La soya es una semilla con múltiples propiedades medicinales, al igual que todos sus derivados. Tal es el caso del aceite de soya, que constituye uno de los ingredientes más versátiles que se pueden encontrar en la cocina.

Quienes lo usan para preparar sus alimentos reciben una buena dosis de vitamina E y ácidos grasos omega 3, que ayudan a reducir la presión arterial y evitar enfermedades cardíacas.

Entre sus bondades no contiene grasas trans y su sabor es neutro, por lo que no altera el sabor de las comidas.

Entre la composición química de estos aceites se encuentra 61,2% de ácidos grasos poliinsaturados, 22.6 % de ácidos grasos monoinsaturados, 16.2 % de ácidos grasos saturados.

El aceite 100% de soya ayuda a disminuir el colesterol malo, al reemplazar grasas saturadas por un alimento rico en grasas sanas. Adicionalmente, contrarresta los efectos de la menopausia con su contenido en isoflavonas y protege las membranas tanto de las células, como de todo el organismo, gracias a la vitamina E y vitamina A.