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Mónica Bulnes y su libro "Generación APP": "las nuevas tecnologías pueden mejorar las relaciones con los hijos"

Por Claudio Pereda Madrid | 10 Abril, 2015 - 16:55
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Una mirada menos condenatoria de la relación jóvenes-tecnología propone la psicóloga mexicana, centrando más la atención en el rol de los padres. Dice que éstos deben invertir tiempo: la labor de transmitir valores no se detiene y las nuevas tecnologías ayudan a potenciar esa labor.

"Generación APP" es un best sellers en América Latina. Su principal mérito es proponer una mirada moderna y fresca en la relación de jóvenes con la tecnología, fuera de las satanizaciones habituales que confunden el análisis.

Para la autora la idea central es subrayar que el fondo no ha cambiado: "la educacion sigue su curso en cuanto a cumplir las responsabilidades, valores, que seas empático con tu comunidad, que sientas profundas responsabilidades ciudadanas, que no pierdas los modales en tu relación con los otros. Todos son conceptos que se aplican en cualquier experiencia humana, incluso en la realidad virtual", dice la autora.

Pero la tarea implica en los padres un compromiso no menor: tiempo. Evolucionar de la dinámica del "check list" (hiciste esto, terminaste lo otro, guardaste tu ropa) a usar el poco tiempo disponible a buscar una conexión mutua.

La autora insiste en que el proceso "vale la pena". Que los padres se involucren y aprendan junto a sus hijos cómo funcionan las nuevas tecnologías significa que el proceso, bien conducido, genera una instancia profunda de conversaciones y acercamientos.

"Los padres aprenden una técnica. Los hijos, en cambio, una ética. La conexión que se produce ahí tiene de todo: alegría, cercanía y confianza", insiste la psicóloga mexicana, experta en temas de familia, con casi tres décadas de experiencia en talleres, conferencias y publicaciones relacionadas con el tema.

- Lo primero que llama la atención del libro es la mirada amable y poco condenatoria que se da al nexo de la tecnología y los adolescentes, considerando que es algo que de todos lados se presenta con un manto de cuidado o riesgo. Tus planteamientos son más tranquilos y positivos...

- Creo que eso se da así porque mi especialidad primera es la relación familiar, el propósito de mi profesion es ayudar a los papas a hacer un buen trabajo. Veo que lo habitual es que por este motivo se generan muchas distancias entre padres e hijos. Sinceramente, me parece que -en términos prácticos- desconectar a los hijos de un mundo digital que está tan presente en nuestras vidas no es algo lógico. Lo que falta es un espacio de formación y conexion entre padres e hijos para que juntos exploren este mundo. Lo que vende son las malas noticias, por eso el mal uso de las tecnologías tiene más atención, que los jóvenes se desonectan de las familias, que se aíslan, que se separan de los padres, todos eso son conceptos inflamatorios. Los jóvemes pueden hacer todo eso sin la tecnología de por medio.

- De allí es que propones centrar bien el foco...

- Claro, porque mi experiencia -y la de muchos estudios al respecto- es que la tecnología es un instrumento, una herramienta. Mientras no cambiemos las perspectivas y mientras como papas no sepamos ver las ventajas del asunto y a partir de ellas transmitir los valores que quiero transmitir como padres, entonces no vamos a hacer un buen trabajo.

Mi intención es decir no sigan tantas leyendas urbanas de que todo está mal. La verdad es que son más los casos en que los jóvenes hacen un buen uso de la tecnologia y avanzan de buena forma en sus búsquedas personales a través de ella. Y todo eso, en un contexto de confianza con los padres en que se profundiza la conexión entre ellos y no se afecta la convivencia. La labor educativa de los padres sigue presente en lo importante y básico: los valores y los modales. Todo sigue igual.

- En ese sentido, tu propuesta práctica es que los jóvenes son los nativos tecnológicos, pero los padres son los que conocen los riesgos. La gracia es saber plantear bien ese complemento...

Sí, exactamente. La idea central del libro es subrayar que el fondo no ha cambiado: la educacion sigue su curso en cuanto a cumplir las responsabilidades, valores, que seas empático con tu comunidad, que sientas profundas responsabilidades ciudadanas, que no pierdas los modales en tu relación con los otros. Todos son conceptos que se aplican en cualquier experiencia humana, incluso en la realidad virtual.

Insisto: los padres deben darse cuenta que no ha cambiado en nada el trabajo de ellos, sólo que se está dando en otro espacio. Con el libro se intenta suavizar la introducción de los padres en este mundo.

- Pareciera que la variable más importante aquí es la inversion de tiempo que deben hacer los padres, aspecto que es un desafío en cualquier esquema.

- El gran riesgo para los padres es buscar, dentro de cualquier fórmula de relación, la obediencia rápida, que se cumplan las cosas en el menor tiempo mposible, pero ¿sabes lo que ocurre ahí?: ser mal papá es muy fácil. Ser buenos padres, en cambio, implica un trabajo mayor y siempre es más difícil. Sin embargo, lo que quiero destacar es que el desarrollo de la tarea parental en el mundo de las tecnologias es mas fácil de lo que aparenta.

Lo que pasa es que la rutina a veces se come las buenas formas de hacer las cosas. Se cae muy fácil en la dinámica del "check list" continuo y poco estimulante: "hiciste la tarea, guardaste tus cosas, comiste, te duchaste, llevas el libro de tal cosa". En rigor, la herramienta más poderosa es la conversación padres e hijos y eso sólo se da en el contexto de una buena relación.

Por eso, quizás, el secreto es aprender a usar bien el poco tiempo con el que se cuenta. O sea, se le da mucha importancia al "check list" y se va dejando de lado la conexión. Es ahí donde se pierde la posibilidad de manejaernos bien en este mundo.

- Una de las cosas novedosas de tu libro es que recomiendas a los padres que no entienden de este mundo a que aprendan con los propios hijos, ya que ahí se produce un nexo e intercambio continuo entre ambas partes...

- A mi parecer es la mejor manera de instalarse como padres de manera natural al ámbito de la tecnología. Desde la pregunta curiosa y convencida, ya que desde ahí -y en un proceso bien conducido- se van dando las instancias para que sean los padres quienes direccionen la dinámica y lo que parte como una especie de desventaja, se transforma rápidamente porque el nexo que se establece -finalmente- es una comunicación de valores por parte de los padres a los hijos.

Los padres aprenden una técnica. Los hijos, en cambio, una ética. La conexión que se produce ahí tiene de todo: alegría, cercanía y confianza. Con las nuevas tecnologías el rol de los padres no cambia, se potencia. Hay que invertir tiempo, eso sí. Pero el proceso vale la pena.  Las nuevas tecnologías entregan una buena posibilidad para mejorar la conexión con los hijos.