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Lo que comes se refleja en tu rostro

Por Valeska Noriega Londoño/ El Espectador | 11 Junio, 2018 - 16:34
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El tipo de alimentos que se incluyen en la dieta son clave e inciden directamente en tu apariencia.

En muchos casos la dieta es la responsable del estado de salud, pero también influye en cómo se transforma el aspecto físico del cuerpo, dentro del que se incluye también la apariencia del rostro.

Un rostro saludable sin manchas, ojeras, ni bolsas, es el resultado de una buena alimentación. Sin embargo, fijarse en la apariencia del rostro no es común y los cosméticos son la alternativa tradicional para conseguir un rostro perfecto.

El tipo de alimentos que se incluyen en la dieta son clave e inciden directamente en la apariencia del rostro.

Evitar el envejecimiento facial prematuro, prevenir el acné, las manchas, retrasar las arrugas y otros efectos negativos, es posible si se lleva a cabo una alimentación equilibrada que evite ciertos alimentos. Aquí le contamos los alimentos que no son unos buenos aliados a la hora de conseguir un rostro bello y luminoso:

El acné

Los brotes en el rostro no solo aparecen en la edad de la adolescencia, también son producto de la mala alimentación, por lo que pueden aparecer a cualquier edad si no lleva una dieta balanceada. Los alimentos con alto contenido de grasas como las carnes rojas y los embutidos son perjudiciales para la salud y la apariencia del cutis.

La solución está en utilizar los productos adecuados y una dieta balanceada, ya que no se trata solo de un problema de acné en la piel, sino del estado de los órganos que son responsables de su aparición.

Las arrugas

Un mal aliado para el cuidado del cutis es el azúcar. Los alimentos ricos en este compuesto, como las salsas dulces, la bollería y galletas, el cacao soluble, las gaseosas, los cereales al desayuno, las mermeladas, y las golosinas entre otros, generan la pérdida de elasticidad, ya que, al abusar de estos, las células se vuelven menos elásticas, propiciando un cutis seco y cuarteado.

Además de incidir en la aparición de arrugas en el cutis, los altos niveles de azúcar en la sangre son los culpables de un rostro que aparenta más edad de la que se tiene. Otros factores asociados como el tabaquismo y la exposición al sol también generan envejecimiento facial prematuro.

Lo ideal para mantener un nivel adecuado de glucosa en la sangre, es comer de todo, pero en porcentajes adecuados y evitar la glucosa en la dieta, pues el organismo no necesita azúcar de más, ya que descompone las moléculas de los alimentos ricos en carbohidratos, proteínas y grasas.

Las bolsas en los ojos

Esos pequeños bultos ubicados en la zona inferior de los ojos son señal de que hay retención de líquidos. Este término no solo se utiliza para para referirse a las piernas y los tobillos inflamados, en el rostro también aparece. La razón, es el abuso de sal en las comidas, que puede provocar, además, resequedad y arrugas en la piel.

La piel deshidratada y rígida

Llevar una dieta baja en frutas y verduras y no beber suficiente agua, son las principales razones por las cuales la piel refleja un aspecto rígido y cuarteado. Consumir más pescado, frutas, verduras, agua y alimentos ricos en colágeno, son la clave para tener un cutis saludable de aspecto elástico y luminoso, ya que estas comidas, favorecen la producción y asimilación del colágeno en el organismo.

Color del rostro

La ausencia de alimentos ricos en carotenos, como las frutas y verduras, son la causa de un cutis reseco y pálido.Los carotenos son pigmentos orgánicos que dan el color rojo y naranja a las frutas, y están presentes en alimentos como la naranja, la remolacha, el tomate y la zanahoria. Además de pigmentar, protegen la piel de los rayos ultravioleta y de los oxidantes naturales gracias a sus propiedades antioxidantes. Sin embargo, consumir en exceso este tipo de alimentos, aunque no tiene consecuencias en la salud, sí hace que la piel tome un aspecto más amarillento.

Las arañas vasculares (telangiectasias)

Estas venas rojas que aparecen en áreas como el rostro y las piernas se deben a diferentes factores como la genética, el sedentarismo que perjudica la circulación sanguínea, el nivel hormonal durante el embarazo, los tratamientos anticonceptivos con hormonas, tomar el sol durante largo tiempo, el consumo de alcohol.