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Por qué jamás debes cortarle el bigote a tu gato

Por Mitsuko Shimose/ La Razón | 30 Noviembre, 2017 - 09:35
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Descoordinación motriz, además de alteraciones en la conducta y la seguridad, son algunos de los efectos que podría causar dicha práctica.

Esos largos y gruesos bigotes de tu gato no solo están en el hocico. Si prestas atención verás que también nacen en sus ojos, patas y orejas. Las vibrisas, como se llaman, no deben ser cortadas, pues aunque crecen nuevamente, la falta de ellas deja al felino desprotegido ya que al ser receptores táctiles transmiten información del mundo exterior.

“Los bigotes de los gatos no deben ser cortados, pues perderían sus habilidades sensoriales”, comenta la veterinaria Victoria Paz. “Esos pelitos duros como fibra sintética cumplen la función de antena, ya que emiten vibraciones al cerebro, lo que permite al animal medir espacios, captar vibraciones, sonidos, la temperatura y otros”, dice por su parte la veterinaria Mariana de la Peña.

Eso se debe a que estos bigotes están repletos de terminaciones nerviosas, por lo que el gato puede detectar el movimiento más ligero. Por eso deambulan por la noche, ya que usan sus sensores para ver por dónde andan, además de que les permite maniobrar en espacios estrechos y juzgar distancias en sus paseos nocturnos, explica Paz.

Asimismo, según el etólogo Andrés Salamanca, los felinos son más sensoriales porque en sus bigotes tienen propiospección, un folículo bastante sensible que determina hasta las corrientes de aire o los lugares donde puede o no entrar”.

En caso de ausencia de bigote, el gato podría caerse o trancarse porque midió mal un perímetro, apunta Salamanca, quien advierte que también podría modificar su conducta y seguridad al verse imposibilitado de valerse por sí mismo, además de quitarle algo característico de su personalidad: el sigilo.