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Los mejores lugares de Argentina para practicar pesca con mosca

Por Télam | 17 Septiembre, 2014 - 17:10
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El río Grande, situado en Tierra del Fuego, se sitúa en el primer puesto del ránking de pesca de trucha y es sumamente conocido por mosqueros de diversas partes del mundo.

La pesca con mosca, integrante del menú del turismo aventura, ha evolucionado enormemente en la última década, tanto en el país como en el extranjero, y ha dejado de estar asociada únicamente con la trucha, para expandirse a otras especies de peces.

El río Grande, situado en Tierra del Fuego, tiene ganado el primer puesto en el ranking de pesca de trucha y es sumamente conocido por mosqueros de diversas partes del mundo.

Sin embargo, la pesca del dorado tampoco se queda atrás: se la practica principalmente en el río Paraná, pero también en el Bermejo, el Uruguay, el Dulce y en los Esteros del Iberá, lugares con particularidades y contextos propios, en provincias tan diversas como Corrientes, Chaco, Entre Ríos y Santa Fe.

También Salta presenta un lugar ideal donde pescar truchas y dorados: es el parque Nacional Baritú, en cuyas inmediaciones se hallan importantes ríos.

El clima subtropical, la abundante vegetación y la variada fauna correspondiente a la selva, conllevan a que no pueda dejar de estar en la lista de sitios pendientes para los amantes de la pesca con mosca en Argentina.

También Misiones es un espacio más que propicio para la pesca del dorado y el surubí: especialmente en Posadas se obtienen piezas de gran porte.

El dorado, reconocido como el "tigre del Paraná" por su fiereza para deshacerse del anzuelo, es un pez de alto valor deportivo ya que su espíritu de pelea torna más desafiante, interesante y valiosa la captura.

Dorado, surubí, manguruyú, boga, sábalo, patí, pejerrey y pacú son las especies más prolíferas y codiciadas en el Paraná, ya sea en La Paz, Entre Ríos; en Paso de los Libres, Corrientes; como en los cursos de agua propios de otras localidades misioneras como Montecarlo, Puerto Esperanza y Puerto Rico.

Misiones no sólo ofrece una abundante cantidad y variedad de peces en sus ríos y arroyos, sino que además cuenta con estancias turísticas y agrocampings que ponen a disposición enormes piletones especialmente preparados para la actividad que se conoce como "pesque y pague".

Para quienes no son duchos en la actividad, cabe explicar que la "mosca" es un señuelo artificial fabricado artesanalmente por el mismo pescador, o comprado en alguna casa especializada, que con plumas, hilos o pelos imitan a las presas que integran el menú preferido de los peces.

El lanzamiento del señuelo, que se hace con una caña ligera y especialmente flexible, consta de 3 pasos básicos: lanzado hacia atrás, pausa y lanzado hacia adelante.

Básicamente se pretende atraer al pez con un señuelo que imita, en este caso, a ninfas, pupas o insectos ahogados o secos, de una manera muy natural y delicada.

Los amantes de la pesca con mosca no sólo se apasionan al llevar a cabo la actividad, sino que también se asesoran para ir mejorando constantemente sus técnicas.

Qué caña y reel elegir; qué clases de líneas existen y por qué; qué es un leader y cuál es su función, integran el abc de la pesca con mosca.

No es sólo eso lo que hay que aprender: saber vadear un río con total seguridad es uno de los grandes desafíos ante el cual se enfrentan quienes recién se inician.

El otro gran tema es recordar que los sitios en los que se pesca y los propios peces, son ámbitos y seres que deben protegerse en todo sentido.

En algunos lugares y en ciertas épocas, será preciso devolver el pescado al agua para que vuelva a vivir como pez; en otros sitios se le permitirá al pescador quedarse con hasta un máximo de tres piezas.

La gran cantidad de pescadores de todas partes del mundo que visitan Argentina para probarse en una de las actividades de turismo aventura más apasionante, como es la pesca, obliga a tomar estas precauciones para evitar el exterminio de las especies y la muerte inútil de muchos ejemplares.

La pesca con mosca, por muy moderna y sofisticada que parezca, no es ninguna novedad: sus orígenes se sitúan en Macedonia, en el siglo II A.C., en donde un escritor de nombre Claudius Ealian, narró que en el río Astracus había unos peces de piel moteada que se alimentaban de insectos.

Y decía: "Los pescadores no usan a estos animales como cebo, ya que cuando se les atrapa, pierden el color y las alas, por lo tanto dejan de tener atractivo como alimento. Envuelven pues, un anzuelo en lana roja y le añaden dos plumas blancas de gallo. Su caña es de dos metros de largo y la línea de la misma longitud. Lanzan este artificio al agua y el pez lo muerde quedando cautivo."

Esto, que dicho así parece ser tan simple, requiere gran habilidad y conocimiento, por lo que la pesca con mosca es considerada por los pescadores deportivos como un "arte" o pesca "intelectual".

De allí que integre la lista de las actividades de turismo aventura y sea tenida como una de las más puras y desafiantes.