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Los pros y contras de la sucralosa, el aspartame y la stevia

Por Nación.cl | 14 Octubre, 2014 - 15:18
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Rinat Ratner, directora de la carrera de nutrición de la Universidad del Desarrollo-Clínica Alemana, explica que si bien 5% de las calorías que se ingieren diariamente pueden provenir del azúcar añadido, reemplazar, por ejemplo, una bebida azucarada por una light inmediatamente genera una reducción calórica importante.

Cada vez son más quienes consumen edulcorantes no calóricos como parte de su alimentación diaria. Sucralosa, aspartame y stevia son edulcorantes que no aportan calorías y que tienen un alto poder endulzante. La diferencia entre ellos es su origen: mientras los dos primeros son artificiales, la stevia es de origen natural. Así, la sucralosa es 600 veces más dulce que el azúcar, mientras que el aspartame y la stevia 200 veces.

La directora de la carrera de nutrición de la Universidad del Desarrollo-Clínica Alemana, Rinat Ratner, explica que si bien 5% de las calorías que se ingieren diariamente pueden provenir del azúcar añadido, reemplazar, por ejemplo, una bebida azucarada por una light inmediatamente genera una reducción calórica importante que impactará positivamente en personas con sobrepeso que estén haciendo dieta.

“Un hombre adulto de 70 kilos que elimina 400 calorías de su dieta, reemplazando el azúcar por endulzantes no calóricos, en 17 días ya habrá perdido un kilo sin realizar ningún otro cambio adicional”, indica.

Las personas que están intentando bajar de peso, agrega, tienden a sufrir presión del entorno para comer en situaciones sociales como asados o reuniones con amigos, por lo que los alimentos y líquidos no calóricos pueden ser buenos aliados al momento de optar por qué ingerir.

“Mantener un vaso de bebida light o agua en la mano evitará que te insistan permanentemente para que comas productos demasiado calóricos o bebas alcohol, que también contribuye al aumento de peso”, señala.

Equilibrar consumo

Rinat Ratner precisa que todos los edulcorantes comercializados en Chile están aprobado por organismos internacionales y son seguros. Sin embargo, la profesional recalca que es importante conocer las contraindicaciones y beneficios adicionales asociados a este tipo de productos.

En el primer caso, por ejemplo, las personas que padecen de fenilcetonuria (alteración del metabolismo en la que el cuerpo es incapaz de descomponer un aminoácido llamado fenilalanina, el cual se encuentra en la mayoría de los alimentos) no deben consumir aspartame.

La stevia tiene efectos anti-caries, es estable al calor –se puede usar para cocinar- y puede contribuir al control de la presión - junto con la terapia convencional - en personas hipertensas.

Ratner añade que “idealmente la gente debe consumir edulcorantes de manera combinada. Es decir, no siempre el mismo, ya que de ese modo se asegura de no sobrepasar la ingesta diaria admitida (IDA). Es importante que la gente comprenda que incluso aquellos alimentos considerados buenos para la salud pueden ser dañinos si se consumen en exceso”.

El IDA es la cantidad aproximada (en milígramos) de un aditivo – en este caso edulcorantes - que se puede ingerir a diario de acuerdo al peso corporal y durante toda la vida de una persona, sin que llegue a representar un riesgo apreciable para la salud. Por tanto, respetando estos márgenes que están incorporados en las etiquetas de los productos, los edulcorantes son seguros.

Aspartame

Dentro de los edulcorantes, el aspartame ha sido uno de los aditivos alimentarios más estudiados debido a su origen artificial, a los múltiples usos que se le da en bebidas y alimentos y a una serie de mitos que circulan sobre él.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyó recientemente uno de los análisis de riesgo más completos que se ha realizado sobre el aspartame y concluyó que sus niveles actuales de exposición son seguros, apunta la especialista.

Los expertos han descartado, además, el riesgo potencial de que este edulcorante dañe los genes y produzca cáncer.

También determinaron que el aspartame no daña el cerebro ni el Sistema Nervioso, ni tampoco afecta las funciones conductuales o cognoscitivas en adultos o niños.

“Estos análisis despejan todo tipo de dudas con respecto a eventuales riesgos para la salud y confirman que su consumo es seguro en cualquier tipo de alimento”, destaca Ratner.