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Montreal, donde la innovación convive con el arte

Por Antonio Becerril/ El Economista.com.mx | 18 Junio, 2018 - 08:57
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La ciudad canadiense no busca tener el misticismo que tienen lugares como Silicon Valley, pero es un punto de convergencia para la tecnología y el entretenimiento.

Montreal es una ciudad que es reconocida por sus festivales de música, el Gran Premio de Canadá y por tener una gran oferta cultural. Durante la década pasada, esta ciudad canadiense ubicada a 203 kilómetros de la capital de Ottawa, albergó una escena musical independiente de gran trascendencia. Pero también es una ciudad que destaca por ser un polo para el desarrollo tecnológico y la innovación.

A diferencia de otras ciudades tecnológicas, Montreal no busca tener el misticismo que tienen lugares como Silicon Valley, pero es un punto de convergencia en donde la tecnología en mezcla con el arte, el entretenimiento y la innovación.

La ciudad de unos 3,6 millones de habitantes transmite el ambiente de un pueblo universitario, donde no se siente un ritmo tan acelerado. Pero es en la primavera y el verano cuando la ciudad cobra vida y todo ocurre en las calles. Hay conciertos, obras de teatro y diversas ofertas al aire libre y en su mayoría son espectáculos gratis para todo el público.

Uno de los lugares que son obligados en una visita a Montreal es la basílica de Notre Dame. La basílica de Notre Dame, construida en el SXIX, revela en todo su esplendor un estilo arquitectónico neo gótico y es uno de los lugares más visitados por turistas de todo el mundo.

En este recinto se presenta Aura, un espectáculo audiovisual creado por la compañía canadiense The Moment Factory, que se especializa en crear experiencias interactivas en diferentes espacios. Además colabora con artistas de la talla de Madonna, Muse, Arcade Fire y Nine Inch Nails y ha desarrollado instalaciones en aeropuertos en distintas partes del mundo.

En Aura, el atrio del recinto se convierte en el centro de atención de un espectáculo de luz y sonido que aprovecha el espacio para ofrecernos un espectáculo contemplativo y visualmente majestuoso. Uno de los grandes atractivos es cómo utilizan el espacio arquitectónico para crear nuevos elementos visuales. Imagine un show de luces de un concierto de rock interpretado en un recinto sacro.

La compañía también es la encargada de hacer un show de luces en el puente Jacques Cartier, que es uno de los espectáculos de noche que no se pueden perder en una visita a esta ciudad. El show de luces ocurre durante todo el año y va cambiando con las marcadas temporadas que se dan en esta ciudad.

The Moment Factory nació a finales de los años noventa creada por un grupo de aficionados a las fiestas de música electrónica —raves—, que empezaron a experimentar con luz y sonido y se dieron cuenta que la tecnología era una herramienta con la que se pueden crear nuevas ilusiones con ayuda de la luz y el sonido.

Su fundador Sakchin Bessette quiere impulsar experiencias comunales y alejarse un poco de la moda de la realidad virtual y realidad aumentada, que poco a poco ha ganado popularidad en la industria de la tecnología y el entretenimiento.

A las afueras de la ciudad, la compañía también ha creado un show en el bosque, que le exige a sus visitantes a desconectarse del mundo exterior. Uno de los elementos más importantes de esta  compañía es que aborda cada proyecto de una manera única. 

En el Mile End, un barrio en donde han aflorado los negocios artesanales, librerías cafés y muchos espacios para el arte, está el cuartel general de la productora de videojuegos Ubisoft. El edificio de principios del Siglo XX que en sus inicios funcionó como una fábrica de textiles ahora alberga uno de los estudios de videojuegos más importantes del mundo. Este complejo en Montreal es uno de los diferentes estudios alrededor del mundo en donde desarrollan franquicias como Assassin’s Creed, For Honor o Far Cry. Entre sus pasillos se puede apreciar figuras de algunos de los personajes más memorables de sus videojuegos y un muro donde se puede apreciar todos los videojuegos que han desarrollado desde que se creó la compañía en 1997.

A unos kilómetros, en la calle Jean-Talon, se encuentra la Brasserie Harricana, un lugar perfecto para tomar un almuerzo en un ambiente casual y que cuenta con su propia cerveza artesanal hecha en casa.

Uno de los principales atractivos de este barrio es que se ha convertido en un lienzo para los artistas locales y parece un museo de arte urbano en medio de la ciudad. En cada rincón se pueden apreciar murales de diferentes estilos y tamaños, que le dan a esta zona de la ciudad un estilo propio y cálido.

La zona conocida como Griffintown acoge un encuentro que se realiza anualmente que se le llama de cariño, “la conferencia de Davos de la industria de la tecnología”. Durante tres días, la conferencia C2 en Montreal, reúne a personalidades de todos los ámbitos desde la tecnología, el arte, los negocios. El evento fue impulsado por uno de los fundadores del Cirque su Soleil y tiene en la sangre ese espíritu de incentivar la creatividad y el intercambio de ideas. Lo más importante es que las conversaciones que se tienen en este foro están transformando al mundo.

La séptima edición de esta conferencia, que se llevó a cabo del 23 al 25 de mayo, tuvo entre sus invitados al rapero Snoop Dogg, la exmilitar estadounidense Chelsea Manning, la primera dama canadiense Sophie Grégoire Trudeau, quienes abordaron temas sobre inclusión y diversidad de género en la sociedad; la industria de la mariguana legal; y la importancia de la ética en el futuro de la inteligencia artificial.

Entre sus pasillos también hay instalaciones audiovisuales y experimentos de arte que se construyen con la colaboración del público. El lado artístico de la ciudad tiene una presencia permanente y es evidente que esa creatividad se traslada hacia el desarrollo de nuevas tecnologías. Incluso uno se puede encontrar con un laboratorio para hacer galletas para que los asistentes puedan tener reuniones de trabajo en un ambiente muy sui generis. 

La conferencia se lleva a cabo a las orillas del Río San Lorenzo y se desarrolla en un ambiente laxo que a momentos se siente como un festival de música o un gran picnic al aire libre. Por la noche, el lugar se transforma en un ambiente festivo y ayuda a que se sienta un estilo más relajado que otros eventos. El C2 no quiere parecerse a una feria de tecnología como el CES de Las Vegas y eso se refleja tanto en sus contenidos como en el lugar donde sucede este evento.

La sede del Cirque du Soleil también se encuentra en esta ciudad y es una de las joyas que ofrece Canadá para el mundo. La compañía nacida a principios de la década de los ochenta se ha convertido en una de las exportaciones culturales más grandes y la compañía actualmente tiene presencia en todo el mundo. En este edificio, el Cirque du Soleil crea todos sus espectáculos en un espacio de 500 metros de longitud y que en su interior tiene todas las instalaciones para llevar del papel al escenario sus creaciones. En el otoño próximo, el Cirque du Soleil regresará a México con Luzia, un espectáculo basado en la cultura y las tradiciones mexicanas que actualmente está de gira por el mundo.

Hay lugares como el mirador del Mont Royal que nos invitan a los visitantes a tomarnos un momento para disfrutar el paisaje. En un buen día se puede apreciar toda la ciudad y es una gran oportunidad para ver la ciudad desde otro ángulo. Este es un sitio en el que siempre se puede descubrir algo nuevo y siempre tiene algo diferente que ofrecer.

Montreal es una ciudad que tiene muchas caras. Es una ciudad para el arte y también para el desarrollo tecnológico. Aunque a diferencia de otras metrópolis, Montreal parece vivir a un ritmo diferente, no tan acelerado como algunas ciudades estadounidenses o europeas. Pero la ciudad tiene una energía única que la hace un perfecto destino para hacer un viaje de trabajo o placer.

Imágenes: Visit Montréal/ Eva Blue