Artículos

"Las pandillas están en todos lados", relatan adolescentes centroamericanos refugiados en México

Por Xinhua | 21 Junio, 2017 - 12:08
  • 2017-06-12t183449z_1_lynxmped5b1gi_rtroptp_3_delito-guatemala-incendio.jpg

La migración es una alternativa al flagelo de las bandas delictivas, que reclutan por la fuerza a hombres o explotan sexualmente a mujeres.

La violencia de las pandillas en Honduras impedía a Ruth jugar en la calle y a Emma salir de su casa aunque solo fuera para ver el sol. Una vida similar enfrentaban Shaze en Guatemala y Diego en El Salvador ante el riesgo de que algún grupo criminal los obligara a engrosar sus filas.
 
Ellos forman parte de los niños y adolescentes que huyen a México solos o con su familia desde los países del Triángulo Norte de Centroamérica ante la inseguridad causada por pandillas, que extorsionan, secuestran y reclutan por la fuerza a hombres o explotan sexualmente a mujeres.
 
Los cuatro llegaron a México en distintas fechas junto con familiares a lo largo de los últimos dos años para pedir protección como refugiados, una condición que, dijeron, ha cambiado su vida y sus perspectivas del futuro.
 
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en México los reunió hoy para que compartieran su testimonio con la prensa, dentro del lanzamiento de su campaña de donación "Niñez que Huye".
 
"No te puedes sentir en paz... las pandillas están en todos lados", relató Shaze, de 18 años, quien lleva más de un año en México tras salir de Guatemala.
 
Ruth, de 12 años, recordó que en Honduras el camino rumbo a la escuela era inseguro y en la calle no podía jugar con sus muñecas porque estaba expuesta a convertirse en testigo de crímenes.  "No me gusta vivir en un país así", afirmó.
 
Emma, prima de Ruth, expuso que huyeron de su país junto con otros familiares, tan solo con la ropa que llevaban puesta y por la premura no pudo despedirse de su padre, a quien más extraña de la vida que dejó atrás.
 
 
"En Honduras no se podía salir a disfrutar del sol y la lluvia", manifestó la adolescente de 17 años de edad que apenas lleva dos meses en el país.
 
Los abusos no solo corren por cuenta de los criminales en El Salvador, porque la policía en su combate a los grupos delictivos agrede o arresta a jóvenes solo porque vistan similar a los pandilleros, reprochó Diego, de 16 años.
 
"Eso también es ser joven en lo que es Centroamérica", expresó el adolescente que reside en el país desde hace dos años.
 
Estimaciones de ACNUR apuntan que 182.400 guatemaltecos, salvadoreños y hondureños pidieron refugio o protección en otras naciones en 2016, una cifra 10 veces mayor a la registrada un lustro atrás.
 
El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ANCUR) en México, Mark Manly, expuso que las peticiones de protección ante el gobierno mexicano crecieron un 1.050 por ciento de 2011 a 2016 y en el comienzo de este año se han incrementado un 140 por ciento.
 
En cuanto a menores, el año pasado 242 niños y adolescentes que migraron sin compañía de adultos pidieron la condición de refugiado a México, una cantidad reducida con respecto a los 40.000 que cruzaron la frontera sur del país solos o con familia y que fueron devueltos a los tres países.
 
Manly destacó que la crisis ha aumentado desde que en 2014 publicaron dos informes que alertaban sobre la salida de los menores del Triángulo Norte de Centroamérica a causa de la violencia.
 
"Las estadísticas oficiales y el trabajo que realizamos día a día en la frontera sur en este país muestran que más bien la crisis se ha ido incrementando", sostuvo el representante de ACNUR en el evento celebrado en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México.
 
 
El funcionario agregó que los habitantes de los tres países también se están desplazando hacia Belice y Costa Rica.
 
A través de "Niñez que Huye", la ACNUR busca recaudar 18 millones de dólares para aumentar el apoyo a los menores refugiados centroamericanos en cuanto a techo y alimento, así como servicios médicos, jurídicos y escolares.
 
El actor y director mexicano Diego Luna destacó en el evento que los niños y adolescentes refugiados son un potencial para México, porque se trata de gente entusiasmada por sumar sus capacidades a favor del país.
 
"Este debería de ser un tema que nos preocupe a todos. Es muy fácil leer y hablar de la crisis de refugiados sirios y de lo que pasa lejos de nuestro país, pero nos cuesta mucho reconocer lo que está pasando aquí", manifestó el actor de "Rogue One: Una historia de Star Wars".
 
Los cuatro menores dijeron que extrañan a los familiares, amigos y vidas en sus respectivos países, como la pequeña Ruth, que añora la sopa que su abuela le preparaba los domingos, o Shaze, que dejó la computadora en la que guardaba sus fotografías.
 
Sin embargo, coincidieron en que en México se sienten seguros para caminar por las calles y conocer nuevos lugares, además de que se están alistando para seguir con sus estudios.
 
Emma comentó que estudiará para ser administradora de empresas; Diego, para cocinero especializado en comida mexicana; Ruth quiere ser doctora para tratar ancianos y Shaze busca ser ingeniero en sistemas para trabajar en la compañía Google.
 
"Aquí tengo un buen futuro... voy a cumplir mis sueños para servirle a Mexico", expresó Emma.