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Por temor a morir en la cancha, se retira rugbista herido en sala Bataclan

Por Reuters | 27 Abril, 2017 - 16:10
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En noviembre de 2015, el francés Aristide Barraud recibió dos disparos que le causaron un pulmón perforado y múltiples lesiones.

El jugador francés de rugby Aristide Barraud anunció que ponía su carrera en pausa debido a lesiones sufridas en el ataque islamista contra la sala de conciertos Bataclan en París en 2015, diciendo a sus admiradores que temía morir en la cancha.
 
El apertura con el club italiano Mogliano recibió dos disparos en el ataque de noviembre del 2015 que le causaron un pulmón perforado, lesiones en una pierna y el tendón de Aquiles y cinco costillas fracturadas.
 
"Si vuelvo a jugar me arriesgo a morir, y morir en el campo, delante de mis amigos y de quienes me quieren, definitivamente no me parece una buena idea", dijo el jugador de 28 años en la página web del club.
 
El exjugador de la selección sub 20 de Francia volvió a jugar inicialmente contra la recomendación médica, pero dijo que problemas relacionados a tratamientos que había recibido para mantenerlo con vida lo obligaron a cambiar de opinión.
 
"Desde hace tres meses he visto que mi cuerpo ya no acepta el esfuerzo físico y me estaba enviando señales negativas, demasiadas. Tengo 28 años y mi cuerpo está poco menos que destruido", añadió en la emotiva carta.
 
El jugador no describió su terrible experiencia en el Bataclan. Pero dijo que la idea de volver a la cancha le había salvado la vida después del ataque y que regresaría cuando estuviera seguro que se había recuperado por completo, tanto mental como físicamente.
 
"He conocido diariamente los dolores que nunca me habría imaginado (...) El rugby salvó mi vida, la idea de volver a jugar salvó mi vida. También me mantuvo alejado de la pesadilla de la locura", escribió.
 
Tres hombres mataron a 90 personas en la sala de conciertos durante una serie de ataques en la capital francesa que dejaron 130 fallecidos. Durante más de dos horas, los milicianos islamistas ejecutaron a algunas víctimas y tomaron a otras como rehenes. Uno de los militantes murió por un disparo y los otros dos detonaron chalecos con explosivos.