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María Rita, la talentosa hija de Elis Regina, se presenta por primera vez en Santiago

Por La Nación.cl | 20 Marzo, 2015 - 18:38
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La cantante prepara un show para este sábado 21 de marzo. Reconoce que la importancia de su madre la hizo medir cada paso antes de decidirse a cantar profesionalmente.

Pese a haber sido criada en una familia creativa y reconocida, frecuentada tal vez por grandes nombres del arte y la música, la carrera de María Rita se inició recién a los 24 años. Algo tarde para un movimiento que valora la tradición y la denominación de origen.

El 2003 con 24 años de edad debutó con su primer disco de estudio que vendió más de un millón de copias en todo el mundo para después ganar reconocimientos como el Grammy Latino en varias categorías y participar de Festival de Jazz como el de Montreux, North Sea Jazz Festival, Irving Plaza y San Francisco, entre otros.

Para la cantante que se presenta en Chile este sábado 21 de marzo, fue ese peso específico el que la hizo medir cada paso antes de decidirse a tomar el micrófono profesionalmente.

"Fueron los temores", dice sobre la principal de las trabas para lanzarse definitivamente a grabar. "El temor principal era no tener una razón solamente mía para tornarme una cantante profesional. Cantar solamente porque las personas me decían que tenía talento, no me parecia correcto. Sentía que la música debe tener la fuerza mayor, ser una pasión y ser la razón principal. Una necesidad de vivir sin la cual yo no tendría derecho de cantar, no podría sobrevivir", dice la cantante.

El trance fue largo también por la pesada carga de ser la hija de Elis Regina. Nombre que la precede en toda situación, independiente de su trabajo autoral. Fallecida trágicamente a los 36 años, es una presencia fugaz, pero siempre presente en la vida de la cantante.

"Desafortunadamente no tengo recuerdos de mi madre. Eso es una gran frustración para mí. Yo creo que el trauma emocional es causante de eso. Yo sólo tenía 4 años cuando ella partió, es comprensible que nada me recuerde", dice.

El proceso duró mucho tiempo a causa de la "sombra" de mi madre y el vacío que ella dejó en todos. Fue algo solitario y sombrío", dice sobre esa búsqueda que zanjó finalmente en el show titulado "Coracao a Batucar" y otra placa dedicada a la samba y de nombre "Redescobrir".

Esa reverencia a la música popular brasileña obedece a la necesidad de no atraparse en esquemas comerciales ni otras fórmulas. "Estoy cansada de buscar la perfección, la fría precisión estéticamente perfecta, podríamos haber golpeado algo, entonces, pero preferí dejar ciertas 'rarezas' en mi último disco. Quería que la naturalidad de la voz, la emoción y la alegría de estar allí en cuerpo a cuerpo con mis músicos permanecieran delante de todo", ha dicho sobre el espectáculo que trae al mítico teatro Caupolicán del centro de Santiago.