Desde enero de 2017 hasta febrero de 2018, fueron 10 los tiroteos en escuelas de los Estados Unidos que dejaron un saldo de 34 muertos. Tras este fenómeno, los padres preocupados por la seguridad de sus hijos han optado por comprar maletas antibalas, un esfuerzo por proteger la integridad de los menores ante un eventual ataque. La empresa que se inventó este producto es colombiana.

La idea surgió en 2012, luego del tiroteo en una escuela de educación primaria de Sandy Hook, en Newton, Connecticut (EE.UU.), en el que murieron 26 personas, entre ellas 20 niños entre los cinco y los 10 años. Por petición y por oportunidad, nació la idea de estas maletas antibalas.

Carolina Ballesteros, creadora de la línea para niños de la empresa colombiana Miguel Caballero, contó que, tras este tiroteo en Newton, uno de sus distribuidores les pidió pensar en un producto para niños.

Al ver la oportunidad de expandirse en el mercado de la ropa y los artículos blindados con una línea de niños, decidieron hacer todas las pruebas. Así iniciaron un proceso que duró dos semanas, tiempo en el que hicieron el prototipo para ver cómo funcionaban balísticamente y los traumas posteriores en el cuerpo al ser impactado. A pesar de que se habían negado -por ética- a confeccionar productos para menores, el lanzamiento oficial demoró un mes.

¿Pero de dónde surgió la idea de usar una maleta como protección? Para Ballesteros fue claro: es el artículo con el que siempre cuenta un niño. “Al darnos cuenta de cómo era una escuela, comenzamos a ver qué es lo que usa un alumno y vimos que siempre tiene su maleta cerca, en su silla, en el salón, en la ruta, al lado, siempre la tiene al lado”. Sin embargo, el blindaje es distinto para que sea acorde con los niños.

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El tema de impacto es importante, porque a pesar de que el que recibe el golpe es el blindaje, la fuerza que ejerce el proyectil al entrar en él genera un trauma posterior en quien lo recibe. Por esto, el material que usan los escudos con los que son equipadas las maletas son de un blindaje rígido que se asimila a los escudos blindados.

Los morrales no se venden todo el tiempo, tiene estacionalidades y, si bien es un producto con el que sus desarrolladores intentan entrenar a la gente, a los padres y a las escuelas, y que lo deben tener los niños para que sea preventivo, la venta se da de manera reactiva cuando ocurre un tiroteo, ahí es cuando llaman de diferentes estados del país para adquirir el producto.

“Lamentablemente es un producto reactivo”, sostiene Ballesteros asegurando que solo en una semana alcanzó a vender hasta 200 de estas maletas, a un precio de 190 dólares cada una. Cuando no existe un momento coyuntural, es decir, una masacre, el costo por maleta es de 218 dólares.

Recientemente tras el tiroteo en Parkland del 14 de febrero, que dejó un saldo de 17 muertos, las ventas de estas maletas, a través de Mc Armor, que es la filial que tienen en Estados Unidos, donde trabaja Ballesteros, volvió a ser récord en ventas en Amazon. (Lea también:Los rostros de la masacre de la escuela de Florida)

Se calcula que cada año en EE. UU. mueren más de 33.000 personas por disparos de armas de fuego, lo que da un promedio de 93 fallecidos al día, según datos de la Campaña Brady, un portal que lleva un conteo minucioso de este tipo de hechos. El mismo portal asegura que en este país hay nueve armas por cada 10 ciudadanos.

En lo que va de 2018, se registran 65 muertes por tiroteos masivos (más de cuatro víctimas, heridas o muertas), según cifras que entrega Gun Violence Archive, una corporación sin ánimo de lucro que lleva un reporte de hechos como estos en Estados Unidos.