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Lo que las tres principales religiones dicen sobre el dinero

Por Dinero en Imagen | 20 Abril, 2017 - 12:08
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La Torá, la Biblia y el Corán tienen la misma base y, por lo tanto, la doctrina en torno a numerosos temas se repite una y otra vez.

El judaísmo, el cristianismo y el islam son las tres principales religiones del mundo. Juntas suman a más de la mitad de la población mundial. Ante la tradición milenaria, no es de extrañar que sus enseñanzas sobre el dinero perduren hasta nuestros días.
 
Los libros sagrados de estas religiones, la Torá, la Biblia y el Corán, tienen la misma base y, por lo tanto, la doctrina en torno a numerosos temas se repite una y otra vez.
 
Ayuda al necesitado
 
El concepto más presente en estos libros es el de la caridad, la ayuda a quienes menos tienen. Y es también la actividad más recompensada por la divinidad.
 
En el Judaísmo, la caridad se manifiesta mediante la petición de dar trabajo al necesitado con el fin de que con el tiempo la persona se pueda volver en autosuficiente.
 
Otra manifestación se encuentra en la idea del diezmo, que la Torá y la Biblia señalan como el 10% de los ingresos de cada tercer año que se deben dar a extranjeros, huérfanos y viudas.
 
Mientras que en el mundo musulmán se exige que 2.5% de la riqueza sea destinada a la caridad.
 
Aunque la Iglesia Católica aún pide diezmo a sus feligreses, no existe una cantidad ni exigencia oficial. Usualmente se pide a los católicos que una vez cubiertas sus necesidades básicas, se destine alguna parte del resto a actividades de caridad.
 
El concepto del diezmo evolucionaría con el tiempo hacia un tributo obligatorio por parte de los miembros de una comunidad al monarca y, posteriormente, al gobierno. En la actualidad podría considerarse a los impuestos como sus sucesores.
 
Inversión
 
Este concepto está mejor definido en el Islam, donde existen sistemas conocidos como Mudarabah y Musharakah.
 
El Musharakah es una forma de asociación entre varias personas donde se comparten las ganancias y el riesgo de un negocio. Este sistema elimina el interés como forma de pago a los inversionistas y manda una distribución proporcional de las ganancias.
 
Mientras que en el Mudarabah una persona con capital busca a quien tenga el conocimiento para echar a andar un negocio. El riesgo recae completamente sobre el dueño del capital, pues si el negocio no prospera perderá todo, pero en caso de éxito, el inversionista se queda con 60% y el administrador con el resto.
 
Intereses
 
De manera estricta, el Islam no permite el cobro de interés, de ahí la existencia del Mudarabah y Musharakah.
 
Lo mismo pasa en el Judaísmo, donde la Torá prohíbe expresamente el cobro de intereses, más no el préstamos.
 
En el Cristianismo, pese a que el Viejo Testamento de la Biblia mantiene la prohibición sobre los intereses, en el Nuevo Testamento se privilegia la aplicación de la justicia en todas las actividades humanas, incluidas las financieras.
 
Por tanto, el Cristianismo no ve con malos ojos el cobro de intereses, siempre y cuando no sea desproporcionado.
 
Riqueza
 
Ninguna religión ve el acumular dinero como algo malo, pero sí la actitud que se tenga hacia él.
 
El caso del Cristianismo es el ejemplo más claro, pues echaza una actitud materialista donde la persona busca acumular bienes materiales por el simple hecho de tener más. De hecho, la avaricia es considerada un pecado capital y causa de todos los males.