorial Guaymuras declaró que para que el costo unitario no sea tan alto ellos recomiendan un mínimo de 500 ejemplares, aunque ahora se están haciendo de 300 a 250, porque la gente cada vez trata de reducir costos, aunque de esta manera el costo unitario es mayor, “porque el trabajo es el mismo, la producción de planchas, diseño, etcétera, es igual para 100 libros que para mil; 500 sería como lo mínimo ideal, los tiempos que corren no son para tanta inversión”.

Si un libro es de cien páginas, y el tiraje de 500 ejemplares, el costo unitario oscila entre los 25 y 30 lempiras (US$1,4). “todo depende de los requerimientos, hay gente que pide color dentro, otros solo negro, entonces varía, pero la verdad es que no es tan caro, se gasta mucho más en un teléfono de última generación que en un libro”, dijo Arita.

La directora de Editorial Guaymuras destacó que hay mucha gente joven que quiere publicar, y manda fragmentos de sus textos “hay una avidez por publicar pero muy poca por aprender a escribir, entonces sobre todo en los jóvenes yo les diría que no se desesperen por publicar un libro, que lean mucho, que aprendan a escribir realmente, sobre todo las nuevas generaciones tienen pésima ortografía, pésima redacción, y así es imposible publicar”.