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¿Por qué ser feliz puede ser una desventaja para los artistas?

Por El Observador | 28 Julio, 2016 - 15:24
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Análisis documental a Mozart, Beethoven y Liszt determinó que sus trabajos más influyentes coincidieron con momentos de amargura.

El Observador La idea de que la tristeza es capaz de encender la creatividad de un artista es casi tan vieja como el arte mismo. Sus raíces se remontan a la época antigua, donde incluso Aristóteles notó y reportó que aquellos que eran excelentes en las artes, la política y la filosofía tenían una marcada tendencia a lo que llamó "melancolía". El canon artístico parece estar lleno de gente cuya oscuridad mental fomenta su brillantez intelectual y su capacidad creativa, pero también esto trajo a sus vidas un pronto final, tal como Vincent van Gogh, Anne Sexton, Mark Rothko, Ernest Hemingway y Virginia Woolf.
 
Si bien esta idea está muy extendida, en la ciencia sigue siendo un campo de estudio controvertido. Estudios anteriores han sugerido que los sentimientos negativos pueden desencadenar en un pensamiento más auto-reflexivo y fomentar algunas cualidades. Otros han demostrado que las figuras influyentes en la ciencia y el arte tienen una tendencia a la depresión. Pero ninguna de estas investigaciones demostró realmente un vínculo directo entre la tristeza y alguno de los logros más duraderos en la historia del arte. Ahora, un nuevo y fascinante estudio realizado por un economista de la Universidad del Sur de Dinamarca parece mostrar ese particular enlace.
 
 
El investigador Karol Ene Borowiecki examinó el estado emocional de tres de los compositores más influyentes de la música en Occidente a través de todo el curso de sus vidas. Utilizando un software de análisis lingüístico que escanea el texto en busca de palabras claves que reflejen emociones positivas y negativas, la alegría, el amor y el dolor, analizó 1.400 cartas escritas por Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven y Franz Liszt a sus amigos, colegas y seres queridos. Luego comparó esos datos con las composiciones que esos mismos artistas produjeron en el mismo período, contemplando en particular sus trabajos más influyentes y sus obras más transformadoras.
 
Lo que encontró parece corroborar la idea de que la creatividad y la melancolía tienen un vínculo fuerte entre períodos de emociones negativas, especialmente la tristeza. Los tres compositores analizados en los estudios de Borowiecki vivieron más o menos en el mismo período y en la misma región de Europa. A su vez, todos tuvieron vidas turbulentas, incluso a veces trágicas.
 
 
A pesar de sus logros extraordinarios, el análisis de Borowiecki sugiere que las causas de la felicidad y la tristeza de estos compositores eran las mismas que en cualquier persona común y corriente sin capacidades artísticas innatas. Sus letras reflejan estados emocionales estables cuando tenían empleos estables y atractivos, relaciones personales sólidas y buena salud. Las emociones negativas aparecieron cuando cayeron en tiempos difíciles económicamente, cuando atravesaron problemas de salud o cuando un pariente cercano murió.
 
A su vez, el análisis de Borowiecki sugiere que las emociones negativas no sólo tienen un vínculo directo con la creatividad, sino que en realidad tienen un efecto causal sobre ella. Utilizando la econometría, el experto calculó que un aumento del 9,3% en las emociones negativas conduce a un aumento del 6,3% en las obras de arte creadas en el año siguiente.
 
Esto no implica que cualquier artista que sufra de depresión deba abandonar un tratamiento. Pero parece que la inspiración más duradera para los artistas puede venir de los momentos más difíciles.